꧁ Adalyn ꧂
—¡Adalyn! —dice Celineth mirándome y luego a Colton. —¿Qué sucede?
—Nada Celineth, con permiso.
—Espera, que tienes con Colton, acaso le eres infiel a Giovanni —suelto un suspiro.
—No pasa nada Celineth —esta conversación no me llevara a nada.
—Adalyn por favor —dice Colton tomándome de la mano, me sentó de su agarre.
—¡Ya basta Colton, ya! —exclamó exaltada.
—¿Quiero saber, por favor...
—Las cosas quedaron claras aquel día no es así.
—Así es pero yo solo..
—Tú no sabes lo que quieres Colton —Subo al auto, trato de cerrar la puerta pero Celineth la detiene.
—Adalyn, qué pasa entre tú y Colton, me dio la impresión que algo pasa entre ustedes.
—No pasa nada.
—Algo pasa estoy segura —asevera.
—Solo fue un negocio que no se dio —le respondo.
Miro a Colton, con enojo, pongo el auto en marcha y salgo de ese lugar, no quiero más preguntas. Por el bien de Colton espero que no responda ninguna pregunta de Celineth.
Ya en mi apartamento trato de relajarme pero es imposible, siento leves punzadas en mi vientre bajo.
—Lamento tanto que ese hombre y esa mujer sean familia tuya renacuaja, pero no te debes preocupar porque sé que vas a tener un buen papá, Gio, va a ser el mejor papá mi amor —empieza a moverse como si estuviera reconociendo que Giovanni, será un buen papá. —te adoro renacuaja —digo acariciando mi vientre.
Ya es de noche y Giovanni, aun no se ha comunicado conmigo, tal vez ya viene en camino. La incomodidad en mi vientre la sigo sintiendo, pero no es como al principio.
Tomo mi móvil y marcó su número, suena y suena, pero no lo toma, ya no me gusta esta desesperación.
—Vamos Adalyn desde cuando te has vuelto dependiente de alguien —me digo. —jamás has dependido de nadie —me reprochó. —Creo que ahora sí puedo decir que estoy enamorada —el móvil empieza a sonar.
—Hola amor —digo al contestar.
—Hola mi amor, lo siento, pensé que solo me iba tomar unas horas, pero las cosas no andan muy bien por acá —me informa.
—¿Qué sucedió? ¿Es muy grave?
—No, ya estoy solucionando, mañana me van a traer la pieza qué se le daño a la máquina.
—¡Oh! Eso quiere decir que vienes mañana.
—Sí, lo siento mucho mi vida —mi corazón no puede evitar agotarse ante sus palabras.
—Está bien, voy a extrañar dormir contigo.
—Yo también voy a extrañar tu calor, los movimientos de mi princesa abrazarte —Sonrió. —Besarte, acariciarte..
—Ya no digas más.
—Mañana te demostraré cuánto te estoy extrañando —Sonrió.
—De acuerdo señor Di Marco.
Continuamos hablando de cómo me sentía, de cómo se estaba portando nuestra bebé y como me fue en la reunión y en la textilería, si había alguna novedad, nos despedimos y en segundos quedé dormida.
Ya en la oficina al iniciar un día nuevo de trabajo mi tranquilidad fue interrumpida por uno de los socios.
—¿Dónde está el señor Di Marco? —pregunta al entrar sin tocar.
—No está —me limitó a decir.
—Debería estar aquí, para eso lo has puesto al frente de la empresa.
—¿Cuál es el problema? —preguntó manteniendo la calma.
No quiero volver a alterarme como ayer. Y todo se lo debo al idiota de Colton, es que debió quedarse en el hueco donde estaba metido.
—No pasa nada, pero debería estar aquí —suelto un suspiro.
—Acaso no tiene derecho de atender sus negocios.
—Si lo nombraste supervisor es porque iba estar aquí e iba tener el tiempo suficiente para dedicarle a la empresa.
—Te quejas porque lo nombre supervisor y a ti no o porque él sí tiene un negocio que le genera ganancias y el tuyo no, ¿cuál es tu punto?
—Contigo no se puede hablar, no se ni porque me tomé el tiempo de venir contigo, ten cuidado Adalyn, por ese hombre podrías perderlo todo —su tono suena amenaza.
—De los que debo cuidarme son de otros y estoy muy segura que con Giovanni, no voy a perder nada —sé que él es uno de los que sé quería quedar con la empresa.
—Adalyn, tu ni siquiera conoces a ese hombre.
—Y a ti tampoco, crees que porque tienes más tiempo siendo socios de esta textilería te conocemos, no eres mejor que él Braxton —su rostro se pone rojo de lo enojado que está.
—Sí ese es tu pensar allá tú, que te rinda —dice girando para salir.
—Igualmente Braxton, que tengas un lindo día —cierra la puerta con brusquedad.
Vuelvo a sentir las molestias de ayer, frunzo los al sentir la punzada, solo espero que no sea nada de qué preocuparme.
Es que por más que evite las alteraciones siempre alguien me incita a alterarme.
—Irina, podrías por favor al menos avisarme cuando tenga visitas inesperadas.
—Lo siento estaba en el baño, estoy en mis días y sabes como me pongo.
—De acuerdo lo siento —inhaló y exhaló para así poder calmarme.
Prosigo a seguir con la revisión, de los documentos de las telas qué van a salir en unas semanas..