Papá de Repuesto

✰✰ CAPÍTULO 35 ✰Mi mujer ✰

꧁ Adalyn ꧂


 

Tenía miedo a pesar que Giovanni me daba palabras de aliento, no estaba preparada para tener a mi niña aún ella no debía nacer. Eso era lo que más me angustiaba. 

 

Los dolores eran insoportables, pero los soportaba, en cuanto el doctor me empezó a decir que mi niña era prematura, qué podría quedar en incubadora me alteró más, ya de por si estaba alterada.

 

Pero cuando la vi fuera de mi vientre el alma se me partió en dos, mi niña era tan chiquita y endeble, tenía miedo de tocarla. Su cuerpecito era frágil. 

 

—Es prematura Giovanni, mirala se ve tan indefensa.

 

—Lo sé, pero para eso estamos nosotros, para protegerla como sus padres.

 

—Me la dan debo llevarla con el pediatra para que la revise —dice la enfermera.

 

—La podré ver luego ¿verdad? —pregunto.

 

—Primero el pediatra la revisará y determinará si usted la puede tener consigo o no —las palabras de la enfermera me llenaban de más angustia.

 

—Estará bien —me vuelve a repetir Giovanni.

 

—Vamos a limpiarte para pasarte a una habitación —nos dice unas de las enfermeras.

 

❀✿❃✿❃✿❀


 

Ya limpia y en una de las habitaciones del hospital miraba a Giovanni, pero no lo miraba por lo que que había pasado no, lo miraba porque quería saber de mi hija, ya habían pasado dos horas desde que se la llevaron.

 

—Quiero saber de ella.

 

—No te alteres más Adalyn, por favor —trataba en serio trataba pero no saber que ya no estaba dentro de mí me tenía al borde de la desesperación.

 

—Y si está en una incubadora —Giovanni suspira.

 

La puerta se abre y por ella entran dos doctores y varias enfermeras. 

 

—Buenas noches, soy el pediatra neonatal que atendió a su pequeña —informa uno de los galenos. —usted es Adalyn Maxwell Di Marco, correcto.

 

—Sí, cómo está mi bebé, cuando la puedo ver.

 

—La infanta se encuentra en una incubadora, esto es como medida de prevención debido al tiempo de gestación. 

 

—¿Qué? —siento mi corazón estrujarse. —mi bebé…

 

El nudo en mi garganta no me deja hablar, las lágrimas inundan mis ojos.

 

—Tranquilicese señora Di Marco, la bebé está fuera de peligro, solo es como medida de prevención, durará en la incubadora una semana, dependiendo de su evolución —nos comunica.

 

—Está seguro que ella está bien —inquieto secando mis lágrimas. 

 

—Se lo aseguro —dice serio. —Está bajo observación y se le suministrar algunos suplementos para que suba de peso, ya que esta un cinco por ciento por debajo del peso que debería tener un bebé al nacer, además le daremos un tratamiento para un mejor desarrollo de sus pulmones —dice revisando su Ipad. 

 

—¿Puedo verla? —pide Giovanni.

 

—Por supuesto que sí, siempre y cuando sea el padre.

 

—Por supuesto que lo soy. 

 

—Una de las enfermeras lo llevara.

 

—Tranquila ya vengo.

 

—Está bien —A pesar de que me sienta molida físicamente quiero ver a mi princesa y que ella sienta que estoy a su lado.

 

Giovanni y los médicos salen de la habitación y solo queda una enfermera.

Ella me toma la temperatura y la presión ya que cuando vine la tenía algo elevada.

 

Media hora después Giovanni entra con una gran sonrisa.

 

—Es tan hermosa Adalyn, es una princesa hermosa —dice sacando su teléfono. —mirala —me muestra una fotografía de ella. —Parece una muñequita y es una cosita tan chiquita —dice con emoción.

 

No puedo evitar derramar algunas lágrimas. Giovanni me abraza y besa mis labios.

 

Los días siguieron pasando, estuve internada en el hospital dos días porque querían que estuviera estable, Giovanni se estaba encargando de la empresa mientras yo me iba a ver a mi niña en compañía de Sofía, ya que Giovanni no quería que anduviera sola.

 

Por otro lado, le pedí a Giovanni y a Irina qué no le dijeran nada a mis padres y mucho menos a la abuela. En fin, hoy estaba desde temprano en el hospital ya que sacarían a mi pequeña de la incubadora, su evolución había sido favorable y tal vez pueda llevarla a casa hoy.


 

—Los tratamientos que le hemos suministrado a la pequeña han funcionado favorablemente, la tendremos en observación por hoy y si mañana todo marcha bien podrá llevarla a casa —me comunica el pediatra neonatal.

 

—Muchas gracias —digo feliz de que pronto podré llevar a mi pequeña a casa.

 

Espero que la saquen de la incubadora y la coloquen en una cuna. Al ya estar en su cuna me acerco a ella, la tomo en brazo.

 

—Hola mi Roseli —le susurro. —mi princesa —le digo.

 

No puedo evitar sonreír, mi corazón late desbocado al ver a mi pequeña en mis brazos.

 

Después de estar dos horas con ella, regresó al apartamento y empiezo a ordenar su habitación.

 

—¿Amor que haces?

 

—Quiero tener la habitación lista para mañana —lo miro. —Sé que mañana traeré a mi pequeña conmigo.

 

—¡De verdad! —asiento.

 

—Hoy la sacaron de la incubadora y la tendrán bajo observación, además ya tiene el peso correspondiente. 

 

—No puedo creerlo, me haces feliz con esa noticia —sonrió. —sabes algo —dice tomándome de la cintura y pegándome a él.

 

—No se dime. 

 

—Extraño acariciar tu vientre y sentir esa patada que ella me daba.

 

—Estoy segura que la recibirás en tres D —empezamos a reír.

 




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