Papá es el jefe

Capítulo 28.

—No, no le aconsejes eso, créeme que canas ya me quiere sacar, es muy caprichosa.

—Hablas de la madre o de la hija, porque este terroncito es sin dudas una dulzura.

Ignacio negó con la cabeza y miró unos minutos a Salomé, al escuchar la risa de Violet, regresó su atención a ella.

—Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, hijo, deja esos tontos prejuicios que tienes y vive la vida, disfruta de la familia que la vida está poniendo en tu camino.

—No me gusta Violet, si a eso te refieres, y si así fuera no creo que sea la mujer con la que me diera una oportunidad, es una mujer hermosa, talentosa, dedicada, es amorosa con nuestra hija, es buena madre, madura y comprometida…

—Cuál es el pero, hijo…

Ignacio la miró y no tenía ninguno, más que pensar que ella estaba muy interesada en el médico.

—Me alegro de que estés bien, tu lucidez ha durado mucho hoy, eso es muy bueno, padre.

—Creo que esta jovencita es el motivo, no fue enviada solo para cambiar tu vida, también la mía, pero cuéntame, como van los negocios.

Ignacio no lo había escuchado, porque su atención en Violet no se lo permitió.

—Ignacio, te estoy preguntando como van los negocios.

—Como siempre, todo marcha bien…

Ignacio fingió estar concentrado en la conversación con su padre, cuando vio a Violet regresar. Se sentó al lado de Ignacio y ambos procedieron a ignorarse.

Josh continuaba jugando con Salomé, quien reía a carcajadas, llenando a los presentes de alegría, el modo en que miraba y disfrutaba de las ocurrencias del hombre.

Las horas pasaban y Fermina, en casa de su hermana, le contaba como iban sus planes, el cómo había entregado a la competencia, las ideas de la campaña de Ignacio, ellos la lanzarían primero y lo acusarían de fraude, de ese modo podría culpar a Violet.

—Como vas a hacer para que parezca que fue ella, no tienes fotos ni nada de ella en la competencia.

—No comas ansias, ya está solucionado, es amiga de Zaid, haré que Ignacio, crea que es complicidad, confía en mis planes, esta vez ni su hada madrina, podrá salvarla —aseguró Fermina y bebió su bebida baja en calorías.

Continuaron una larga conversación, ideando planes que según ellas eran el modo correcto no solo de que Ignacio se decepcionara de Violet, sino de que esta perdiera su fama y apoyo de sus fans.

Las horas habían pasado y el tiempo de la visita finalizado, encantado, Josh se despidió de las dos mujeres, Violet dijo que podría visitarlo en algunas ocasiones en lo que se gestionaba su salida por breves periodos.

Después de la despedida, y que Ignacio había ido a la administración a comentar su idea, le fue informado que le darían una respuesta al evaluar la situación y evolución del paciente.

Salieron con dirección al auto, sin decir nada, Salomé parecía tener hambre y al entrar Violet le dio el vaso de boquilla después de hacer un cambio de su suplemento.

—¿Quiere comprar algo antes de que las deje en casa, Violet?

—No, no gracias, Salomé tiene todo lo necesario en casa.

Se quedó en silencio y empezó a conducir, Violet recibió la respuesta de Mariska, quien le decía que sí a su pregunta de si estaría al día siguiente en casa.

—Ignacio, ¿cree que tenga libre dos horas, mañana después de almuerzo? Para…

—Las tengo —respondió sin conocer su agenda, sin permitirle terminar de hablar—. Tengo ese tiempo libre Violet.

—Está bien, quería saber si puede pasar unas horas por mi casa mañana, Salomé estará un par de horas con Mariska y me sentiría más segura si ambos están con ella.

—¿Dónde va a estar Violet, que es más importante que estar con ella?

—Nada es más importante que mi hija, pero el ser madre no debe ser impedimento para que otros asuntos en mi vida carezcan de importancia, además dijimos, no nos inmiscuiríamos en los asuntos personales del otro, Salomé va a estar bien, si no puede ir, no debe preocuparse, ya me las ingeniaré.

—Yo puedo —respondió con los dientes apretados al no poder saber qué haría ella.

Disimulando su molestia, condujo a casa de Violet, donde le ayudó a subir las cosas, entró con ella, se quedó un poco con Salomé, hasta que debió regresar a la empresa.

Violet se sentó con su laptop a ver jugar a Salomé en la alfombra, en tanto adelantaba sus ideas para la campaña, revisaba sus redes y buscó la información de la carrera en la que decidió inscribirse, debía presentar entrevistas y finalizar con el proceso después del cumpleaños de Salomé, lo que iba con su tiempo.

Ignacio había llegado a la empresa y de mal humor realizaba sus labores, cumplía con sus compromisos, tuvo una reunión virtual, en la que dejó notar el Ignacio que solía ser, había logrado su reunión fuera un éxito, había ido al departamento de producción a revisar ya tuvieran el inventario listo.

Las horas pasaban y su molestia disminuía, pero regresaba cada vez que Michael, lo llamaba o abordaba para tocar algún tema relacionado con Violet.

Con el pasar de las horas, Violet había finalizado sus deberes y dedicó su tiempo a Salomé, y a responder sus mensajes, ver una vieja foto le causó nostalgia, al recordar que sus padres no se habían dignado a aceptarla de nuevo, aun cuando ella les había dejado mensajes explicando que había sido drogada, dejó sus tristezas y se dispuso a hacer la cena.

 Lana había llamado y hablaba con Salomé, aunque esta no dijera más que los habituales términos que apenas balbuceaba.

 Habían llamado a la puerta, era Mariska.

Violet saludó y dijo que serviría la cena, Mariska se quedó a saludar a Salomé concentrada en la llamada con Lana.

—Oye Violet, estoy pensando en ampliar las sedes de la empresa, me preguntaba si te gustaría invertir en el proyecto, he logrado agendar con 4 chicas que prometen ser un éxito.

—Me parece interesante, tengo mis ahorros fuera del patrimonio de Salomé, ve a cambiarte y lo hablaremos en la cena.




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