Papá es el jefe

Capítulo 32.

—Me gusta toda la comida de mi país, dejaré que se informe y me sorprenda.

—Será un placer Violet, créame que daré lo mejor de mí, como estaría dispuesto hacerlo para …

—Es por Salomé —repitió ella, antes de que él dijera algo.

—Sí, por supuesto, por Salomé —replicó él recordando esa excusa.

Ella se retiró, caminó hasta la entrada, donde estaba Mariska con Salomé en brazos.

Ignacio la había seguido con su mirada y realizó una llamada a Liana, después de que se imaginó el modo en que seguramente Zaid la miraría.

Salomé extendió sus brazos, no pareció darle importancia a la partida de su madre.

Violet suspiró cuando esperaba que al alejarse, Salomé llorara, su corazón sufrió una decepción al darse cuenta de que Salomé le decía adiós con su mano, que se despedía de ella, sin hacer un berrinche o pucheros.

Violet se despidió con la mano y subió, empezó a conducir y llamó a Zaid, quien le dijo que se dirigía a la clínica, después de esa llamada, Violet llamó a Michael, para agregar ideas a la campaña.

Finalmente, había dejado las llamadas y se dispuso a conducir intentando no pensar en la cita con Ignacio.

Quien se había quedado intranquilo, intentaba mantener su atención en Salomé, pero no lograba hacerlo, el pensar en Violet con otro hombre.

Fermina había finalizado antes su jornada laboral, decidió salir en una cita de espionaje y su colega se había sumado al plan.

Unos minutos después, Violet había llegado, Zaid tenía varias cajas y un auto adecuado, al verla, sonriente, se acercó, le hizo un par de cumplidos, dejando notar su interés.

Hablaron un poco, preguntó por Salomé, para después llevar la conversación a temas personales.

—¿Cómo está tu vida, Violet?

—Bien, ya sabes con algo del miedo constante con el asma de Salomé, pero ella está bien y eso significa que estoy tranquila.

—Supongo que está con su padre ahora.

Violet, asintió y cambió el tema, pero Zaid quiso saber si pasaba algo entre ellos.

Ella respondió que no, y para convencerse de que estaba en lo cierto, decidió preguntar sobre su vida, interesarse un poco más en él, aunque no pudiera dejar de pensar en Ignacio.

Ella había asumido que lo mejor era evitar algo entre ellos, aunque este le gustara mucho.

Con ayuda de otro personal, se dispusieron a armar los regalos en paquetes adecuados.

Había pasado alrededor de una hora y se estaban divirtiendo, empezaron a acercarse fans, quienes tomaban fotos y compartían en sus redes.

—¿Violet es muy linda, no cree Ignacio?

—Así es Mariska, ella es una mujer hermosa —respondió fingiendo desinterés, mientras jugaba con Salomé.

—Muy afortunado Zaid, seguro la están pasando bien.

Apretó la mandíbula y miró su teléfono, no había pasado mucho, pensó que aquella sería una tortura.

Se levantó y con Salomé en brazos salió a la terraza.

Miraba su móvil y en él, el número de Violet.

—Ok, vamos a hacer esto tú y yo, llamaré y haremos creer que se marcó —propuso Ignacio a Salomé, quien sin entender le sonreía con amplitud.

Su plan había funcionado, Violet respondió y este fingió estar hablando con Salomé, no solo escuchó cuando esta dijo que pareció que se había marcado, también escuchó como se estaban divirtiendo.

Empezó a caminar de un lado a otro, llamó de nuevo a Liana, buscando ocuparse con trabajo, para dejar de pensar en ella.

Fermina y su colega se habían ido a casa, para ponerse ropa cómoda y por la cámara que su colega tenía, para capturar las evidencias, según sus erróneos planes.

Ignacio había regresado al interior, intranquilo continuó jugando con Salomé, Mariska se excusó y se retiró a responder una llamada.

Ignacio vio la oportunidad, llamó a Violet.

—Hola Violet, Mariska está algo ocupada, quiero hacerle algo de tomar a Salomé, pero no sé qué, ¿me podría dar indicaciones?

—Hola Ignacio, si por supuesto, tiene suplementos para su desarrollo, vitaminas, son fáciles de mezclar, ¿está usted en la cocina?

Miró a Salomé y se encogió de hombros, ante la risita que él asumió era de complicidad, ella ya había tomado leche que Mariska le había dado.

—Estoy en la cocina Violet, ¿dónde está usted?

Ella ignoró la pregunta y le explicó, él fingió estar siguiendo los pasos, cuando confirmó tenerlo, ella pidió le dejara a Salomé escuchar, le dijo que la amaba y Zaid aprovechó para saludarla.

Ignacio frunció el ceño, al escuchar al doctor saludar a Salomé, Violet colgó, después de decirle que la amaba.

Se quedó intranquilo, Liana le había informado, no tenía trabajo que pudiera resolver vía móvil, pero que lo había llamado una mujer.

Ignacio recordó, se trataba de la mujer que había pedido investigar sobre Franyely en su estadía en Venezuela.

Mariska estaba de llamadas en llamadas, del mismo modo en que con el paso de los minutos Ignacio buscó cualquier escusa, para llamar a Violet, sin dudas las más rebuscadas y tontas excusas.

Que Salomé la extrañaba, que Salomé quería escucharla, que Salomé marcó el teléfono, que Salomé tenía temperatura, que Salomé la necesitaba, nada había funcionado y se quedó sin excusas para llamarla.

Fermina había llegado al lugar, no estaban viendo nada comprometedor, decidieron esperar.

Habían finalizado con los juguetes, se llevó a un grupo y se dirigieron a uno de los hospitales de bajos recursos, en los que Zaid solía prestar su servicio de manera gratuita los fines de semana.

La actividad había sido informada, por lo que había muchos niños en compañía de adultos, se dieron cuenta de que los juguetes no alcanzarían.

Mientras entregaban, Violet llamaba algunos lugares, pero les eran informados, ya tenían pedidos grandes y no podían hacerse cargo.

Decidió que organizarían otro donativo, pero se quedaron sorprendidos cuando vieron llegar dos camionetas con hombres y un camión.

No solo juguetes, alimentos y vestuario.




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