Emocionado Ignacio compraba todo para sorprender a Violet, seleccionaba cuidadosamente lo que necesitaba.
Vio algunas cosas y aunque sabía no eran necesarias, no pudo evitar comprárselas a Salomé.
Después de terminar con su compra, Ignacio regresó a su casa, dejó todo, volvió al auto y mientras conducía emocionado, llamó para preguntar por su padre.
Se había detenido y comprado cafés para los empleados.
Liana le hizo saber su agenda y este empezó, sin poder sacarse la cena de su cabeza, había llamado para ordenar un par de detalles especiales para sus mujeres, como las llamó.
Violet se había organizado y dejado a Salomé, bajo el cuidado de Mariska, con las indicaciones de su atención y alimentación, debía cumplir con la cita en la universidad y luego ir al salón.
Había salido emocionada de la universidad, su entrevista había sido un éxito y pronto podría comenzar.
En el salón había indicado que deseaba en su cabello y uñas, sumando una limpieza facial, se había divertido con las empleadas que habían resultado ser sus fans, les agradeció recomendando mediante sus redes el lugar.
Ignacio, quien fue notificado de su publicación, sonrió emocionado al pensar que ella también se estaba preparando para la cena.
Fermina se bebía un té a un día de su plan, había decidido no ir a trabajar, argumentando debía trabajar en el proyecto, teniendo de lado al director, creyó lo tendría fácil, sin imaginar que este le sugeriría disponer de inmediato de la ayuda de Keith, no le quedó de otra que aceptar y ponerse a trabajar.
El director había dicho, le pediría a su hijo ir hasta su casa, Fermina se miró al espejo y decidió ponerse linda.
Después de haber terminado en el salón, Violet llamó a Michael, se le había ocurrido una nueva idea, se la expresó mientras conducía a casa.
Un par de horas más tarde, Violet compartía con Salomé, esperando la visita de Michael, quien quiso ir, cuando ella le manifestó no quería ir a la empresa.
Hablaba con Lana vía llamada, diciéndole lo mucho que estaba disfrutando de Salomé, aunque su hija siempre había sido su prioridad, para mantenerla lejos de los medios, la mayor parte del tiempo había tenido que dejarla por horas al cuidado de Lana.
Ignacio había dejado su oficina, debía salir a reunirse con un distribuidor de telas, estaba pensando en adquirir nuevos modelos y aquel se le hacía una opción tentativa.
Las horas pasaban y mientras cumplía con su labor, Ignacio se sentía tan feliz como hacía años no lo hacía.
Al igual que Fermina, a quien poco le importaba lucir más joven o verse atrevida, al saber que Keith la visitaría, decidió usar un atuendo atrevido, poco profesional para su gusto, de entre esas tantas prendas que compraba solo por ser quien primero las tuviera.
Se había maquillado y por la ventana observaba con la intención de darse por enterada cuando el joven llegara.
Y no se equivocó al ver estacionar el costoso auto, descartó el que fuese un vividor, lo vio bajar del auto, su vestimenta toda negra, su camisa desabrochada dejando parte de su pecho al descubierto, la hizo tragar saliva.
Fermina se llamó la atención a sí misma, convenciéndose de que el único hombre que le interesaba era Ignacio, a quien pensó podría consolar y recuperar después de que él creyera Violet lo había traicionado.
Keith llamó a la puerta, hablando por teléfono, mostró completo desinterés en la mujer, entró sin saludar y al dejar su llamada actuó indiferente.
Sorprendida por el desinterés del muchacho, decidió actuar del mismo modo, pero no lograba concentrarse con los ojos marrones y expresivos del joven, con la parte que los botones dejaban al descubierto.
Ella lo miraba, mientras él se mostraba indiferente.
—¿Crees que le puedas decir a papá que estuve contigo y ahorrarnos este momento? Es decir, no te agrado y yo me equivoqué, tengo una cita, podemos ayudarnos, tú dices que estuve aquí y yo me iré a mi cita —dijo Keith mostrando completo desinterés.
—No, no puedo —molesta se negó.
Diciendo que no funcionaba de ese modo, al ver su desinterés en ella, decidió no permitirle irse a ver con otra, ofendida porque al igual que Ignacio, el joven estaba poniendo otra antes que ella, empezó a sobrecargarlo de responsabilidades.
Sin dar importancia, él canceló su cita y le siguió el juego.
Violet y Michael habían terminado con su labor, miró su reloj y se dio cuenta de que podía ir organizando a Salomé, eran un poco más de las 3 PM.
Ignacio, quien ya había regresado a la empresa, ordenó a Liana mover los compromisos en su agenda. Informó a los empleados sobre su ausencia, para que todo funcionara como si él estuviera.
Recogió algunas cosas y se dirigió a su auto, en el trayecto hizo algunas paradas para comprar flores y un vino, para ir por los detalles de sus mujeres.
Llegó a casa, dejó todo, se lavó las manos, se cambió el atuendo por algo más cómodo y se puso el delantal.
Empezó con un puré liviano para Salomé, dado que era la cena, al terminar se dispuso a preparar las arepas rellenas.
Había preparado cuatro, que consideró suficientes, al recordar que Violet debía cuidarse.
Mientras esperaba que las arepas estuvieran, decidió, ya habiendo preparado el relleno, poner la mesa.
Se aseguró de que cada detalle estuviese en orden, las flores, el vino y los detalles que había comprado, para acompañar su propuesta, y para su hija.
Ignacio volvió a la cocina para terminar con los preparativos de la cena, le llevó media hora dejar todo en orden.
Envió un mensaje a Violet quien ya había organizado a Salomé y se encontraba dudosa de qué vestido usar.
Había decidido pedir la opinión de Mariska quien le ayudó a decidir, le aconsejó con el maquillaje, uno natural que iba de maravilla con su atuendo.
Se recogió el cabello dejando dos mechones sueltos adelante.
Mientras Violet lidiaba con los comentarios a modo broma de Mariska, Ignacio intentaba decidirse entre una camisa gris y una negra.