Papá Inmigrante

3.

DOMINIC

—Tony, no juegues con la comida y come. Mira este desastre.

Tomo una servilleta y le limpio la papilla de la cara y las manos.

—Ma-ma...

—Ya basta, deja de repetir eso, pareces un disco rayado. Además ya te dije que si vas a hablar, sea para decir PAPÁ.

—Toto...

—¿Qué has dicho?

—Tonto.

—Oye.

Tony me saca la lengua.

Este niño.

—¿Qué pasa ahí, Dominic? —inquiere mi madre del otro lado de la línea.

—Disculpa, mamá. Espera, lo pondré en alta voz.

—Ya no regañes a mi nieto. Siempre que te llamo lo estás regañando, pobre niño —vean quien lo dice, la mujer que hasta el día de hoy me regaña como si fuera un niño chiquito y por cosas menores a las que hace Tony.

—Sí, mamá —prefiero no discutir con ella, siempre salgo perdiendo—. Bueno volviendo al tema, qué me estabas diciendo de papá?

—Te decía que lo van a operar, tiene cataratas. Él pobre cada vez ve menos.

—Espero que cuando Tony y yo estemos allá, él ya esté recuperado. Me encantaría que lo vea, solo lo ha hecho por vídeo llamadas y algunas veces en las fotos que te envío, pero no es igual que verlo ahí en carne y hueso.

—Dios quiera que sí, hijo.

—¿Papá está por ahí? Me gustaría saludarlo.

—No, salió temprano a pescar y aún no regresa. Quiere aprovechar antes de que lo operen. Le preocupa que la operación no resulte y pierda la vista completamente.

—Hay que confiar en que todo saldrá bien, madre.

—Oh, mira quien acaba de llegar.

—¿Papá estás ahí? —me pareció escuchar su voz de fondo.

—Hola, hijo.

—Un momento —les hago una vídeo llamada—. Hola, papá.

Los veo a través de la pantalla y sonrío. Siempre que hablo con ellos me emociono, estar tan lejos de la familia a veces puede ser muy duro.

—Tony, saluda a tus abuelos —hago que Tony salga en la vídeo llamada.

—Mi amor, cosita hermosa de la abuela —mi madre le manda besos y Tony trata de tocar la pantalla.

—¿Cómo están? ¿Cómo van las cosas por allá? —pregunta papá.

—Bien, dentro de lo que cabe.

—No me preocupes, dinos qué pasa.

—No es tan serio, solo que acabo de quedarme sin niñera.

—¿Pero y cómo te las estás arreglando para ir al trabajo? —se preocupa mi madre.

—Una vecina me hizo el favor de cuidarlo —no puedo decirle a mi madre que lo tuve que llevar conmigo al bar, me mataría.

Y si supiera que lo voy a seguir llevando probablemente le daría un ataque.

Solo espero seguir teniendo suerte y que mi jefe no me descubra. Ayer no lo hizo ya que no salió de su oficina en toda la noche y espero que hoy tampoco se aparezca por ahí.

—Cuando estén aquí las cosas mejoraran, yo te ayudaré a cuidar a mi nieto y tú puedes ir a trabajar a la tienda con tu padre.

—Será un placer tenerte en la tienda.

—Gracias, papá. 

—¿Qué es ese olor? —mi madre se pone a olfatear. —¡Ay no! ¡Dejé el pollo en el horno!

Sale corriendo y mi padre se queda sosteniendo el móvil.

Los dos nos reímos.

—Tu madre igual de despistada que siempre.

—¡Te oí! —grita mi madre desde la cocina y él vuelve a reír.

Tony se cuelga de mi brazo para que lo deje mirar.

—Ababa —dice poniendo una carita tierna.

—Hola bebé, cuando vengas te llevaré a pescar. Nos iremos solo tú y yo —le dice mi padre y Tony sonríe juntando sus manitos para aplaudir.

—Estoy seguro de que se divertirán mucho, así como tú y yo lo hacíamos cuando era niño. No olvido que ahí aprendí a nadar, aquel día cuando me lanzaste al río.

Mi padre se ríe.

—Tu madre me castigó una semana mandándome a dormir a la sala cuando enfermaste por culpa del resfriado que te dio.

Yo también me río.

—Lo recuerdo, papá.

—Te extraño mucho, hijo.

—Nos veremos pronto, padre, hasta entonces cuídense mucho y por favor, intenta no preocuparte mucho por la operación. 

—Tu madre ya te contó, no quería que lo haga. Tienes tus propios problemas allá y no quería preocuparte.

—Mi madre sabe que me hubiera enojado mucho si no me lo hubieran dicho. Eres mi padre y te quiero. No quiero que nunca me oculten nada. ¿De acuerdo?

Asiente.

El timbre de mi puerta suena.

—Tengo que irme papá, debe ser el arrendatario que viene a cobrar la renta. Dile a mamá que le envíanos un abrazo y un beso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.