DOMINIC
—Puede parecerte extraño y hasta absurdo, pero desde la primera vez que vi a Tony, sentí un cariño especial por él —hace una pausa y besa la frente de Tony—. Yo también tuve un hijo y lo perdí —la pequeña sonrisa que iluminaba su rostro se desvanece y sus ojos se llenan de lágrimas.
—¿Qué le pasó?
—Murió. —una lágrima rueda por su mejilla.
Se nota lo mucho que aún le duele hablar de eso y esto me hace sentir pena por ella.
—Lo siento mucho.
Tony le limpia la lágrima con su pequeño pulgar y luego la besa en la mejilla. Sasha sonríe y yo también lo hago, me conmueve ver el trato de mi hijo hacia ella es como si entendiera bien lo que pasa.
—También estuve casada…
Sasha me cuenta su historia. Al principio me parece extraña, luego bastante cruel y triste.
Su esposo la dejó cuando su hijo murió. En mi opinión, ese tipo fue un canalla, la abandonó cuando ella más lo necesitaba, cuando sentía que su mundo se derrumbaba, como una rata que deja el barco que se está hundiendo, huyó.
Maldito.
¿Qué culpa tenía Sasha de que su hijo enfermara?
—Solo deseo ayudarte, Dominic. No espero nada mas que eso. Déjame estar cerca de él, al menos hasta que puedas irte de aquí.
Al final decidí aceptar la ayuda de Sasha. Ocultarme en su casa por un tiempo, al menos hasta que las aguas se calmen un poco y yo pueda dejar la ciudad, en este momento me resulta ya casi imposible irme. El padre de Eli debe haber alertado a su gente para que vigilen todas las carreteras.
—Puedes quedarte en esta habitación —dice Sasha, abriendo una puerta.
Me pidió seguirla hasta aquí para instalarme.
Entramos a la habitación, es grande y se ve completamente impecable.
—Gracias, Tony y yo estaremos bien aquí.
—Miau —me alarmo al escuchar el extraño sonido.
—Les presento a Milo —dice Sasha.
¿Pero qué?
Lo que me faltaba.
¡Un gato!
Odio los gatos.
Siento escalofríos.
—¿Qué haces? —cuestiono. Sasha baja a Tony al suelo para que acaricie a ese feo gato.
—Dile hola al gatito, mi amor —le dice a Tony.
No creo que…
—Gatito.
No puedo creerlo.
¿Cómo es posible que mi hijo haya nombrado al gato y que a mí sea incapaz de llamarme papá?
Me siento ofendido.
—Muy bien, mi amor. —Sasha aplaude.
—Qué desastre.
El gato me mira.
¿Qué está haciendo?
Se aproxima hacia mi.
—Aléjate de mí saco de pulgas, shu, shu —retrocedo pero el gato se sigue acercando—. Sasha…
—¿Qué pasa?
—Aleja a ese gato de mí —corro por la habitación.
Sasha suelta una carcajada y luego Tony.
—¿Le tienes miedo a los gatos?
—Va a morderme.
—Eso lo haría un perro.
Tomo un cojín y empiezo a ahuyentar al gato.
—Milo, ven acá pequeño —el gato obedece y se aleja de mí, pero no sin antes mostrarme sus dientes afilados.
—¿Has visto eso? Podría sacarle un ojo a alguien.
—No seas ridículo. Milo es un gatito muy tierno y amoroso.
—Yo no estaría tan seguro de eso.
Rueda los ojos.
—Como sea. Llevaré a Tony a darle un baño, si deseas puedes darte un baño, hay toallas limpias ahí —me señala el armario.
—Sí, creo que lo haré y después descansaré un poco, estoy algo cansado.
—Muy bien, vendré en un rato y te traeré ropa limpia.
—Vale —me acerco a Tony para besar su mejilla—. Pórtate bien, no hagas ninguna travesura
Sasha sale de la habitación, llevándose a mi hijo.
Yo me desnudo y entro al cuarto de baño a tomar una ducha.
SASHA
Le mentí.
No le dije la verdadera razón por la cual mi bebé murió. Sentí que si lo hacía, él podría pensar igual que mi ex y verme como la culpable de su muerte. Si lo hiciera, probablemente no me confiaría a su hijo y se iría.
En mi corazón no guardo malas intenciones. Solo mucho miedo. Dios es mi testigo.
Saco a Tony de la bañera y lo llevo a mi cama para vestirlo. Le queda bien el conjunto, era de mi hijo.
Ya había pensado en recoger las cosas de Dylan y donarlas todas, pero ahora que Tony está aquí, él podrá usarlas, al menos hasta cuando se vaya.