Papá por error

Capitulo siete

Jenna Davis

Él… él no me quiere ¡se ha reído de mí! Y de lo que le he dicho No sé qué está mal con él, solo sé que mi corazón está muy arrugado, pero…

¿Será posible que Santa se haya equivocado?

Su rostro expresa desagrado hacia mí y las palabras que ha dicho me duelen mucho. Yo no soy un espanto y mucho menos vine a llevarme a nadie y menos a él porque yo se lo pedí a Santa. No entiendo por qué piensa eso de mí, si al salvarlo debería saber qué ha sido mi petición quién lo ha traído aquí.

—No deberías pensar así de mí —sollozo —Yo solo quiero amarte.

—¿Podías dejar de chillar niña tonta? ¿Definitivamente enloqueciste? Yo solo quiero salir de aquí, alejarme de todo y de todos. Amarme ¡bah! —mi labio inferior tiembla como cuando Brody enfermó —además, no sé de dónde sacas esa estupidez de que yo soy tu padre ¿Un obsequio de Santa? —niega con la cabeza y yo soy incapaz de moverme de donde estoy sentada.

Mi madre dice que a veces las personas son hirientes porque tienen un dolor en el alma y al parecer mi padre lo tiene. Lo que no entiendo es si se ve exactamente como se lo pedí a Santa: Joven, inteligente, sin barba o bigote y guapo…

¿Entonces por qué no quieres ser mi papá?

El golpe debió haberle zafado la cabeza porque de otro modo él me reconocería y estaría muy feliz de estar aquí conmigo. Voy a explicárselo a ver si lo recuerda y su memoria regresa.

—La navidad pasada le hice una carta a Santa Claus pidiéndole como regalo un papá —explico poco a poco para que entienda y vaya recordando —. Entonces al ver debajo del pequeño árbol en la sala de la casa y no encontrarte, al principio me sentí muy triste, pero pude comprender que no es una tarea sencilla buscar un papá y menos como yo lo había pedido —cierra los ojos negando a mis palabras, no recuerda nada todavía —,entonces supuse que cuando golpeaste el enorme poste con tu auto, era porque querías llegar a mi casa y habías perdido el control por el hielo —niega con la cabeza de nuevo —no dude en correr hasta donde estabas para salvarte porque… porque… —mis lágrimas empiezan a correr por las mejillas —… porque eso es lo que hace la familia, amar, considerar y… en este caso salvar — lo último lo dije susurrado para que no crea que lo he salvado por otra cosa, mantengo la mirada en el piso para evitar ver su expresión de enfado.

—Escucha bien niña, en ese caso agradezco que me hayas salvado, aunque en realidad no sé cómo lo hiciste, pero yo no puedo ser tu padre porque simplemente no te conozco —mis labios tiemblan ante su mirada tan dura, todos aquí son amables y me miran con cariño ¿por qué el no puede hacerlo? —, y si estoy en este momento, en este pueblucho es porque a causa del accidente no me dejan andar, pero en el momento que logre conseguir mi teléfono iré a los Estados Unidos para que me atiendan en un verdadero hospital y no está porquería…

Me asombro al escucharlo hablar de esta manera de mi pueblo y del hospital donde me he sentido tan bien. Debe haber sido que no especifiqué que tenga buenos sentimientos porque de otro modo entonces sí me reconocería y me querría como yo lo quiero a él, pero esto es tan triste. Mi propio padre no me quiere, no entiendo.

¿Qué va mal con él? O ¿Qué es lo que va mal conmigo?

—Creo que has perdido la memoria papá, pero descuida el doctor Parker es un excelente médico y él te va a curar —trato de sonreír, pero me sale solo una mueca, siento una puya en el pecho que me dificulta la respiración.

Me siento muy triste por sus palabras, aunque sé perfectamente que es porque perdió la memoria en ese accidente.

—¿No tienes una madre por ahí que te necesite? En serio quiero estar solo —no puedo dejar de llorar —¡vamos niña rara! —doy un brinco en la silla por su grito —¡lárgate de aquí! —grita de nuevo y lloro más, no quiero irme quiero acompañarlo.

Pero al parecer él lo que quieres alejarme, mi mami dijo en alguna ocasión que mi padre, el verdadero no quiso estar conmigo, entonces creo que soy yo la que tiene un problema porque tengo otro padre que me regaló Santa y tampoco me quiere. Me levanto de la silla y veo cuando se gira hacia el otro lado para no verme. Cuelgo la mochila en mi espalda y salgo arrastrando los pies con una tristeza en mi corazón que dudo duerma esta noche.

—Que descanses papá, solo deseo que te mejores…

—Y yo lo único que quiero es que te largues de aquí me dejes en paz niña tonta…

Al salir de la habitación de mi padre, rompo en llanto al ver a mi madre que se encuentra abrazada a Nicolás, él es tan bueno y me quiere mucho, pero no podría ser mi padre porque sé que si se lo pidiese él aceptaría. Mi mamita dice que es un crío y no debería tener tanta res… res… ¡bueno! No tendría por que cuidar a su madre y hermanitos. Nico es un chico lindo y un buen amigo.

Mi madre me observa como si no pudiese creer lo que está viendo, creo que me retará por la manera en que niega, se que no acepta lo que le he dicho respecto a mi petición a Santa.

¿Será que se han puesto de acuerdo ella y mi padre?

¿Por qué es tan difícil que crean en los milagros?

Corro hacia sus brazos, a mi lugar seguro, a mi hogar porque mi padre no me quiere.

—¿Por qué lloras de ese modo? —toca mi cuerpo revisándome y jadea al sentirme muy caliente.




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