Owen
¡Ouch!
El daño fue más severo de lo que pensaba, mi columna no respondió al primer momento, pero mejora según la cantidad de terapia que me hace este pequeño gigante al día.
He decidido deponer mis armas y aceptar toda la ayuda que puedan darme, si bien aún no se sabe nada de mi teléfono, espero en algún momento encontrarlo y llamar a mi socio para que me saque de aquí.
Comprendo perfectamente que son gente buena, también reflexiono en que he sido la peor persona de este mundo comportándome como un energúmeno delante de todos en este hospital.
—¡Ah, duele! —gimo el borde de las lágrimas.
—Me disculpo por las dolencias, pero descuide en un momento terminamos señor MacIntyre ¿Ha disminuido el dolor aquí? —solo afirmo con la cabeza porque de abrir la boca y hablarle me iría en llanto —muy bien es lo que se quiere.
No hemos platicado mucho este chico yo, pero sé que se llama Nicolás y que tiene cuatro hermanos los que por supuesto mantiene junto a su madre que se llama Valeria. Es un chico agradable, a sus dieciocho años es más alto que yo, pero continúa teniendo rostro de niño.
—¿Qué sabes de la pequeña? —me atrevo a preguntar y su rostro se ensombrece —¿Cuál era su nombre? —finjo no estar muy interesado porque se vería falso.
Pero la realidad es que ahora, sin estar enfadado lo que estoy es preocupado por esa chiquilla flacucha que dice cosas descabelladas y tiene una madre preciosa.
—¡Jenna Davis, ella es mi amiga! regresó a terapia intensiva, estaba bajo mucho estrés porque quiso venir a verlo y Amanda no la dejo —suspiro todo lo que puedo al sentir la presión de las manos de Nico en mi espalda baja.
En realidad, no entiendo por qué si este servidor es un dulce, pero un dulce de limón. Que tonto fui al maltratarla.
—¿Y pinta mal la cosa? —aprieta los labios en una fina línea que me da una respuesta no tan alentadora.
No puedo evitar sentirme culpable por que ella esté más enferma de lo debido porque me comporte con ella como si fuera el villano de alguna película de horror, ahora sé que su contextura muy delgada y esa voz sibilante se deben a que tiene una enfermedad agresiva en el pulmón izquierdo aparentemente un edema agresivo, no podría hablar correctamente teniendo algo así. Eso me golpea fuertemente ya que nunca he sido una persona hiriente, si bien he sido engañado por la novia que había tenido por los últimos cinco años, nadie tiene culpa de ello salvo ella… Candid.
Ella que, me arrebató la alegría y destrozó mi vida por completo y tanto, hasta caer acá en un pueblo que no conozco con personas que nunca había visto, pero que son muy amables cordiales y atentos.
Es que no solo son corteses, sino que son personas dadas a quienes lo necesitan por esa razón quiero devolverles el favor sobre todo al doctor Parker que me ha soportado como solo un padre lo haría.
—Puede que tenga que quedarse una temporada en terapia intensiva tal como sucedió el año pasado finalizado —seguro fue ese momento en que escribió la carta para que Santa Claus le trajera un padre —todos nos sentimos muy tristes porque Jenna es una niña muy alegre y merece vivir, ella… simplemente merece una vida diferente, en realidad espero que la encuentre y que sea muy feliz porque su sonrisa ilumina todo a su paso, ella es un ángel que nos enviaron para que nos hiciera felices a todos —no he tenido el honor de observar su sonrisa porque creo que la borré de un solo grito o quizás de dos.
Ahora entiendo el afán de que yo sea su padre bueno, creo que miento porque no entiendo nada, pero lo que si comprendo es que diga Nico es un angelito y no el espectro que dije… parecia. Es que la cagada fue de dimensiones elípticas Owen MacIntyre.
Necesito aliviarme para poder visitarla, su señora madre va a tener que entender porque las personas nos equivocamos, somos humanos y podemos errar tranquilamente además tenemos el derecho de ser perdonados.
—Espero de todo corazón que se recupere —y eso es verdad, lo siento de corazón.
Mientras tanto mi ejecutor continúa con el suplicio de lo que son los masajes a nivel sacro aprieto entre los dientes la pequeña pieza de goma dura que me ha entregado para evitar gritar ya que le he hecho saber del dolor que me produce en la parte baja de la espalda razón por la cual aún no he podido comenzar a caminar de nuevo.
***
Juego al carrito sentado en la silla de ruedas, mas porque no la se maniobrar que por diversión. Si existiera una maquina del tiempo la habría comprado para retroceder y nunca salir del hotelucho en el que me advirtieron quedarme, las personas por lo general hacemos lo contrario a lo que realmente nos conviene.
De haber sido obediente, me habría quedado descansando en la habitación quizás viendo televisión o jugando en línea, no habría chocado y menos aún habría lastimado a esa pequeña, no aguanto este encierro.
< No aguantas el cargo de conciencia >, pongo los ojos en blanco por la conciencia.
Doy unas vueltas más tratando de maniobrar correctamente y… lo consigo.
—Parece que se siente mucho mejor —salto en la silla, el dolor me puede —¡oh por Dios! —Parker corre a auxiliarme.