Owen
Jamás vi a nadie defender algo con tanta rabia y determinación, definitivamente esa pequeña tiene suerte de tener a esa mujer como madre. No solo es hermosa, sino que es capaz de hacer lo que sea por su hija… eso es amor.
Amor.
Maldita palabra que reconstruye unas vidas y destroza otras. Pienso en esa pequeña y, aunque sigo pensando que está un poco desestabilizada imagino por la medicación, la soledad y el dolor de no poderse curar, no puedo dejar de admirarla por mantener ese juicio que es más un deseo ferviente que otra cosa.
Una carta a Santa solicitando un papá. Es increíble la inocencia que tienen los niños al creer incluso en ese ser irreal y empírico que usan los padres en forma de engaño.
—¡Owen, yo! —niego hacia Parker.
—Ella tiene razón yo lastimé a Jenna —expongo resignado —y pese a que, desee repáralo o quizás mejorar cualquier tipo de acercamiento con ella… —sonrío solo con los labios —. Su madre siempre lo va a sentir como un acoso o algo así —niego.
—Eso es… muy pragmático hasta para un hombre de tu clase —sonrío ladeado. De mi clase.
—No tengo una clase Jim, soy un hombre normal y espero continuar siéndolo —señaló mis piernas.
—Necesitas descanso, tratemos de que no haya otra caída —asiento —por otro lado —me observa con decepción —, Lennon y su grupo han barrido la zona sin éxito en cuanto a tu teléfono y en el auto no se encuentra —me encojo de hombros, ya no me interesa tanto.
—Descuida, ya aparecerá y si no lo hace pues, siempre puedo comprar otro —Jim sonríe con las cejas alzadas.
Su bip suena y respiro profundo acomodándome en la cama, sintiendo el dolor del golpe que sufrí al caer en el piso. Recuerdo sus bellos ojos y suspiro sin siquiera premeditarlo. Es preciosa, siempre me han atraído las rubias y ella, Amanda es una verdadera belleza. El padre de Jenna debe ser un hombre bien parecido porque la chiquilla es hermosa y no se parece en nada a su madre.
—Buenas tardes Sr. MacIntyre —observo la mujer con uniforme de policía que me observa desde la puerta de la habitación —¿puedo pasar? —asiento y le hago señas para que siga —. Nos avisaron que ha sido víctima de agresión por parte de Amanda Davis y quisiéramos saber si va a levantar cargos —arrugo las cejas y niego.
No soy abogad, pero si tengo la suficiente experiencia para saber que este procedimiento es completamente ilegal. Yo no he elaborado ninguna denuncia al respeto y tampoco pienso hacerlo.
—No levantaré cargos, gracias —respondo mosqueado.
—Pero ¿admite que ha sido victima de violencia por parte de la señora Davis? —niego de nuevo.
—Jamás admitiría algo que no pasó —la mujer sonríe como sabiendo algo que desconozco.
—Eso quiere decir que si verificamos las cámaras no aparecerá dicha agresión ¿correcto? —sonrío por la tenacidad de la mujer al querer inculparla.
—Lo que estoy diciendo señora, es que para dar inicio a una investigación como esta debe haberse formulado una denuncia y yo no lo he hecho —al escuchar mi concluyente negación su sonrisa desaparece —. La señora Davis no es culpable de nada y menos de agredirme porque en definitiva… no lo hizo —miro a sus ojos y solo le queda sonreír de manera mecánica escondiendo las verdaderas intenciones.
—En ese caso, me retiro…
—En ese caso debería retirar cualquier indicio de investigación ya que puedo hacer una apelación que la lleve a una inminente sanción Sra. Devon —leo en el rótulo colgado del lado superior izquierdo de su camisa azul de uniforme policiaco.
—¡Ah, es usted abogado! —asiento.
—Lo soy —miento, pero ella no lo sabe.
—Entonces debe saber que no en todas partes las leyes son las mismas —tiene razón, pero yo soy más inteligente.
—Así es, pero el perjurio siempre ha sido el mismo Sra. Devon, espero que no lo olvide ya que puedo, contrario a esto, formular una denuncia en su contra —esta vez no sonrío.
—La policía esta obligada a iniciar una investigación de oficio incluso con una denuncia anónima —dice con determinación, eso no me lo esperaba.
—Eso es cierto, pero yo puedo desmentir el caso con solo decir que no hubo tal —ya me estoy cansando de la plática, quiero que esta mujer se vaya para que deje a Amanda en paz.
—En ese caso nos volveremos a ver Sr. MacIntyre —se despide con un movimiento de la cabeza y se retira.
No me pasa desapercibida la mala intención de la mujer, debe ser algo personal para que insista tanto, además, debe haber una llamada anónima porque, aunque este sea un pueblo pequeño, la policía nunca es tan eficiente, es decir; jamás llega tan rápido. Aprieto el botón para que venga un médico.
—¿Owen? —Jim llega apurado, vestido de calle —¿estás bien? —asiento.
—Eh, si lo estoy —pongo cara de disculpa —es que quería comentarte que vino una señora policía a preguntarme si deseaba levantar cargos en contra de Mandy ¡Amanda! De Amanda —arruga el entrecejo.
—¿Cargos? —niega —no entiendo nada, debes explicarte mejor…
—Dice que hubo una llamada anónima explicando a la policía que la madre de Jenna me agredió y pues, vino a tomarme declaración —los ojos de Parker se abren al reconocer la gravedad del asunto.