Owen
Escucho gritos y ¡esa es Jenna!
—¡Mami, mami no se la lleven! —salgo de la habitación y veo a Amanda esposada junto a la mujer que vino a visitarme, la policía.
—Nico, cielo llama a Victoria para que se encargue de Jenna mientras resuelvo esto —la mujer me mira con una sonrisa de satisfacción —mi amor no te preocupes, esto es un error. Estarás bien con Vi y Rebeca —veo su sonrisa, pero su tranquilidad se ve amenazada por el sujeto que viene atrás golpeado y con un brazo escayolado.
—No le mienta a la niña, usted no saldrá pronto de la cárcel —ella levanta la barbilla desafiante y, aunque sus ojos se encuentran irritados da un paso al frente.
—Tu y yo sabemos que es mentira, jamás te habría podido golpear sin que alguien se diera cuenta —se defiende y me descubro sonriendo como un tonto ante su valentía.
—¡Claro que sí! —protesta el idiota —. Como si en este hospital no estuviesen parcializados contigo ¡nadie te iba a delatar! —doy dos pasos saliendo de la habitación, tropiezo al hombre en el brazo y no da muestras de dolor.
Está mintiendo…
—¡Owen! Entra a la habitación por favor —escucho a Jim, pero yo solo veo las lágrimas de Jenna y las de Amanda.
Niego.
—Ese hombre miente —mi tono es mas alto de lo debido —, acabo de tropezarlo y no le duele el brazo —lo miro directo a los ojos, desafiante.
—¿Lo dice el sujeto al que ella misma tumbó de la silla y no levantó cargos? —aprieto los puños —. Lo sé, también lo ha cautivado… ¡es una provocadora! —doy un paso adelante quedando con la nariz casi pegada a la del hombre.
—Voy a ignorar el comentario solo por no hacer peor la situación, pero sepa que me encargaré de que quien vaya a la cárcel sea otro —la amenaza cae como un balde de agua fría sobre el sujeto y recula incómodo —si descubro que miente —señalo los golpes que definitivamente no son reales considerando que el hombre suda rojo y morado —, no solo levantaré cargos en su contra —ahora señalo hacia su pecho que sube y baja copiosamente —, sino en contra de todo aquel que le esté siguiendo el juego —miro a todos, a cada uno de los policías en especial a la de apellido Devon.
—¡Owen, no! —miro a Jim sin comprender nada.
Entro a la habitación delante de él, me siento como una fiera enjaulada y esto si que es nuevo para mi porque normalmente dejo que mis abogados resuelvan los líos. Con solo llamarlos basta para que se apersonen en este pueblo y resuelvan con sus conocimientos este lío.
—¿Qué carajo pasa contigo Jim? ¡Dios! —niega.
—No puedes actuar de ese modo, tu no sabes quién es el Dr. Desmond —entrecierro los ojos hacia él, pensé que Amanda era su amiga.
—Me queda claro que tu si lo sabes y me lo vas a decir ¿eh? —asiente.
—Es una de las autoridades en este lugar, no puedes amenazarlo —abro la boca, tanto que dudo poder cerrarla en días.
El asombro me puede, no estoy seguro de lo que está pensando en este momento, pero se perfectamente que no es en Amanda ni en Jenna. No se como sentirme al respecto, no soy un sujeto explosivo menos una persona visceral, aun cuando quiero entender, esta actitud de Jim Parker me parece servil e inaudita.
—¿Qué tipo de autoridad? —calla —. Te hablo a ti amigo, no quiero pensar que estés involucrado en algo… raro —cierra los ojos —doy un paso atrás negando con la cabeza —¡no puedo creerlo, que hipócrita! —la decepción en mi voz destila resignación y rabia.
—¡Espera, espera! No sabes cómo funciona esto…
—¡Por supuesto que lo sé, Jim y me asquea! — no puedo evitar gritarle —¿acaso crees que vengo de un convento o soy un cura? —resoplo enfadado —. Tengo mas conocimiento de situaciones fraudulentas de lo que crees, sobornos y… marranadas de personas como el imbécil de Desmond que se aprovechan del dinero para… para… —no termino la diatriba porque Jenna se encuentra en la puerta.
—Mi mami —solloza. Su cara llena de lágrimas y ese puchero de tristeza me parten el alma —¡quiero a mi mami tío Jim! —corre hacia mi y debo buscar sentarme porque literalmente las piernas me tiemblan.
Y es cuando me doy cuenta que no tengo ninguna muleta. Me quedo de piedra al descubrir que he pasado todo el rato caminando por mis propios medios. Abrazo su cuerpecito con cuidado, no tengo experiencia alguna con niños salvo cuando entrego juguetes e insumos a los refugios, eso lo hago desde un podio después de una conferencia, Nick es quien recibe los abrazos porque yo no soy bueno para eso, no obstante, esta chiquilla me tiene el corazón atrapado en su pequeñito puño y ya no tengo intención de negarlo.
—Descuida cariño, ten la seguridad de que ayudaremos a tu mami —observo a Jim tragar el grueso nudo que se le ha hecho en la garganta.
Algo me dice que hay mucho mas de lo que me está contando, pero lo averiguaré.
***
Las personas en general pasan de ser buenas a poco confiables y eso es exactamente lo que siento hacia Parker en este preciso momento, no me agradan para nada los individuos que detrás de una máscara de humildad encierran un ser sin corazón. No entiendo su reticencia, si él viste elegante es porque tiene las maneras y, si es de ese modo: