Para Este Tiempo

Capítulo 15: A solas con Él

Narra Ester

Esa noche, como cada noche desde que llegué a Nueva York, me arrodillé al lado de mi cama. La luz tenue de la lámpara sobre mi mesita iluminaba suavemente el pequeño cuarto. Mi tío ya dormía, y el silencio envolvía todo con una calma acogedora.

Cerré los ojos y respiré profundo.

—Padre… —susurré, con las manos juntas sobre mi pecho—. Gracias por este día.

Dejé que el corazón se me desbordara en palabras, sin pretensiones ni fórmulas, solo yo… y Él.

—Gracias por el trabajo. Sé que no soy la más preparada, ni la más experta, pero Tú abriste esta puerta, y yo solo quiero honrarte. Ayúdame a hacerlo bien. Ayúdame a ser diligente, a aprender con humildad, a no dejarme llevar por el temor ni la ansiedad.

Mi voz bajó, quebrándose un poco.

—Hoy fue difícil. Kimberly volvió a hablarme con dureza. Me cuesta no tomarlo personal… pero sé que no debo. Me enseñaste a amar, incluso cuando duele. Y eso quiero hacer. No quiero que ella sea mi enemiga, Señor. Quiero verla con tus ojos. Quiero tener tu corazón.

Un silencio largo se instaló, pero no era vacío. Era presencia.

—También vi a mi jefe… el señor BlackWood. Fue extraño, como si de pronto… él viera algo en mí. No sé qué fue exactamente. Tal vez solo fue educación. Pero… sentí que Tú estabas ahí. Que algo cambió. Que me miró de verdad.

Me llevé una mano al pecho.

—Él parece tan fuerte… pero sus ojos, Señor… sus ojos están cansados. Como si llevara una carga muy pesada. No sé qué pasa en su vida, pero si en algo puedo ser luz… úsame. Aunque sea en silencio. Aunque nunca lo diga. Solo úsame.

Mis labios se curvaron en una sonrisa suave, mientras una paz profunda me cubría como un manto.

—Yo no quiero que me vean. Quiero que Te vean a Ti, en mí. Y si este lugar, esta empresa… este jefe… son parte de Tu propósito, entonces aquí estoy.

Me quedé unos segundos más en silencio, con los ojos cerrados y el corazón en quietud. Sentí la voz de Dios, no con palabras, sino con certeza.

No estaba sola.

Nunca lo estuve.

Y mientras me acostaba, envuelta en esa calma que solo la fe puede dar, supe que algo en el cielo se estaba moviendo.



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En el texto hay: espiritual, dios, judios

Editado: 20.05.2025

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