Todo lo que he querido,
esta metido en dos grandes ojos.
Todo la voluntad con la que mi espíritu podría despertar, esta tras el aura y la existencia de un ángel.
Lleva consigo un alma tan profunda como el pielago del mar, suele sonreír y sin querer la primevera irrumpe a la obscuridad. Tiene el don de dar un paso y tras si la felicidad.
Y si estamos destinados, las luces del cielo nos guiarán. Al encontrarnos no habrán tropiezos ni esfuerzos de unión, porque tengo un ideal ileso, lo que coincide no necesita lucha, no necesita de un llanto amargo.
Si por cuestiones del azar no eres tu, alguien más vendrá a mi, y yo iré hacia él, seremos felices, pero siempre tu, con esa parte que te regale.
Pero si siempre si, la vida me habrá parecido más bella y justa, y estaré verdaderamente complacida.
Porque si somos, entonces seremos.
Si nos hacemos falta, nos completaremos, y nuestra vida las estrellas adorarán, sin traiciones, sin mentiras.
Y si me buscas porque la vida nos dijo que no, pero tu te niegas, entonces me revelaré y estaré justamente donde necesites que este.