Para siempre

Consejos

-siento que la culpa es de ambas-comienza Eduardo después de que le platique la conversación con mama- ambas tienen el mismo fin solo que no tienen una buena manera de expresarse- dice mientras termina de masticar los ravioles que preparo el mismo para cenar.

Le doy un largo sorbo a mi copa de vino mientras proceso sus palabras.

-¿Y cuál es ese fin segun tu? - le pregunto tratando de comprender su punto de vista.

-El de Leonor es que busca lo mejor para ti, a trabajado por ustedes y para su futuro, quizás tenga razón y debas valorar su esfuerzo y ayudarla, sacar una empresa a flote no creo qe sea tarea fácil.- suelta sin más, puedo ver cautela en sus ojos tratándo de usar las palabras adecuadas- y el tuyo es seguir tus sueños no tienes que hacerlo sola si hay quien quiera luchar junto a ti, yo soy una de esas personas- dice dulce- y tú mamá otra.- dice- solo deben de sentarse a hablar, explícale tus sueños, ayúdale y dejate ayudar, muchos quisiéramos unos padres aún a nuestro lado- veo nostalgia en sus ojos- y tú no valoras que ella está hay para ti- me dice viendome a los ojos- comprendo que ella no te diga estas palabras tal cual, pero aquí ya te dije la traduccion-se burla.

Sonrío por su chiste, quizás tiene razón, quizás somos igual de testarudas que nunca nos entendemos.

-Me tomare un tiempo y hablaré con ella- digo suspirando.

-¿Y si mañana una de las dos no está ya?- pregunta. Es tonto su pregunta pero real, alzó los ojos y lo miro fijante- hacemos planes como si tuvieramos los días seguros- explica encogiéndose de hombros.

Sus ojos brillan con cierta tristeza, estos temas son difíciles de hablar, tan solo de imaginarme una vida sin Eduardo me da escalofrío, no es que dependa de el, pero es alguien muy importante en mi vida. 

-Deja de dejárselo al tiempo y comienza a hacer las cosas que debes hacer, algunos dicen qe la vida no lleva prisa, pero es mejor hacer las cosas que lamentarse por no hacerlas, solo recuerda querida Italia que la vida no retoña.

Y "la vida no retoña" me da vueltas en las cabeza. Está plática tans eria me asusta, le aviento unas migajas de pan sobre la cara y se asusta, me río ante su expresión.

-Sacare un libro con sus frases icónica "señor siempre tengo la razón"

-heeey - levanta las manos y se ríe..

Se levanta aún juguetón de la mesa.

-Deberiamos ver una pelicula-propone

-De miedo si es que no te da miedo- lo reto

Suelta un acarcajada .

-Perfecto- lo veo caminar hacia su cuarto-La ire buscando miedosa- sonrío.

Termino de lavar los platos lo más rápido que puedo para llegar asta donde está el, realmente me siento agotada y lo que más se me antoja es recostarme en la cama de una vez.

Cuando terminó me voy corriendo al cuarto y encuentro a Eduardo acostado, ya dormido. No puedo aguantar las carcajadas pero me río bajito. Supongo que tuvo un día pesado..

Me recuesto a su lado y hago lo mismo. Me pierdo en un profundo sueño.

Fue necesario de que los rayos del sol entrarán por la ventana justo en mi cara para poder despertarme. Apenas abro los ojos siento la presión de que tengo que disculparme con mamá y hablar las cosas bien. Se que me quiere pero necesitamos hablar.

-Buenos días Italia- mi nombre suena tan bien cuando sale de su boca, es algo que me encanta.

-Buenos dias- respondo mientras pestañeo varias veces tratando de abrir los ojos por completo.

-¿Que harás hoy?- pregunta 

-Pensaba llamar a Socorro-respondo- Hace tiempo que no salgo con ella.

-Brayan compro una moto nueva y me pidió qe le diera el gusto bueno- me informa

-Oh - digo con sorpresa por la casualidad.-Entonces es día de amigos-sonrio ampliamente 

Me responde con una sonrisa igual de emocionado. Si algo nos encanta es pasar tiempo de calidad, ya sea con nosotros mismos, en pareja o con los que queremos. Eduardo especialmente tiene gusto por motos y adrenalina. Le gusta acampar, la naturaleza, la velocidad. Lo veo salir del baño con una toalla en su cintura mostrándome su trabajado abdomen.

-Hey, ponte algo de ropa o no saldremos hoy-me quejo.

No me responde, solo sonríe, me qedo aún acostada viendo cómo arma su outfit. Una cazadora negra de piel encima de una playera blanca, sus jeans deslavados y tenis negros. Se ve bien en su papel de chico malo. Se me antoja un montón como se ve qe termino eligiendo lo mismo para mí.

Se acerca a darme un beso. -Nos vemos para cenar juntos- se acerca, pérsibo su perfume, realmente se ve muy guapo.

-Esta bien, diviertanse- lo veo abrir la puerta y salir. 

Siento que el pecho se me infla de nostalgia y no entiendo el porqué. Solo las ganas de llorar y una tristeza que incluso duele. No comprendo las causas si estoy completa. A pesar de la mala relación, tengo a mi madre, mi padre y mamá se divorciaron hace varios años y ambos tienen sus trabajos, en ocasiones colaboran juntos, se acabó el amor entre ellos pero jamás el de la familia, entonces a pesar de no estar juntos siempre se ocuparon por nosotras, jamás nos hizo falta un padre. Tengo además a mi hermana y mis sobrinas, son tan  encantadoras, hablamos retirado pero estamos. En cuanto a Eduardo, es tan perfecto que siento medio. Y es está paz lo que me da miedo, no comprendo solo siento que a veces la vida sorprende. Aunque claro, nada malo podría pasar ¿o si?. 

Me levanto de la cama sintiendo aún esa censacion extraña de que algo pasa, tengo un nudo en la garganta a punto de horcarme. Decido ignorar ya que malos pensamientos atraen cosas malas. Alguna vez leí el libro de el secreto, incluso tiene un audio que ayuda a meditar y habla sobre el poder de la mente y los pensamientos. Trato de distraerme buscando un atuendo parecido al de Eduardo y lo logro. En mi armario predomina el color oscuro y las prensas extravagantes. 

Dejo mi cabello suelto y arreglo mi cara con un poco de maquillaje. Me gusta mucho cuando me reviso por última vez frente al espejo. Mi cuerpo me encanta, realmente fui privilegiada por dios. Mi estatura es pequeña, mis pechos de tamaño normal, lo que no es normal es el trasero. Tan grande ancho y redondo. Sin duda lo mejor de mi y lo que siempre me alagan. Mis caderas también son hermosas al igual que mis piernas. Cojo mi teléfono y busco el contacto de coco.




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