Para siempre

Claxon

Dos años de relación, desde primero de preparatoria seguía cada uno de mis pasos, cuando entre al equipo de voleibol, curiosamente también lo vi dentro del equipo, cuando tome clases de teatro; el estaba hay también, después tome la especialidad de sistemas computacionales y hay estaba el, aunque era dos años mayor que yo, éramos parte de las mismas cosas. Siempre me pareció extraño, con el tiempo me ilusionaba porque iba a toparme con el, después nos hicimos novios, felizmente novios, su recuerdo me hace sonreír, cada que podía me sorprendía con flores y chocolates, creo que el me hizo engordar un poco con su chocolate diario, yo era una persona menuda, de baja estatura y conflexion, pero el me idolatraba como si yo fuera la gran mujer. Con el tiempo y a su lado, tome cuerpo, bueno ambos lo hicimos, aún así no esquetaba gordita, el siempre me acompañaba mientras mamá trabajaba, heredó el imperio de mi abuela, más la empresa hotelera que logro al lado de papá, cuando ellos terminaron, el no le quitó nada, le dejo todo para que pudiera darnos lo mejor, por su parte el piso un restaurant de alto prestigio junto a su pareja Ana. Ella es muy linda, más no como mamá, a pesar de llevar años juntos, jamás tuvieron hijos, pero son perfectos siendo una familia de dos. Por extraño que parezca, ella y Leonor son muy buenas amigas, siempre hablando de viajes, comida, ropa, jamás de papá, ella es una mujer que con nosotras mantiene un trato respetuoso, incluso cálido, es muy amorosa, mamá también lo fuera si su trabajo no absorbiera parte de su tiempo y energía. Ella nunca se metió en el matrimonio de mis papás y quizás sea la razón de la buena relación con mamá. 

Cuando pasábamos días con papá, ella se encargaba de tratarnos como en casa, se preocupaba por alimentarnos, salir a pasear en familia, pero nunca tratando de usurpar el lugar de Leonor, si papá no podía estar con nosotros, ella nos cuidaba, cuando nacieron mis sobrina ale y Monse, ella parecía una abuela más, asombrando al equipo médico, es difícil para la gente aceptar que se termine en buenos términos. 

-¡¿Estás loca?! - un grito de un hombre obeso casi escupiendo su saliva me grita mientras jala en claxon una y otra vez.

Por inercia me llevo una mano al pecho, realmente me a asustado, no le respondo nada y solo echo mi cuerpo hacia atrás.

-Muevete imbecil!- un hombre en un auto lujoso saca su cabeza por la ventanilla , apenas lo reparo, en comparación con el hombre obeso, el es guapo, su mandíbula se ve fuerte, el cabello castaño le brilla bajo el intenso sol. Lo miro con el ceño fruncido.

El hombre ya dentro de su auto atrapa mi mirada y la sostiene mirándome con curiosidad. Aparto la vista cuando el hombre de adelante avanza aún mostrándome su mala cara. 

El hombre castaño me dedica una última peor breve mirada antes de perderse por la vía..

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Alexander

-Julio- le hablo por su nombre 

-Señor- responde con voz segura- ya está en el avion- me avisa 

Un gran peso se quita de mis hombros al fin esa loca me dejara en paz por unos días. Cuelgo la llamada sin responder nada más y cuando me concentro en la carretera freno de golpe ya que un estupido se frena de pronto. Parece que casi atropella a alguien, algún pendejo de seguro, resoplo molesto, no me gusta llegar tarde y falta poco para mí reunión, analizando el perfil, este contacto puede ser gran elemento para nosotros. 

Alcanzó a ver qué era una chica, no cálculo su edad, quizás sea una moribunda por el aspecto de su cabello, la ropa que queda demasiado grande y su piel se ve reseca. Me sorprendo a mi mismo viéndola más de lo que es debido.

-!muévete imbecil! - saco la cabeza y le gritó, vuelvo al auto, no entiendo porque no avanza si a la chica ni siquiera le pasó nada, nuevamente la miro y atrapó su mirada viéndome, ahogo una carcajada, tiene el ceño fruncido, se ve algo molesta, seguro la muy tonta pensó que le decía a ella, el viejo al frente arranca y yo lo imito no sin antes verla por última vez.

Estacionó el auto en el lugar de siempre, debo pasar primero a la oficina para después ir con el cliente. 

-señor que sorpresa- Matilde mi secretaria se levanta de golpe por la sorpresa escondiendo su comida chatarra debajo de la mesa- no esperábamos tenerlo por aca- insiste sacudiendo su fea falda.

-disculpeme- alza su vista llena de gozo, nunca me a escuchado decir esa palabra- la siguiente vez le enviaré un mensaje, no se, quizás unas flores tambien- la remato con todo mis arcasmo. Baja la vista apenada, no alcanzo a escuchar lo que me dice porque abrí mi oficina y asoto la puerta a mi espalda. Aflojó el nudo de mi corbata, respiro arto cuando veo la gran pila de documentos que debo revisar. Cojo en teléfono y marco la extensión de mi secretaria.

-Cancele mi reunión de hoy y posponga la para mañana a la misma hora- le ordenó y cuelgo sin esperar una respuesta.

El resto del día se me va firmando contratos, revisando planos y reacomodando las estrategias de mi equipo de trabajo. Somos los mejores en nuestro campo y por ello me rodeo de los mejores, a excepción de mi secretaria.

 

 




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