Para siempre

Hacker

–¿Quién chingados trata de entrar a nuestra base de datos? – digo ya exasperado, toda la semana nos está jodiendo los ataques queriendo hackear la información que mantenemos, apenas se supo que estamos en algo y están queriendo robarse informacion.

–No lo sabemos señor– dice el estupido que me cobra miles de pesos por su trabajo de mierda.

–Entonces toma tus cosas y pon tu inservible culo fuera de esta empresa– voltea la cara mas nervioso de lo que ya estaba tecleando como un loco en su computadora– te eh dado una orden, los grey no trabajamos con inservibles– se pone colorado pero suelta el teclado y sale por la puerta escurrido.– esto va para todos– alzó la voz llamando la vista de mi equipo– el que no me sirva se larga– me jode que trato de darles el mejor de los sueldos para que ellos se anden con estupideces.

–Señor– mi secretaria me interrumpen nerviosa– tiene una llamada de L&B corporations – me informa casi temblando.

– comunícame– casi le ladro.

– Que necesitas?– le pregunto tocándome la cien

–perdona la molestia pero me gustaría que leyeras las clausulas para no tener inconvenientes– ¿Encerio llama por unas jodidas clausulas?

–Lo haré en un momento–¿Necesitas algo más?

–No, ¿Estás bien?– me pregunta 

–Tengo algunos problemas con la seguridad de mi red– le digo. Esta plática me esta cabreando.

– Conozco alguien que puede ayudarte– sugiere– déjame le pasó tu número a tu secretaria.

–No me gusta trabajar con incompetentes– le advierto

– No va a trabajar para ti, es ayuda ya que somos socios y esos nos afecta a los dos, la enviaré, te ayudará y vuelve a mi– me explica– Que tengas buena tarde Alexander.– me cuelga.

En parte tiene razón, si nos roban información, los dos estaremos perjudicados, no nos afecta económicamente, ya que eso hay de sobra, pero el ego nadie no los jode.

– ¿Ahora que hacemos si corriste al tipo de las manos temblorosas?– se queja Víctor a mi lado

–¿Que te hagas llamar mi amigo no te da derecho a cuestionar mis ordenes– le digo sin mirarlo.

– Tu mejor amigo quedarás decir hijo de la chingada– me dice, a este le vale mis malos tratos, somos amigos desde siempre, es mi mano derecha en este y en todos mis negocios.

–Mi lame bolas quedras decir– me burló de él.

–Sigue soñando hermano– me la devuelve y se sienta en la silla frente a mi.

–No tengo tiempo para pendejadas– lo corto

– que novedad– se burla cruzándose de pies, lo estaba ignorando para que se largará pero no mastica mi mal genio, por eso lo encaro para que se largué de una vez.

–Dime lo que quieras y largate– no se ni como me aguanta 

– Puta madre! – grita golpeando mi escritorio– Ya no puedo ni saludarte– se hace el ofendido.

Tocan la puerta y Matilde asoma la cabeza. –Señor, la cómoda italiana que pidio– entra con ella. Miro a Víctor má smolesto de lo que estoy, detesto comer en la oficina, detesto que me hagan perder el tiempo, detesto tantas cosas.

–Ni se te ocurra poner eso aqui– le advierto mirando fijamente a Victor– ya déjate de mariconadas y ponte a trabajar– le advierto.

– Está bien, me largo, pero cuando necesites de un amigo tendrás que besar mi culo primero– me amenaza tomando la comida y saliendo.

Este día no creo ni salir a comer, tengo muchos pendientes y lo que quiero es que alguien, supla al hacker antes de tener serios problemas.

–Una cosa más señor– Matilde se detiene en la pierta– llamaron de L&B corporations para avisar que mañana estará aquí la persona.

 Un problema menos, si es que a caso es capaz, otro día estresante en la empresa, a mis 27 años soy una persona con muchos pendientes.

–¿Le salieron raíces en los pies?– le pregunto molesto cuando la veo que se a quedado en la puerta sin moverse. Se sobresale y se apresura a cerrar la puerta pero se lo impiden, ¿Ahora que?.

–Te escuchas muy tenso– samanta, la mejor amiga de Alexa entra por la puerta contoneando sus caderas, se nota que está operada.

La miro y no entiendo que carajos pasa con todo mundo, piensan en todo menos en trabajar y creen que uno tiene tiempo de sobra para andar chingando.

–¿¡Matilde?! – le gritó sabiendo que sigue cerca de la puerta.

Entra casi corriendo – dígame señor?– se apresura a preguntar.

–Acaso te pedí que llamaras al servicio de putas?– abre la boca sorprendida y a Samanta se le descuelga la mandíbula.

–¿Pero que te pasa?– se hace la sorprendida–¿Se enteró Alexa? – pregunta nerviosa.

–¿Que derecho te sientes para venir asta acá, entrar sin tocar y venir a ofrecerte? – casi le gritó, está sorprendida, incluso pálida, pero mi enojo no da para soportar más mierdas.

–Solo quería relajarte– se escusa muy dolida

– Lárgate de aquí!–le señalo la pierta– te dije que solo era sexo!– si somos adultos para que confundir las cosas, nunca les hago promesas ni les hablo de amor– ahora no me jodas más y no vuelvas a buscarme! 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.