Para siempre

Lulu

–¡Puta madre pero parece una nerds!– me grita soco por llamada cuando ve la foto que le envié de Lulú.

–Callate por favor– tapo con la mano el auricular para que ella no alcance a escucharla.

–Es la verdad no chingues– me sigue gritando haciendo que el oído me duela.– solo me cambio y las busco– me dice– suerte con ella– se despide y guardo mi teléfono de nuevo en el bolso pequeño que llevo. 

–¿De verdad estás segura?– aparece Lulu con un traje formal pero más divertido, se ve muy bonita, solo le hacía falta ropa menos aburrida, ahora lleva un pantalón de vestir lila, un traje del mismo color y una blusa blanca, cosas más coloridas son lo que le hace falta a su armario. 

–claro que si– le digo con entusiasmo mientras la reparo de arriba a abajo– ya no te lo quites– le sugiero– dejátelo así puesto ya– me gusta mucho, me siento muy feliz por verla bonita, estoy segura que va a influir mucho en ella, en su confianza, en todo. 

–¿Pero mi cabello es un desastre?– la observo y no está tan mal, solo que siempre lleva un moño recogido, pero se en buen estado.

–No te preocupes– la tomo de la mano encaminandonos a la caja para pagar, salimos juntas y vamos al primer salón que vemos, la llevaría al que siempre voy pero aquí nos queda de pasada.

–Buen día chicas– nos saludas un chico con facciones de ser gay– supongo que trabajaré contigo porque tú cabello se ve estupendo– se va directamente hacia Lulu tomándola de la mano mientras nos hace reír. Mi compañera de deja guiar de su mano hacia una silla, le pones una capa para cuidar su ropa y comienza desenredando con un cepillo.– dime qué quieres – le habla mientras hace ademanes con la mano. 

–Solo un despunte– dice Lulu tímidamente.

– Claro que no– intervengo yo– necesito que destaque todo lo bonito de esta chica– le digo mientras me aplastó en una silla para estar más cómoda, el chico asiente y gira la silla para que no se vea durante el proceso. Lo escucho hablar como tarabilla pero yo estoy en mi teléfono concentrada, le escribo un mensaje a Leonor como todos los días, me invita a pasar navidad alla con ellos pero me niego, no me apetece viajar. Veo la bandeja de mensajes y no hay ninguno de Alexander, quizás no le agradan tanto los juegos. Mensajeo con soco para apurarla, a Lulu solo le harán corte, tinte, peinado y maquillaje. Alzó la vista supervisando de vez en cuando, me cosquillean las manos por mandarle un mensaje a Alexander pero no tengo una buena escusa. Abro el candy chush para distraerme de la tortura de querer escuchar la voz de mi jefe. Después de dos horas el chico gay gira la silla para que Lulu casi se cagué en los pantalones al ver el resultado. Peino el cabello que ahora es castaño en unas ondas naturales, el maquillaje solo uso tonos neutros y un poco de labial para resaltar, se ve muy bonita, le sonrió cuando nuestras miradas se atrapan a través del espejo, me siento orgullosa de lo que cree. 

–Esta di-vi-na– el gay hace énfasis en cada sílaba y ambas reímos.

–Muchas gracias– le sonrió de manera amable– debemos irnos porque ya casi llega soco– le digo a Lulu para que se apure. Esta vez pago yo, es mi regalo el cambio de look que le hicieron, lo hago porque la obligue a comprarse el traje lila. Ahora ya no parece la de antes, sigue siendo formal, se ve inteligente pero más moderna y bonita. 

–No creí que pudiera lucir asi– casi llora de la emoción– muchas gracias– me abraza con cariño.

–Vamos porque se nos hace tarde– tomo su mano para correr a la salida– te aviso desde ahorita que mi mejor amiga está loca– le digo pero ella suelta a reír, no bebé, si yo fuera ella no tomaría a broma mis palabras, realmente está loca, es insoportable para los demás, somos un desmadre en la fiesta y aparte es la más dramática.

Tomamos un taxi asta nuestro próximo destino, me urge ir por mi auto pero no me e dado el tiempo, ya me canse de andar en taxi, sería más cómodo en auto propio. El taxi aparta y bajamos, soco aún no se ve por ningún lado y decidimos entrar, adentro es un lugar acogedor, está vez se siente diferente entrar acompañada, es la misma cafetería en la que coincidi con Alexander, huele igual de rico que la última vez, siento que no soy la única enamorada de aquí al ver la cara que tiene Lulu. Buscamos una mesa cerca de la ventana y es lo más perfecto del mundo, vista perfecta, olor perfecto, buena compañía y bocadillos ricos, siento que este lugar debería llamarse el pecado, porque realmente me siento en el cielo aquí. 

–¿Quien eres y que hiciste con mi amiga?– nos habla soco a nuestra espalda, viene con un abrigo largo, apuesto que debajo lleva un vestido de putita. 

–Este lugar es genial– le digo sin aguantarme la sonrisa. 

–Crei que iríamos a tomar– se queja haciendo pucheros

–Te presento a lulu– le digo tomando a mi compañera del brazo, soco me lanza un amirsda confundida pero estrecha su mano.

–Crei que eras diferente– dice confundida mirándome, le hago señas para que se calle. 

–Mucho gusto– le responde Lulu con amabilidad 

–Ahora vamos a pedir – suplico desesperada, me muero por un café de aquí, mi amiga tuerce los ojos y se sienta a regañadientes. 

–yo quiero un expreso de vainilla me dice Lulu– y le sonrió memorizando, volteo con mi amiga y sigue con gesto molesto.

–Yo lo que sea– me dice desparramandose en la silla– ¿Trabajas junto a mi mejor amiga?– cambia el gesto para hablar con Lulu, me siento cómoda porque por lo general soco es muy celosa cuando tengo otras amigas, pero con ella la veo cómoda. Las dejo platicando mientras me acerco a la caja para pedir, opto por tres cafés del mismo sabor, eligió varios bocadillos, los más apetitosos, siento las mariposas revoloteando alrededor recordar la vez pasada junto a Alexander, de vez en cuando giro la cabeza hacia la puerta, a quien quiero engañar, me muero de ganas porque aparezca atravesando esa puerta. Pago cuando la chica me entrega el pedido y tomo la charola encaminandome a la mesa donde las chicas están muy animadas platicando. 




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