Para siempre

Alexander

–Es aquel camión– me susurra julio mientras lo veo por los vinoculares, asiento en respuesta.

–Estan a dos kilómetros– les aviso a mis hombres por el radio par auq estén alerta.

Sigo cuidando por los vinoculares cuando el chirrido de una camioneta se escuchan poniéndonos a todos alertas, son tres en total, que seevazan el camión tapandoles el paso, siento las venas arder por la irá. Entrecierro los ojos como si así tuviera una mejor visión cuidando cada movimiento para planear el segundo paso. La camioneta de al frente se atraviesa haciendo que bajen la velocidad, mi teléfono suena y es Rick, el copiloto a bordo, respondo enseguida.

–Señor– dice asustando

–Estoy viendo todo – le digo interrumpiendo lo– dales lo que piden y resguarden su vida, no cuelgues que quiero escuchar– le ordenó.

Cada paso se planea pero no siempre sale como uno quiere, el armamento es mi responsabilidad y que cada quien cuide su vida, bajo en modo incógnito más abajo en la colina, quiero tener un tiro certero, en cuanto el camión para dos hombres bajan corriendo y se acercan a mis hombres apuntando con sus armas, pongo en la mira la cabeza de uno mientras julio a mi lado hubica al otro. Los vemos manotear al aire y gritar cosas que no alcanzamos a comprender, los hombres a bordo tienen las manos en alto.

–Manos el alto hijos de perra– se scucha que gris uno– asta aquí llegsron– dice riendo– ahora nos llevaremos sus juguetitos.

–Solo estamos trabajando– dice humildemente uno de mis hombres.

–Nosotros también pendejo– se burla en respuesta, las camionetas están retiradas atrás, tapando el paso por si a mis chicos se les ocurre regresar.– el señor benjamín les manda saludos – se burla y veo como el quita el seguro a su arma, es la información que necesitaba, le hago la señal a julio y soltamos el tiro certero que acaba con sus patéticas vidas, vemos movimiento en las camionetas atrás al escuchar los disparos, pero mis hombres arrancan y nosotros recibimos algunos disparos es respuesta. El camión arranca y le atino a una de la sllantad de la camioneta antes de que quieran seguir el camión, salen como hormigas de la camioneta disparando, son ocho y nosotros 4, me apunto mientras julio me cubre, en cuanto salgo tumbo a tres con tres tiros certeros, sin desperdiciar alguno. Julio hace lo mismo con otros dos mientras uno de ellos roza el brazo de uno de los míos, lo miro rápidamente viendo que está bien y le hago una negativa con la cabeza cuando veo que saldrá a tirar de nuevo.

–Son pocos– le gritó

–Ademas están pendejos– me segunda julio haciendo que soltemos la risa. Es el día de noche buena, mientras las familias normales están cocinando sus cenas, nosotros estamos disputando lo nuestro. Volvemos a salir y acabamos con otros dos, al último lo dejamos para que valla a dar las buenas nuevas. 

–Es porque meten puro violador–se burla julio y asiento en respuesta. Me agrada este momento; cuando todos estamos excitados por la adrenalina.

–Los otros están en camino– aviza un hombre de julio, se refiere a los del camión.

–¿Necesitas atención? – le pregunto al herido y niega tomándose el brazo.

– Necesito follar algún culo disfrazado de duendecillo– responde y soltamos a reír. Nos encaminamos a la camioneta y sabemos que tiene razón, nada mejor que unas tetas para olvidar, la adrenalina me hicieron borrar a la mujer de cabellera rosada un poco de la memoria, pero ahora mientras mi cuerpo enfría, la sangre comienza a reclamar el calor que me da esa mujer.

–Al lugar de siempre– le digo y arrancamos los 4 montados en la camioneta, se siente bien un logro más en esta vida de mierda. Durante el transcurso trato de evadir el recuerdo de ella, me consentro en no pensar en ella, Alexa mientras me molesta con sus insistentes llamadas. 

Estacionamos y entramos sin ninguna dificultad, nadie nos niega el paso, al contrario se abren para dejarnos entrar, dentro hay varias mujeres, todas con solo una pieza, la que no lleva bragas solo tiene sujetador, la que tiene bragas puestas va sin sujetador, otra en blusa sin ropa interior abajo, mi vista se va a una rubia que lleva una blusa blasileña, le llega abajo del ombligo, se marcan sus pezones debajo y lleva el culo al descubierto, tiene calcetas como de niña y tenis, se siente muy morboso verla, incluso tiene una leve capa de vello púbico, va caminando de espaldas y de vez en cuando se agacha mostrando toda su raja, siento cosquillas en mi polla y me lanzó con paso apresurado hacia ella, la alcanzo sujetando la del cuello, apretándola con fuerza con una sola mano mientras la hago girar, no me pongo a reparar su cara, no me fijo en nada, tengo en la mente otra mujer que está dejos de lucir como está puta. La pongo de espaldas y desabrochó mi pantalón sacando mi verga erecta, no me preocupo en si está lista o no, solo la penetró de un golpe, mientras con las manos casi le arrancó los senos, parece gustarle la dureza porque gime como perra, le doy con toda la rabia que tengo contenida, la indiscreción de la maldita Alexa, de lo que sentí cuando sus ojos decepcionados me miraron, de lo que senti cuando supe que se la había llevado una ambulancia, de lo que sentí al ser ignorado con mis llamadas, maldita, mil veces maldita por ignorarme, pero a quien quiere engañar, debe de estar en su casa llorando, pienso mientras entro y salgo del coño flojo que me recibe sin ningún problema, no como ella, que está apretada, sin haber sido probada por tantos, siento envidia, de las lágrimas que pueden estar tocando su cara, de la manta que debe de estar cubriendo su cuerpo, de la gente que puede estar a su alrededor, ¡Le pedí ser fuerte maldita sea! Y salió corriendo ante la primer loca que me reclamo como suyo. Escucho los gritos de la mujer al venirse y yo ni siquiera pude por estar pensando en alguien más, salgo de ella y la empujó con rabia. Me aparto mientras ella sigue contra la pared recuperando el aire, tiene el culo mallugado y la blusa rota, le tiemblan las piernas, acaba de ser su día de buena suerte.




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