Para siempre

Hijo de perra

Me doy un giro en mi cama, desperté hace cinco minutos pero el clima está tan rico como para estar acostada aún, alcanzo mi teléfono para revisar la hora, las 10:20, quizás otro momento más y ya, tenía mucho sin darme un rico descanso, anoche nos desvelamos viendo Twilight desde el comienzo asta breaking Dawn, nos dormimos super noche, toda la tarde fue de ver películas, imaginé toda las películas que Alexander era mi Eduard Cullen, pero es imposible. Escucho el timbre de la puerta pero siento pereza ir abrir, que salga soco si es que quiere. Suelto de nuevo mi teléfono en la cama, ya no hubo más mensajes ni llamadas, tampoco eh tenido contacto con mis compañeros de oficina, mi brazo está sanado, aunque mi bandeja de mensajes por parte de Fernando está a reventar, me escribe cada día para preguntar cómo va el codo, que si no eh vuelto salido a correr, que como estoy, que hago, de alguna forma de agrada platicar con el, solo que cada notificación de mensaje me hace ilusionarme con que es Alexander.

–Italia– soco llama a la puerta– si estás despierta te trajeron un paquete– salto sobre la cama de la emoción, quizás al final se arrepintió y me envió un regalo de disculpas, abro escondiendo la emoción que llevo encima, mi amiga está en pijama con el cabello revuelto y me mientras algo que es como un sobre grande. Lo abro y está membretado con el sello de la empresa en la que trabajo, frunzo el ceño y leo, es de un buró de abogados, estoy tan confundida asta que leo la parte en la que los socios al igual que Alexander estan demandando me por inclumplir el contrato, abro la boca por la sorpresa, aunque no quieren dinero, me amenazan con meterme a la cárcel si no vuelvo el día de mañana a la oficina. Veo a soco quien también estaba leyendo, ambas tenemos caras de terror, estoy más desilucionadas de el, no se canso con burlarse de mí, no soy especial para el, ya está muy claro. No tengo muchas opciones, de echo dudo que de verdad me envíe a prisión si tiene tratos con Leonor, no creo que quiera quedé mal con ella, por otro lado, me duele esto, ya debo tener reemplazo y es una herida que me duele, siento coraje de solo recordar que lo sigo esperando.

–Valla– dice soco– creí que era algo especial– me mira con tristeza, no se que responder, espero que mi silencio le de validez a qué tiene razón–¿Que haras?– me pregunta preocupada

–Lo resolveré mañana que valla– le digo para que se tranquilice.

–Escucha– me toma del brazo– tengo trabajo por videollamada, lo resuelvo y vengo por ti, ¿Está bien,?– le asiento con la cabeza y sale disparada a su cuarto, entiendo de esto y se que en cuanto se llega la hora deben de estar presentes.

Yo por mi parte, ya en soledad, me dirijo al baño, me doy una ducha rápida, mi cuerpo comienza a extrañar a ese idiota, la razón me dice que debería odiarlo, pero mi corazón dolido aún siente algo. Salgo a todos prisa y me pongo un vestido, una medias gruesas y encima un abrigo, me pongo mucha crema para que el frío no queme mi piel y el cabello solo lo seco con la secadora. Atravieso corriendo la sala para que soco no me escuche, de su cuarto viene el ruido donde sigue en la conferencia. Tengo suerte y salgo sin ser vista, bajo las escaleras por las adrenalina que llevo dentro, entro al Volvo y arranco con un único fin; darle la cara de una vez. En mi último intento y como si mi orgullo no estuviera por los suelos, siento las maldita mariposas revoloteando de nervios porque voy a verlo de nuevo. Por más que quiera hacer tiempo llegó en cuestión de menos de una hora, sigue sin haber tanto tráfico, son días de estar en casa con la familia, a excepción de Alexander,que no tiene. ¿Y si está disfrutando con su esposa? Me cuestionó de pronto mientras estacionó y obligó ais piernas a entrar, "claro que si" debe de estar con ella, no tiene familia pero¿ ella lo es no? Siento un nudo de rabia y quizás envidia, ¿Porque no lo conocí antes? Pienso de pronto, como si fuera un tipo que valiera la pena conocer. La secretaria del vestido uno pone cara de sorpresa cuando me ve llegar, pero solo me hace un saludo con la cabeza, me arde la cara de vergüenza, todos deben de saber que me demandaron y ahora estoy aquí como ratón asustado. Tomo el elevador y me alegro no toparme con nadie, se supone que parte del personal está de vacaciones, antes de dirigirme al encuentro, me desvío al baño, me aseguro de cerrar la puerta después de entrar. Veo mi reflejo en el espejo, me veo asustadaz nerviosa y un poco apagada, suspiro cerrando los ojos, ”valgo mucho" "te jodió el orgullo, no le demuestres su amor" me mentalizo, tocó una bocanada de aire y salgo con los hombros rígidos. Veo la puerta de su oficina, entre más me acerco más puedo escuchar el ritmo de mi corazo, comienzo a respirar con rapidez No está su secretaria, por lo que soy obligada a dar unos golpesitos en la puerta, se hace un silencio sepulcral y después escucho la voz que extrañe todos estos días.

–Adelante– suelto el aire antes de tomar la manija y darle vuelta, eh pasado cosas peores y sigo aquí de pie, un hijo de perra como Alexander no va a someterme. Abro la puerta y en cuanto entró veo su cara de sorpresa que solo dura algunos segundos para luego meterse en su caparazón frío.

–Buenos dias–le digo segura viéndolo a los ojos.

–Buenas tardes– me responde viendo su reloj, mierda apenas abrí la boca y ya estoy con cara de payaso. Estaba preparada para sus palabras hirientes, pero no para la belleza que erradia, está en un traje perfectamente a la medida resaltando cada músculo de su cuerpo, el cabello perfectamente peinado, la piel impecable, aunque veo un poco de ojeras.

–Buenas tardes– respondo ladeando la cabeza un poco




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