Para siempre es mucho tiempo (para siempre 1)

Capítulo 6

—Llama a la casa cuando termines aquí. Es cerca pero, aun así no debes andar sola en la noche —remarca Elena, yo la ignoro. ¿En serio me está dando consejos?

—Está bien, adiós —contesto porque en verdad no quiero que arruine mi noche.

Salgo del coche y enseguida el frío del anochecer me da la bienvenida. O tal vez son solo mis nervios. Como sea, agradezco haberme puesto pantalones y no vestido. Jake me había dicho que era una cena informal, solo su familia y un par de amigos (Bryan y yo), también había invitado a Meryl, por cortesía supongo, porque no eran muy cercanos, pero ella tenía otros compromisos con su familia.

Me dirijo hacia la entrada observando el coche de Scott —un Mustang del 64 color negro— aparcado a un lado, lo que significa que ha venido a felicitar a su hermano. Toco el timbre y en seguida veo que una figura se aproxima distorsionada por el cristal de la puerta.

—Buenas noches —saluda Scott con aire divertido—. ¿Y tú eres…? ¿La novia de Jake?

Espera. ¿Qué?

—Mmm… yo… —No me deja terminar.

—¡Oh, por Dios! Eres Jocelyn. Entonces es verdad que estás de vuelta y no eres solo una fantasía de mi hermano —sonríe para sí mismo.

No tengo idea de lo que significa aquello, pero prefiero no preguntar.

—Sí, soy Jocelyn. Hola Scott.

—Pero pasa por favor, dame eso, lo dejaré en la cocina —apunta al postre que traigo en las manos—. Jake está arriba con Bryan, ni idea de qué están haciendo ahí, pero puedes ir a ver. Yo tengo miedo de lo que vería, así que prefiero no hacerlo.

Definitivamente Scott sigue siendo el mismo bromista y divertido; popular, pero accesible; deportista, pero para nada tonto. Una mezcla extraña de ver, pero es imposible pasar un mal rato si estás a su alrededor. Sin embargo puedo decir que por fuera sí ha cambiado, y mucho. Me perdí toda su secundaria, así que puedo entender por qué me resulta difícil asociar su nueva figura con la que recuerdo. Es muy alto, más del metro ochenta sin duda, su cabello muy bien recortado, de un castaño más claro que el de Jake, tiene un cuerpo definido, que cualquier chica querría ver en la playa o supongo que en otro lugar. Sonríe, haciendo que sus ojos claros iluminen el lugar. Sin duda es muy guapo, pero es tan diferente a Jake.

—Buenas noches, señores Johnson —saludo apenas entro en la cocina donde ellos se encuentran.

—Buenas noches, cariño —contesta la mamá de Jake algo menos efusiva que el día de ayer—. Gracias por el postre, lo pondré en el refrigerador.

—Buenas noches, Jocelyn. Veo que en verdad estás de regreso. ¿Te quedarás esta vez?

<<Aquí vamos de nuevo>>, pienso. Por qué todos me hablan con ese sutil tono reprobatorio. No fue mi culpa irme hace cinco años. Pueden solo no recordármelo a cada minuto.

—Sí, señor. Me quedaré toda la secundaria aquí —anuncio.

—Siento mucho lo de tu madre, pero me alegra que estés de regreso. Eras buena influencia para mi hijo, espero que lo sigas siendo. No me gusta mucho su nuevo amigo.

—Yo… lo intentaré, señor.

—Por qué no subes con los muchachos, les avisaremos cuando la cena esté lista —propone la señora Johnson.

Está bien, eso fue raro, pero creo que lo peor ya pasó. El papá de Jake siempre me ponía nerviosa y aún lo hace. Como si pudiera leer tu mente o ver tus intenciones.

Cuando llego a la puerta de Jake, por los sonidos, inmediatamente sé lo que hacen. Videojuegos. No quiero interrumpir, pero tampoco quiero volver abajo.

—Jocelyn, no sabía que habías llegado —dice él al abrir la puerta.

—Pues aquí estoy —sonrío—. Hola, Bryan —lo veo por encima del hombro de Jake.

—Hola, chica —Bryan me dice solo chica, como si en verdad no supiera mi nombre, creo que solo está celoso de la atención que Jake me está dando desde que llegué. En lo que a mí respecta no haría nada por evitarlo, así que tarde o temprano se le tiene que pasar ¿o no?

—Estamos probando el nuevo videojuego que le regalé a Jake —aclara Bryan como si no fuera obvio.

—Lo imaginaba —me siento en la cama.

—Puedes sentarte y ver cómo le pateo el trasero a tu… —se detiene para mirarme— amigo.

Están así un par de carreras de coche más hasta que Bryan salta sobre sus pies.




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