No sé si son imaginaciones mías, pero siento más miradas dirigidas hacia nuestra mesa últimamente. Trato de no pensar en ello y concentrarme en lo que está comentando Jake, que tiene que adelantar sus tareas porque el próximo fin de semana vuelve a Los Ángeles a promocionar su música y el video.
—¿No creen que la gente nos mira mucho más que antes? —suelta Meryl.
—Gracias —digo—. Pensé que solo era yo.
—¿De qué hablas? —responde Bryan recorriendo la cafetería con la mirada.
—No creo que nadie sepa todavía quien soy yo —dice Jake.
—Yo creo que tal vez sí —contradice Bryan.
—¡Seguro que tú le has dicho a todos! —lo acuso.
—¿Qué te pasa? ¡Estás loca!
—Calma —media Jake—. Creo que solo estamos un poco paranoicos.
Acordamos guardar el secreto de la identidad de Jake lo más que se pudiera. La canción está sonando muy bien en la radio y con el video saliendo muy pronto va a ser imposible que no lo sepan, pero mientras tanto queremos seguir disfrutando de nuestro anonimato.
Estoy en uno de los cubículos del baño justo a punto de salir cuando unas voces conocidas me dejan paralizada. Gina y Lara, por supuesto.
—¿Crees que sea verdad? —pregunta Lara.
—Bueno, tendremos que averiguarlo. Si es verdad, no estaría tan mal quitárselo a la mosquita muerta de Jocelyn —dejo de respirar—. Lo he estado observando y no está tan mal. Ha estado creciendo estos últimos años.
—La verdad que sí, creo que ha estado ejercitándose ¿y viste su altura? ¿Cuándo creció ese chico, por Dios?
—Creo que hasta lo haría por diversión —ríe Gina—. Podría terminar con mi estúpido novio, después de todo ya me está cansando, pero tengo que estar segura de que es él.
Salen dejándome el corazón a mil. Gina quiere ir por Jake. Aunque sea solo por diversión. Se aproxima una guerra. Apenas pude se lo cuento a Meryl.
—¡Qué zorra! —grita y luego se calla cuando unos estudiantes nos miran. Cierro mi casillero con fuerza—. ¿Qué vas a hacer?
—No lo sé… tal vez nada. Después de todo, Jake no me cambiaría por Gina.
—Tienes razón. Creo que solo deberíamos sentarnos y ver cómo hace el ridículo.
Jake se va a Los Ángeles y me pregunto si tía Kerry tiene razón al decir que no ponga todo en una sola jugada, porque cuando él se va me siento tan sola y desamparada. Tengo a Meryl, pero Jake es irremplazable.
Jake llama en la noche, está feliz. Conoció a Summer Rice —la cantante del momento— en una fiesta a la que lo invitó el productor. Mi corazón hace un feo sonido, pero lo ignoro.
—Es que deberías haberla visto, fue muy amable conmigo y eso que ya sabes todos los discos que ha vendido y es muy sencilla —estoy a punto de decirle que se calle.
—¿Es más bonita en persona? —pregunto no sé por qué. Duda un momento.
—Sí, creo que sí. En fin, me estuvo dando algunos consejos ya que seremos colegas. Incluso quiso escuchar unas canciones mías ¿Puedes creerlo, Joce? ¡Una superestrella escuchando mis canciones!
No sé por qué estoy tan irritada. Pero lo estoy. De pronto quiero a Jake solo para mí. Quiero ser egoísta, pero no puedo, así que solo le digo cuánto me alegro por él. No es del todo mentira, pero tampoco es toda la verdad.
Al fin vemos el video de Jake cuando él regresa. Estamos en casa de su abuela, los chicos, su madre, abuela y Scott. Él le da reproducir y todos guardamos silencio observando cada detalle.
La chica del video es hermosa, tiene un largo cabello oscuro, al igual que sus ojos. Agradezco que Jake no sea el modelo que ella lleva de la mano. Jake se ve tan… lejano, como si fuera alguna de esas superestrellas que tal vez nunca conocerás en la vida. Solo que al volver mi rostro puedo verlo ahí a mi lado, sonriendo. Bajo mi mirada hacia nuestras manos entrelazadas y él me aprieta más fuerte.
El video es hermoso, realmente odio admitir que ese irritante director realmente sea muy bueno en su trabajo.
—Lyn, te pareces a la chica del video —comenta Meryl.
—Pero qué dices… ella es hermosa y es una modelo —respondo.
—Tú eres más hermosa —dice Jake.