A la mañana siguiente, los jóvenes se despertaron, obviamente el primero en levantarse y sufrir fue Jiang WanYin, pues su mejor amigo se aferraba al colchón y a su almohada.
-¡Que te levantes! – Gritó el joven mientras arrastraba del tobillo al chico que permanecía dormido y se negaba a salir de la cama.
-¡No te lo diré dos veces! ¡Sal de la cama en este preciso instante o te sacaré a punta de nalgadas! – Ying al escuchar la palabra “nalgadas” un escalofrió recorrió por su médula espinal, en un brinco se arrojó al suelo, sus cabellos estaban revueltos, igual a un nido de pájaros.
-Solo así te levantas, flojo dormilón. – Comentó cruzándose de brazos, su rostro era fresco, su sonrisa radiante, pero con un toque de malicia, como cuando un niño travieso le dan las armas y la oportunidad perfecta para su siguiente travesura.
-Por eso estas soltero, naces sin pareja y te morirás sin pareja, solo como un perro. – Reprochó molesto y con sus ojeras decorando su ensombrecido rostro.
- Pues yo que recuerde, a ti te botaron por tu terrible forma de ser, nadie te soporta más de cinco días.
-Y a ti ningún día, eres tan tsundere que nadie te aguanta, eres peor que un bipolar sin medicar. – Se defendió, sus brazos continuaban cruzados, su rostro se tranquilizó, pues odiaba que lo levantaran temprano, siempre su malgenio aparecía.
-Así, pues este tsundere te dará la peor paliza de tu vida. – Comentó con agresividad, cogió una almohada de la cama y se la aventó, dando en el blanco, o sea en la cara de Wei Ying, este la tomo con fuerza, y se abalanzo contra su “enemigo” usando la almohada compuesta de trapos viejos como una espada y al mismo tiempo como un escudo, ganó terreno, aunque el chico se movía bien y era rápido como un colibrí, logrando esquivar casi todos los ataques, pero no vio que lo dirigía a su trampa, solo le faltaba unos cuantos pasos más y caería en donde más le gusta verlo.
Con unos movimientos al aire y unos pasos atrás, el joven cayó sobre la cama, habían dado vueltas en la estrecha habitación que perdió el sentido del espacio, olvidando la posición del mueble; sin desaprovechar la oportunidad Ying se tumbó encima de su amigo, presionándolo con fuerza, lo tomo de las muñecas y las llevo arriba de la cabeza, imposibilitándolo de un contraataque, el joven de prendas purpuras se removió con frustración, pero todo movimiento fue inútil, originando una sonrisa de satisfacción en el rostro del de enfrente.
-¿Veremos quién le dará a quién unas nalgadas? – Preguntó burlesco, el rostro de WanYin se ensombreció, como detestaba cuando su amigo actuaba de forma tan infantil.
-Deja esto, se nos va hacer tarde, recuerda que hoy grabamos la canción, no podemos darnos el lujo de lastimarnos la garganta. – Explicó el chico, Ying asintió, se bajó del abdomen de su amigo y se metió a la ducha. WanYin se sobo las muñecas, una curva hacia arriba se formó en sus rosados labios, “Nunca cambies” este pensamiento cruzo por su mente, pues si detestaba ese comportamiento inmaduro, pero al mismo tiempo gracias a eso, ellos pudieron lograr soportar esos malditos años viviendo en la alcantarilla de mierda que fue su niñez.
-Estoy listo, vámonos. – Comentó Wei Ying amarándose un listón escarlata en su cabello como la brea en una cola, que está aún estaba goteando.
-¿Cómo es posible que estés listo en menos de cinco minutos? – Preguntó irritado, ya que él se tardaba más de media hora.
-Fácil, todo lo hago al mismo tiempo, son tres minutos en la ducha, pero al mismo tiempo que me estoy bañando, orino y me cepillo los dientes. Después son menos de un minuto en secarme con la toalla y lo que queda para cambiarme y peinarme. Soy el hombre de los cinco minutos. – Se regodeo, sin embargo, el rostro de WanYin palideció, luego se fue tornando verde y consiguiente gris.
-¡Que puto asco! ¡De ahora en adelante te encargaras de lavar el piso de la regadera! ¡Eres peor que un cerdo! – Se quejó, ambos caminaron hasta la parada del camión, el rostro del joven de jeans negros y una camiseta sin mangas de color rojo sangre con un estampado de una flauta negra como la noche y un ququin tan negro como la oscuridad, mostraba una expresión de aburrimiento, pues su amigo seguía hablando y hablando, sin mostrar pistas de detenerse.
-¡¿Cómo es posible que te orines en el piso de la regadera?! ¡Nos bañamos con tus orines! ¡¿Cómo puedes ser tan insensible, y yo creyendo que lo amarillo de la pared era deterioro o cochambre ¡Qué asco lo toque con la mano! Enserio, cuando regresemos lo limpiaras y con la lengua por cerdo…. – Los insultos continuaron aun cuando bajaron del transporte público, la cara de Ying parecía pálido, como si la vida se le hubiera ido, mientras que el rostro del contrario permanecía rojo y al mismo tiempo oscurecido.
Después de unos minutos, se calmaron las cosas, o por lo menos no seguirán “conversando” esto frente a sus jefes, solo esperaba a que regresen a casa y terminaría esta “charla” pendiente.
XingCheng estaba allí, pero esta vez se encontraba charlando con alguien, era el famoso escritor Xie Lian y el reconocido actor dramático Shi Qing Xuan. Los tres sonreían y conversaban armoniosamente.
-¡Chicos vengan, déjenme presentarlos! – Dijo el mayor.
-No hace falta, ya los conozco, y déjenme decirles que adoro sus canciones, son muy buenos, no puedo a esperar a descargar sus vídeos y canciones. – Comentó el joven de jeans grises y playera verde claro, en su cuello colgaba un colgante de oro con incrustaciones de diamantes, en sus delgados dedos relucían anillos de preciosas piedras y en sus muñecas brillaban sus pulseras de metales incomparables, todo realmente caro e innecesario. El joven se abanicaba con su abanico al igual forrado de telas de seda importada y decorado con incrustaciones de rubíes.
Editado: 03.10.2020