Pasión, amor y deseo

Capítulo: 24 “Recado”

En la mañana siguiente, los jóvenes se preparaban para ir a practicar su nueva coreografía, Nie HuaiSang era un genio, una deidad entre los mortales, crear una coreografía moderna, compleja, detallada y apta para la música en una sola noche, era realmente asombroso, por lo que estaría entusiasta por verlos bailarla, lo que significaba que durante el día no encontrarían calma, ni descanso; ya casi podían sentir sus piernas flageando y sus pies hinchados y acalambrados de tanto repetir la coreografía.

-Oye ¿Has notado que Son Lang ha estado muy cerca de XingCheng? – Preguntó el joven de ropas negras con rojo.

-Un poco, pero el modelucho de Xue Yang también, siempre que lo ven se le acercan como moscas a la miel, cada posibilidad que tienen lo invitan a salir. Ya no sabe cómo negarse. – Respondió su amigo mientras leía un libro de pasta dura y de páginas gastadas y amarillentas.

-Ya está harto de ellos, no lo dejan en paz, él es una buena persona que no les dirá en la cara que lo dejen, pero si creen que nosotros conviviremos con Xue Yang o Qi Rong solo porque XingCheng no les dirá un no, nosotros seremos quien hable por él, además les enseñaremos a no molestar a nuestro amigo y mánager.  – Afirmo el chico mientras le arrebata el libro a su amigo, este frunció el ceño y se cruzó de brazos.

-¿Te importa? Estoy leyendo – Comentó malhumorado.

-Sí, estamos hablando algo serio, ¿Podrías ponerme tu total atención?

-Te estoy poniendo la atención necesaria que necesitas, además XingCheng no ha dicho que le desagraden, al contrario, se ve cómodo con los dos, así que deja de sobreprotegerlo por que a ti no te caigan bien. – Respondió tomando su libro y volviendo a su lectura, Ying bufó y se cruzó de brazos, luego se derrumbó en el suelo haciendo un berrinche, como los que hacía cuando era más joven.

Sin embargo, el sonido de alguien tocando la puerta hizo que le levantará a ver quién era, los golpes se volvieron cada vez más rápidos y fuertes, haciendo que la puerta retumbara y los sonidos hicieran eco, WanYing se levantó de la cama, Ying se frenó al frente de la puerta, no la iba abrir sin saber quién era, ya que una persona normal no golpea así la puerta de otro.

-¿Quién es? – Preguntó, los golpes aumentaron, la puerta amenazo con caerse, el joven miro a WanYin preocupado, este asintió y fue por un cuchillo a la cocina, los golpes continuaron resonando, la puerta tambaleándose al ritmo del sonido.

-¡¿Quién demonios es?! ¡¿Y qué es lo quiere?! ¡Llamare a la policía! – Gritó Ying, sus piernas temblaron y su corazón empezó a latir fuertemente.

En un sonoro golpe retumbo la puerta, haciendo eco, los menores se vieron, comunicándose con las miradas, con el cuchillo en una mano y el celular con el numero a emergencias en la otra, Ying abrió la puerta, en la entrada no había nadie, ni una sombra, ni huellas, solo yacía un sobre blanco como la nieve en el suelo, esperando a ser levantado y abierto, el chico de ropas oscuras lo tomo, revisó que no hubiera nadie merodeando y se adentró al departamento, cerraron con seguro la puerta y la ventana, WanYing observo el sobre fijamente, dejo el cuchillo para picar cebolla en su lugar y le marcó a Qinghua, debía verificar que estuviera bien.

Espero unos segundos a que contestará, la voz del joven resonó en su cabeza.

-¿Bueno? ¿WanYin? – Preguntó en voz baja.

-¿Qinghua estas bien? ¿Dónde estás? – Preguntó un poco exaltado, el chico se empezó a alarmar.

-Sí, en el trabajo ¿Por qué? ¿Sucede algo? – Estaba entrando en pánico, sus manos comenzaron a sudar, se relamió los labios esperando una respuesta.

-Descuida, no pasa nada, todo está bien, solo cuídate, llámame cuando salgas del trabajo. – Contestó un poco más aliviado.

-De acuerdo; … si sucede algo dime, no carguen solo ustedes con ello para no preocuparme, puedo cuidarme solo, además hicimos la promesa, no permitiremos que nos sigas arruinando la vida, ya no más.

-Sí, tienes razón, pero cuídate de todas formas, cualquier cosa llámanos.

-Sí, bueno te dejo, mi jefe me está llamando, adiós, cuídate mucho. – Sin más colgó, luego se dirigió a la oficina de su jefe, el cual lo miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados, ya que no soportaba que sus trabajadores utilizaran el celular en horario de trabajo, debido que él lo usaba solo para asuntos de trabajo, quería que sus empleados hicieran lo mismo.

Mientras que en la calle, cerca de la facultad de comunicación de la universidad de la zona, camina XingCheng con su mochila azul con amarillo en la espalda, sus pasos firmes y ligeros, su largo cabello suelto meciéndose de un lado al otro, sus lentes brillando por los rayos del sol, sus pantalones de mezclilla oscuros y una playera blanca, su cintura delgada al igual que sus extremidades, su rostro tierno y delicado, sus labios rosa palo y suaves, sus mejillas blancas y limpias, su porte desprendía elegancia y hermosura; sin embargo también desprendía rigidez y cierto toque de aburrimiento, un hombre maduro que contrastaba con su figura juvenil.

Mientras camina con gracia por las calles, sin preocupación, observando todo a su alrededor fue interceptado por una camioneta, de vidrios negros y llantas grandes, el color de la camioneta era de color de la brea, penetrante.

Tres hombres se bajaron, sus ropas eran sencillas, comunes, pero en ellos no daba una buena confianza, por lo que dio media vuelta y comenzó a caminar a paso veloz.




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