Pasión, amor y deseo

Capítulo: 25 “Hospital”

Wei Wuxian se dirigían al hospital, estaba nervioso, preocupado, Jiang Cheng se dirigió a la compañía, iba a esperar a Qinghua, no permitiría que es tuviera solo, cuando los malditos ya habían dado el primer movimiento.

 En ese momento corría desesperado hacia la puerta de la compañía, su corazón latiendo con fuerza y sus pulmones ardiendo con el fluido del oxígeno atreves de ellos.

El mensaje del sobre no lo dejaba en paz, esas malditas letras rojas sangre nublaron su mente, su corazón, desvaneciendo la calma y tranquilidad de hace una hora.

“El Tío Rex les manda saludos, pronto nos volveremos a ver… Por cierto, que hermoso es XingCheng, Me gustaría agradecerle en persona por haberlos cuidado todos estos años”

Iba tan rápido y perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que chocó con una persona, vestía un traje celeste, de zapatos blancos como la nieve y de corbata azul como el cielo, el hombre lo sostuvo con delicadeza, su semblante mostro preocupación, angustia.

-¿WanYin estas bien? – Preguntó sin soltarlo, al contrario, lo apreso entre sus brazos, la gente a su alrededor observó la escena impresionados y sorprendidos, pues el líder y dueño de la compañía consolaba a un joven que apenas iniciaba una carrera en esta compañía, en pocas palabras un don nadie.

-Lo siento no lo vi; vengo corriendo, perdón, no lo volveré hacer. – Se disculpó exaltado, pues no debía correr en la compañía del Receso de las Nubes, además para su mala suerte chocó con el dueño de la misma. ¡Él es un chico sin suerte!

-Descuida, ¿Sucede algo?

-No, nada grave, vengo por Qinghua, ocurrió un problema, Wei Ying va para el hospital, debido a que…

-¡¿Al hospital?! – Pregunta con voz fuerte el vicepresidente, el cual al ver a su hermano que se demoraba decidió ir personalmente a buscarlo. Al escuchar que ese joven de cabellera larga y azabache estaba en el hospital su expresión tan fría como siempre se tornó un poco preocupado y su tono de su voz era alarmante.

-Sí, pero él está bien, atacaron a XingCheng y Xue Yang, ambos están en el hospital, Son Lang va encamino. – Explicó un breve resumen, los hermanos Lan asintieron y de inmediato se ofrecieron a llevarlos. El mayor le explico a Luo Binghe la situación para que cancelaran sus citas y pendientes, luego se dirigió con WanYing a ver a su amigo, el cual trabajaba sin parar, corriendo de un lado a otro, al escuchar al presidente no podía negarse a su pedido, por lo que le dio la tarde y tres días para que apoyara a sus amigos, aunque lo hizo maldiciendo en su interior, pues ahora más que nunca necesitaba manos y pies para la entrega de la limpieza de algunos proyectos.

Mo Beijun manejo al límite de velocidad aceptado en el reglamento vehicular, al ver al joven de ropas claras y de anteojos azules su corazón de hielo sintió un poco lastima, se veía tan preocupado que lo hacía verse tierno, como un perrito callejero siendo perseguido por perros rabiosos y salvajes, además sus jefes insistieron en que llegara lo más rápido posible.

Al estar frente a la puerta de vidrio del hospital se encontraron con una cara conocida, pero no querida, era ese mocoso de ropas verdes, de lengua afilada y de ojos egocéntricos, Qi Rong, al verse, una mueca de disgusto se formó de su rostro juvenil.

-¿Qué mierda hacen aquí? – Preguntó cruzándose de brazos, su mirada superficial barrio a los menores que se encontraban al lado de Ying, este le devolvió la misma mirada.

-Que te importa. – Contestó con desdén y antipatía, no tenían tiempo para desperdiciarlo con ese niño mimado, por lo que se dispuso a continuar su camino junto a sus amigos, sin embargo, una mano lo detuvo, lo agarro fuertemente del brazo, marcando sus delgados dedos.

-A mí no me hables así, ¡¿Quién te crees que eres?! – Preguntó furioso, su semblante feroz y repleto de cólera. Ying golpeo esa mano y empujo al joven, lo tomo del cuello de la playera verde limón y lo vio con una mirada profunda y seria.

-Mira mocoso, estamos ocupados, así que no interfieras en nuestro camino. – Sin más lo soltó y se fueron, dejando al menor hirviendo en furia y con un gesto antiestético. Luego se dio media vuelta y se fue a la sala de emergencias, los mayores observaron la escena, contemplando las acciones de los jóvenes, entretenidos y sorprendidos por las palabras y movimientos agudos de ese joven de ropas negras.

WanYin pregunto el cuarto donde se encontraba Xue Yang y XingCheng, una mujer de mediana edad les indico el lugar, su rostro aburrido y sus ojos sin luz, una vida rutinaria y aburrida, sin duda.

Los jóvenes casi corrieron hacia el lugar, los mayores solo los siguieron a paso normal, calmados, dentro yacía Son Lang tratando de consolar a su amigo, pero este estaba más preocupado por consolar a Xue Yang, el cual tenía un semblante pálido y un gesto agonizante en su rostro, el joven de ropas claras sostenía la mano del menor, acariciándola suavemente, con una mirada tierna y encantadora, mientras que el mayor de los tres miraba la escena con desdén y envidia.

Los chicos al ver la imagen tan dramática, como la escena de una película, una leve sonrisa se formó en sus labios, un gesto de calma inundó su rostro, al menos no fue tan malo como habían imaginado.

-¡XingCheng! – Gritó Ying, el mayor volteo al escuchar su nombre, al ver a sus amigos sanos y salvos de inmediato los rodeo entre sus brazos, una hermosa sonrisa y una mirada de dulzura y alegría se forjo en ese joven y bello rostro.




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