Los días pasaron, todo volvió a la normalidad, XingCheng estaban como nuevo, cada vez que podía visitaba a Xue Yang; ese joven de ojos claros y mirada profunda, normalmente era un día sí y uno no, el tiempo juntos parecía volar entre platicas y juegos de mesa, incluso el menor le enseño póker y los dados, ya que le prometió que cuando cumpla la mayoría de edad lo llevaría a jugar a un casino.
Sin embargo, casi todos los días Son Lang iba a visitar al mayor a su casa, era entretenido escuchar sus anécdotas y conversar sobre sus gustos, le sorprendió que tuvieran muchas cosas en común, mismas formas de pensar y de ver, concordaban en varios asuntos sobre la política y la cultura, compartían gustos por la música, la comida, las películas y libros, como si sus almas estuvieran conectadas, como si estuvieran destinados a encontrarse, o bueno, eso comentaba Son Lang, haciendo que el menor sonriera, provocándole un sentimiento de felicidad en lo más profundo de su ser, no sabía por qué su corazón saltaba cuando escuchaba esas palabras.
Sin embargo, cuando el joven iba a visitar a ese chico, a su cliente, su temperamento cambiaba, sus celos y molestia se mostraban a flote, reflejándose en su rostro y en su tono de voz. Haciendo que el menor frunciera el ceño y sutilmente lo corriera con palabras dulces y un tono de voz amable.
No soportaba que un hombre lo mangoneara y creyera que podía someterlo, él era libre, hacía lo que quería y luchaba por ello. Un ejemplo de su tenacidad y fuerza de voluntad fue ese día, donde su hermana mayor lo abandono con sus vecinos, esa buena pareja de viejitos que lo apoyaron en todo, dándole fuerza y amor, pero, la vida no es tan bonita como la pintan, ya que el destino tiene muchas pruebas que tenemos que superar, desde que tuvo que ser por primera vez autosuficiente, independiente de todos, no por que quisiera, sino porque no había ya nadie a su lado, nadie que le brindara un abrazo, beso, una palabra de consuelo, estaba solo, frente a los dos ataúdes negros, sin familia, ni amigos. Velando a sus seres queridos en la fría noche de invierno, en completo silencio, mientras sus tibias lágrimas derramadas enjuagaban sus rojizos e hinchados ojos de tanto sollozar y gritar en su completa soledad y penuria.
Por lo que gracias a la compañía de esos tres niños harapientos que se encontró en la calle donde comían las sobras y desperdicios de la basura, al verlos no pudo seguir ignorándolos, por lo que les tendió una bolsa con sándwiches y una oportunidad que les cambiaría la vida, les daría un hogar y amor, formarían la ansiada familia que tanto rogaban sus tristes corazones.
Los lazos que compartían los cuatro, era un lazo inquebrantable, una promesa de amor y un destino que fue tejido por los deseos y el amor entre ellos, una familia que pase lo que pase nunca de disolverá, ya que una verdadera promesa no se rompe, se puede raspar, rasgar, pero nunca, quebrarse.
-“Siempre juntos, pase lo que pase, nadie y nada nos separará”, “Somos una familia, y la familia nunca se abandona”. – Fue la promesa que pactaron cuando se conocieron, nadie ni nada los haría retroceder, juntos hacia el futuro, no mirarían hacia el pasado, ya que hay que apreciar el futuro que creyeron perdido, nunca alcanzable… extinto.
Al día siguiente, fue un día especial, ya que era su primer día de clases en la nueva escuela, estaban nerviosos, no sabían cómo iba hacer, como serían sus compañeros.
XingCheng los acompañaría hasta las puertas, siempre el primer día de clases los acompañaba, como un buen hermano mayor.
Los dos fueron arrojados de la cama, ya que ninguno se quería levantarse, sin embargo, WanYin comprendió y ayudo a arrastrar a su amigo a la regadera, lo desvistió y abrió la llave del agua fría, haciendo que su tibia piel se sobresaltara por el agua fría, dio un leve brinco y un poco de agua se le metió a la nariz, haciendo que un leve ardor entumeciera su nariz y esófago.
Después de toser y ahogarse durante unos minutos, su mirada asesina fulmino al joven que le aplicaba shampoo en su largo cabello.
-¿Por qué siempre me despiertas a base de torturas? ¡¿Por qué no eres una persona normal?! – Gritó mientras maldecía e insultaba al contrario, pero este solo le dio una mirada seria y fría, luego se enjuago las manos y salió del baño, dejando a Ying hablando solo.
-¡Te estoy hablando! ¡No te vayas! – Gritó tan fuerte que XingCheng negó la cabeza de un lado a otro, su sonrisa era fresca y tierna.
WanYin se terminó de arreglar, no estaba seguro que ropa llevar el primer día de clases, estaba nervioso, el primer día siempre es el peor y el más solitario. Después de probarse tres playeras, se decidió por una playera color lila en cuello “V”, un pantalón de mezclilla color gris, su cabello lo sujeto con una coleta, dejando dos mechones caer al lado de su frente, se puso un colgante en forma de lagrima, un par de aretes color purpura y sus tenis grises oscuros, sin duda la apariencia de un joven sencillo y amante de la música.
Cuando termino de arreglarse, entro Wuxian con una toalla negra sujeta en su cintura, abrió el ropero y tomo un conjunto al azar.
Era una playera negra con un estampado de una flor de loto roja, unos jeans rasgados color brea y sus tenis oscuros. Se secó el cabello y se lo amarro con un listón escarlata, dejando dos mechones cayendo por sus mejillas, estos mechones estaban a la altura de sus mejillas, sin duda fueron cortados hace no mucho tiempo, talvez cuando termino de bañarse.
Editado: 03.10.2020