Pasión, amor y deseo

Capítulo: 31 “Centro comercial”

Después del saludo, cada grupo se fue a su destino los chicos compraron algo para comer, Pei Su como Ban Yue no creían en las palabras de Wen Chao y su novia fueran de verdad, ellos no eran así.

-Yo que ustedes me alejaba de ellos. – Comentó la joven de ropas azules oscuro, su cabello sedoso y brilloso la hacían ver adorable y tierna.

-Igual yo, ellos no son de fiar de seguro están tramando algo, por si acaso estén alertas. – Confirmó el chico de jeans negros y camisa a cuadros color gris.

- Gracias por su preocupación y advertencia, descuiden, no somos tan fácil de engañar, ni persuadir. – Dijo Wei Ying con una sonrisa y su pulgar extendido hacia arriba, Jiang WanYin asintió en afirmación.

Las clases transcurrieron normales, Qi Rong se mantenía al margen, solo se limitaba a ignorarlos y a hablar tras sus espaldas, el grupo que siempre lo seguían completaban los diálogos y se reían, viendo maliciosamente al dúo.

Sin embargo, en un lugar lejos de allí, un hombre manejaba rebasando el límite establecido, estaba molesto y arrepentido por sus acciones, el haberse comportado de manera impulsiva y de cierta forma infantil lo hizo volverse loco, él ya no era un niño, ni un puberto, ya era un hombre maduro y con experiencia, con un corazón insensible y de un carácter fuerte.

Odiaba haberse comportado de tal manera, ese joven no se merecía lo que le hizo, bien sabe cómo es el carácter de Rei Long, debido a que antes habían trabajado juntos y si no fuera porque ambos son serios y responsables en sus labores, los dos hubieran terminado con los ojos morados y los sabios cuarteados, ya que compartían el mismo nivel de paciencia y la misma manera de desquitar su enojo o frustración, su vil manera de entablar una comunicación o solucionar un conflicto.

Aunque gracias a terapias obligatorias para controlar sus temperamentos pudieron controlar sus impulsivos deseos de violencia, por un lado Mo Beijun practicaba kick boxing por las tardes y noches, y Rei Long le encantaba desquitarse torturando a sus empleados, a veces las palabras son más hirientes que los mismo golpes.

Al estar perdido en sus pensamientos no noto que el semáforo había cambiado de verde a rojo, y los coches ya circulaban, al percatarse que se estrellaría frenó de golpe, si no fuera porque el conductor contrario se frenó antes, hubieran provocado un accidente.

-¡Fíjate animal! – Gritó la mujer del auto gris, Beijun continuó su camino y doblo en una esquina, se estacionó en un estacionamiento de un centro comercial.

Sus manos apresaron fuerza el volante, ahogo un grito en su garganta, la sensación de acidez perturbo su estómago y esófago, quería gritar y maldecir, golpear algo, lo que sea.

Después de unos minutos con los ojos fuertemente cerrados, tomo su celular y marco el número de Rei Log.

Unos pitidos sonaron en la línea, espero unos segundos y la voz inconfundible del contrario resonó en sus oídos.

-¿Qué? – Preguntó seriamente.

-Necesito hablar contigo, ¿Puedo verte en la tarde? Donde siempre. – Preguntó con su voz fría.

-¿Sobre qué quieres hablar? – Preguntó de igual manera, pues no estaba de humor para tratar algún asunto externo al trabajo.

-Sobre un joven que trabaja para ti.

-¿Cuál de todos?

-Uno de aspecto frágil, delgado, de lentes y de cara estúpida. – Dijo con una curva en sus labios cuando dijo la última palabra de su explicación. Pues la imagen del menor le provocó dicha reacción.

-¡Ha! ya sé a quién te refieres. – Comentó viendo de reojo al joven que corría de un lado a otro, pues estaba preparando café, sacando copias y arreglando unos archivos al mismo tiempo, por lo que sus pasos eran torpes y sus expresiones atormentadas y frustradas, luego al tener la taza del café en sus manos, los folders beige en sus labios y en su otra mano sosteniendo una Tablet, intento abrir la puerta, pero al no poder con todo a la vez termino regando un poco del caliente liquido sobre su pierna, un grito de dolor se escapó de su boca; incluso unas lágrimas se escabulleron de sus ojos. 

Rei Long rodó los ojos molestó, sin animo le abrió la puerta y lo dejo pasar, el menor lo vio con irritación, ni si quiera le ofreció ayudarlo con el café.

Como pudo dejo el café en el escritorio, los folders y se posó al lado de las sillas, esperando indicarle la nueva información a su jefe.

-Ok, te veo al rato, además no iré solo, tengo un nuevo asistente. – Comentó con cierto tono de burla y satisfacción.

-Bien, pues es un asunto un poco serio, no seas tan malo con el chico, primero déjame explicarte algo, y dale mi pésame al pobre infeliz que termino siendo tu esclavo, otro más al matadero.

-Descuida yo le paso tus buenos deseos. – Sin más ambos colgaron la llamada.

El mayor suspiro aliviado, pues no quería que por su culpa ese niño tuviera represalias en su trabajo, sabía que Rei Long sería capaz de humillarlo de una forma tan cruel, el ofender a alguien era algo que sé le daba bien, incluso era capaz de despedirlo, por lo que tenía que arreglar el problema lo antes posible, sobre todo porque ese chico le atraía, no sabía que cosa era, si su infantil comportamiento o su estúpido rostro, pero había algo en él que lo llamaba, algo que provocó que probará el sabor del vinagre en su paladar, algo que perturbaba su mente y corazón.




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