Pasión, amor y deseo

Capítulo: 35 “Persecución. Parte Uno”

 -¡Wei Ying! – Gritó, su ceño fruncido y sus labios apretados fuertemente, el asombro y un toque de molestia se reflejó su potente mirada, sus ojos dorados brillaron con los rayos del sol.

-Ahorita te explico, me están persiguiendo ¡Me quieren secuestrar! – Contestó mientras pisaba el acelerador y tomaba fuertemente el volante en sus manos, el hombre detrás suyo volvió arrugar su ceño, su mirada mostraba enojo.

-¿Quién? Vallamos a la policía. – Sugirió mientras trataba de tomar el volante, sin embargo, fueron rechazadas en un “pla”, el mayor quedo impactado, ya que nadie le habían dado un manotazo en su vida.

-Lo siento, pero la policía no hará nada, al contrario, ellos mismo me entregarían, solo debemos escapar. – Dijo mientras esquivaba varios automóviles, sin embargo, dos motocicletas los alcanzaron, una en cada lado, WanJi vio a los conductores, ambos vestidos con pantalones de mezclilla, playeras oscuras y un tatuaje en el cuello, era un símbolo que desconocía su significado, los observó detenidamente, pero cuando vio que ambos hombres sacaban una pistola detrás de su espalda, su corazón se detuvo, un frío invadió su ser.

Wei Ying ya se había percatado de ello, por lo que frenó de golpe, tomo la palanca de velocidades, metió reversa y piso con fuerza el acelerador, retrocediendo, logrando estar a escasos centímetros de ellos, los motociclistas maldijeron e insultaron, al instante el menor empujo al paralizado empresario al asiento del copiloto y le bajo la cabeza, a modo que la puerta le cubriera el cuerpo y la ventana no significará un riesgo total.

El mayor accedió a todo lo que le hizo el menor, debido a que no sabía qué hacer, estaba en shock, nunca antes había visto un arma apuntándole, ni mucho menos estar en una persecución, Ying suspiro, vio por el retrovisor que varios autos negros se estaban acercando, lo iba acorralar, por lo que debía avanzar, le dio una rápida mirada al hombre que se agazapaba y que lo miraba seriamente asustado.

-Lan WanJi permanece abajo, no te levantes hasta que te diga. - El mayor asintió, luego inhalo y piso el acelerador, de inmediato avanzó, los motociclistas sonrieron, apuntaron sus armas hacia las ventanas, pero no contaban con que el menor se ladearía hacia la derecha, provocando que la motocicleta perdiera el control y cayera.

Estaba absorto de la situación que no escuchó que su teléfono sonaba y vibraba varias veces, eran llamadas entrantes.

-¡Malito hijo de puta! – Dijo el motociclista mientras disparaba, las balas se impactaron contra el auto y la ventana, quebrándola, algunas balas rozaron el cuerpo del menor, incluso una fina línea roja se formó en su brazo, las tibias gotas de sangre escurrieron lentamente.

-¡Wei Ying! – Gritó preocupado al ver la roja sangre deslizándose por el brazo del contrario, un ardor nublo su mente y corazón; sin pensarlo salió de su escondite y tomo el volante con su blanca mano, lo ladeo hacia la izquierda, provocando que la motocicleta se volcara, incluso el hombre voló y rodó varias veces, quedando inconsciente.

Ying estaba asombrado por la acción del mayor, ya que creía que nunca saldría de allí abajo.

-Gracias. – El hombre ignoró lo dicho por el joven y volteó hacia atrás, creía que ya había acabado, pero al ver cuatro automóviles negros con ventanas oscuras acercándose rápidamente, el pánico volvió a invadirlo, miró fijamente al chico de ropas oscuras.

-No sé, no me mires así. Hay que buscar un lugar para escondernos.

-¿Y porque te buscan? ¿Por qué nos quieren matar? ¿Quiénes son? – Cuestionó inquisitivo, estaba muy asustado y preocupado. Ying al ver el ceño sumamente fruncido y esa mirada penetrante, se quedó sin palabras, pues no sabía si decirle la verdad o no.

-Esto… yo, yo… no, es complicado; ellos son… - Fue interrumpido debido a que habían golpeado el auto, por lo que fueron impulsados hacia adelante, por suerte solo sofrieron unos cuantos golpes, nunca dejo de conducir, los choques fueron haciéndose más fuertes y más constantes, por lo que a la primera oportunidad doblo en “U” y se adentró en la calle contraria, los automóviles los evitaban y le pitaban, ya que manejar en una calle transitada en sentido contrario ocasionaba un gran riesgo para muchos inocentes, por lo que se dirigió a un centro comercial que estaba cerca, acelero.

Los cláxones resonaban al igual que los insultos, los carros negros los perseguían, pero gracias a que los policías de tránsito y los demás vehículos le impedían el manejo libremente fueron obstruidos.

A los minutos llegaron, de inmediato bajaron del auto y corrieron a la entrada.

-¡Allí van! – Gritó un hombre vestido de negro y con un tatuaje en el cuello, al momento cinco hombres corrieron a la puerta del local.

Ying y WanJi corrieron y se adentraron a una tienda de ropa, al azar tomaron dos conjuntos, unos pantalones y una playera, luego se cambiaron en los vestidores que estaban abiertos sin guardia alguno, cada uno al lado del otro. Al igual que en las películas.

Esperaron unos minutos, escucharon atentamente si había pasos o voces que los ayudara a saber si estaban ahí, pero no habían pistas que los ayudaran.

-¿Wei Ying? ¿Qué hacemos? – Preguntó el empresario, el menor pegó su oreja a la pared hueca y no escucho bulla, por lo que se asomó levemente y al no ver peligro se adentró al vestidor de al lado, donde yacía su jefe.




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