Pequeños Problemas

Capítulo 7.

LINDSAY

Flashback.

La prueba de embarazo en mis manos marcaba un gran positivo, a pesar del miedo que sentí en ese momento, también me sentí muy feliz.

Con J.J llevábamos un par de meses saliendo juntos, al principio nuestra relación no fue la más idílica, pero luego de conocernos mejor, descubrimos que nos amábamos. 

Cuando nos conocimos no fue del mejor modo, aquella mañana en mis primeros días de trabajo en la cafetería, choque contra él y regué uno de los cafés sobre su camisa, me sentí muy avergonzada, al punto que lo lleve hasta los casilleros e hice que se quitara la camisa para limpiarla.  Él estaba realmente enojado, y a pesar de aceptar que limpiara su camisa, no le quede agradando mucho, e iba a diario al café solo para hacerme los días imposibles.

Asumí que trabajaba cerca, por los horarios en los que nos encontramos, aunque jamás supe realmente donde trabajaba, ni siquiera su apellido. A veces llegaba con su sonrisa burlona y me molestaba mucho, otros días llegaba muy serio con su tablet en mano y no me determinaba, algunas otras veces, iba varias veces al dia con dos actitudes distintas, él burlón que me molestaba y me traía loca, y el serio que apenas y me determinaba.

Empezamos la relación gracias a una situación muy vergonzosa. Peleando con él no me fije por donde caminaba y termine tendida en un charco, él fue muy amable y después de reírse sin control por un buen par de minutos, me ayudó a levantarme y me abrigo con su chaqueta para acompañarme a mi apartamento. 

Una cosa llevó a la otra y terminamos en una pasional y desenfrenada noche, la primera de muchas. Me decía que me amaba, que me adoraba y ese era el momento justo para decirle que nuestro amor al fin había dado frutos.

Salí en su búsqueda, sabía dónde podía encontrarlo, siempre nos encontrábamos en las inmediaciones de la cafetería, y esperaba que esta vez no fuera distinto. Quería darle la sorpresa.

La sorpresa me la llevé yo al encontrarlo de la mano con una rubia despampanante, ella lo abrazaba amorosamente y mi corazón se quebró al verlo besarla con tanta pasión como me besaba a mi. 

Corrí hasta casa con el corazón destrozado, lloré amargamente hasta altas horas de la noche, esa noche él no apareció, supuse porque. No pude dormir pensando en lo desdichada que era en ese momento, el futuro padre de mi hijo era infiel.

Decidí salir a comprar algunos víveres, para distraer mi mente, pero en lugar de eso, una gran imagen del hombre que amaba con aquella rubia apareció en mi rostro. 

“El gran compromiso Harrison—Sparks”

Harrison era su apellido, una familia muy rica en la ciudad, y yo, una mujer simple, estudiante de contabilidad y mesera. Negué con la cabeza y regresé sobre mis pasos, no fui capaz de leer la nota más allá de los titulares, tampoco quería hacerlo.

Cuando llegué al apartamento lo encontré en mi sala, su rostro enmarcado con una enorme sonrisa. Me saludo efusivamente hasta que miro mi rostro con más detenimiento. 

—¿Qué te sucedió? —agarro mi rostro con sus manos, delineando mis párpados, —Estuviste llorando mi amor, dime, ¿que paso?

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —me solté de su agarre de forma brusca y me alejé de él.

—¿Decirte que? —se veía confundido.

—Que te ibas a casar, que eras un Harrison.

—Son cosas sin importancia, además, no me voy a casar.

—Te vi, te vi con esa rubia. Ayer fui a buscarte y la llevabas del brazo, ¡Te vi besarla!

—No es lo que piensas, hermosa. —intentó acercarse a mí, pero hice lo posible por mantener la distancia, si me tocaba de nuevo iba a ceder, y no pensaba ceder ahora.

—¡No me mientas, maldita sea! —grite enojada, —vi el maldito anuncio en la revista.

—¿Anuncio? Amor, no es lo que parece, Danna no es…

—No me digas más, No quiero saber su nombre, no quiero saber tu compromiso, no quiero saber más. 

—No es lo que piensas amor, ella no es nada mio. —se veía afligido.

—Además, es mejor que sigas con ella, es de la clase alta, igual que tu familia, ¿Por eso no me habías dicho tu apellido? Solo estabas jugando conmigo.

—Jamás mi amor, jamás. Tu eres la mujer que me hace feliz, mi apellido jamás sería tan importante como tu. —lo miré con gran tristeza, la prueba de embarazo positiva se encontraba aún en mi baño y decidí que era mejor decirle la verdad.

—Hay algo importante que debo decirte J.J. Pero no se como lo tomes, mucho menos ahora que estás comprometido.

—¿Qué pasa amor? Yo no estoy comprometido. —reí amargamente y caminé a mi habitación para tomar la prueba y regresar con él.

La recibió con una mueca en el rostro, al parecer no sabía que tenía en sus manos hasta que lo miró más fijamente. Su mirada pasó varias veces de mi rostro a mi vientre con una mezcla de felicidad y angustia.




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