"TALLERES Y CARRERAS "
Noah:
— ¡Noah! ¡Noah! —una serie de golpes me es dado en medio de las costillas y se que alguien esta apunto de morir si sigue haciéndolo —¡Despierta! La profesora viene hacia aquí.
Por un momento los golpes y gritos susurrados se detienen hasta que sólo se oyen unos fuertes e incesantes ruidos de tacón golpear, todo el salón está sumido en silencio, y al oírlos disminuir el paso los sentí próximos así que no me quedo de otra que enderezarme —porque de despertar ya lo habían hecho —y enfrentar a la profesora de turno.
— Myers ¿no? —asiento en modo de respuesta mientras tomó de la botella de agua que está del lado de mi compañero — ¿Estaba escuchando mi clase?¿O estaba demasiado cansado cómo para poder prestar atención? —pregunta sarcástica la mujer frente a mi yo solo la miro esperando a que termine antes de poder hablar— Veamos si puso atención.
Vuelve al frente del salón bajo la intrigante mirada del curso por su siguiente accionar y borra todo lo que estaba plasmado en tinta sobre el pizarrón.
—¿De qué temas estábamos hablando? —indaga, bien un interrogatorio, me pongo cómodo en mi silla antes de contestar y la reclino hacia atrás para comenzar.
— Dijo que íbamos a empezar a ver las guerras mundiales y explicó el desarrollo de la primera junto a sus causas y consecuencias y lo que escribió allí —apunto al pizarrón con el mentón— Era un cuadro sinóptico que está en el libro.
Al terminar de hablar la cara de todos fue digna de un cuadro o fotografía lástima que no podía sacar mi celular.
Mis amigos empezaron a felicitarme entre muchas otras cosas más y las miradas de asombro de las chicas no se quedaron atrás, aunque la mirada de cierta pelirroja me llamo más la atención y le di una de mis tantas sonrisas que le gustan a todas, su reacción solo me provocó una risa que molesto a la profesora de Historia quien no paro de hacerme preguntas sobre ambas guerras hasta el final de su hora.
Ya en el receso, varios se acercaron a felicitarme mientras con los chicos íbamos al casino para comprar comida.
— Eso estuvo increíble Noah —gritó Río, quien iba a mi lado sin parar de hablar— Todas las preguntas las respondiste sin pestañear ¿Cómo lo hiciste?
— Tal vez usó por primera vez lo que tiene allí arriba —comenta Jason entrométiendose en la conversación— No creo que haya usado su celular porque esta aquí— Mike se lo pasa a Jason haciéndolo volar en el aire donde rápidamente lo atrapa y sale a correr.
— Vuelve aquí con mi celular hijo de... — empiezo la persecución en busca de recuperar mi celular pero el muy payaso se adentró donde está la fila para comprar comida y lo perdí de vista.
Rodeo la masa de gente que está esperando pagar por su comida y veo al castaño junto a su melliza discutiendo y es imposible no notarlos porque los gritos de su querida hermana son muy conocidos en toda la institución así que no espero y corro hasta donde se encuentran y al visualizarme el mayor sale corriendo del lugar donde está su hermana junto con la pelirroja.
— Hey Sol —saludo con con un sonrisa—Por las dudas no te dejo mi celular.
— A ella no —habla esta vez la chica de ojos mieles a su lado —pero a mi sí— dice extendiéndome el aparato— Ya estamos a mano, verija.
—¿Cómo me llamaste? —escupo incrédulo, se lo que significa pero me sorprende que lo haya dicho de esa sutil forma.
No lo vayas a buscar en Google porque su significado es distinto.
— Mira princesa —rodeo la mesa hasta quedar frente a ella ya que está sentada del otro lado de ella— No sé si tus amiguitas te han comentado como funcionan las cosas aquí pero por lo menos a mí me muestras respeto, fui amable las primeras veces pero ya no lo seré, así que cuidado con tu boca suelta —me cruzo de brazo mirando a cada una de las nueve chicas que están en la mesa centrando mí atención en la pelirroja frente a mí.
En un rápido movimiento se posiciona frente a mí, imitando mí acción cruzando sus brazos sobre su pecho con mirada altanera dirije sus ojos mieles hacía mí y ellos destilan furia y enojo, está simplemente molesta por lo último que dije, dejo salir una sonrisa por tal reacción avanzando un paso más hacia ella evidenciando la diferencia de estatura, ella me llega al mentón, es bastante baja para tener quince años —casi dieciséis— pero eso no parece intimidarla ya que sigue en la misma posición con sus ojos clavados en los míos.
Detalló su rostro en los minutos que ella me queda mirando, sus pecas salpicando sus pómulos y la zona de su nariz la cual se infla con cada respiración que da detonando más y más su enojo, luego bajo a sus labios los cuales están formando una mueca de disgusto y su mentón ligeramente elevado para lograr verme.
— ¡Ja! tú no me das miedo —escupe con molestia adornando su voz— Si crees al menos un segundo que te puedo llegar a tener el mínimo miedo estas muy equivocado.
—¿Quién dice que quiero que me tengas miedo, princesa? —me inclino para quedar a la altura de sus ojos y veo ese color miel que destella tanto enojo en una mirada tan pequeña.
— Te dije que no me llamarás así —arrastra cada una de sus palabras pronunciándolas con enojo y ¿Tristeza? Su mirada cambia al escuchar el apodo pero no aparta la mirada más bien la sostiene.
—Te puedo llamar como yo quiera poco me importa tu nombre Naranja —enderezo mi espalda volviendo a mi posición.
—Dime como quieras, poco me importa como me llames idiota —suelta usando mis mismas palabras—Pero ese apodo no lo menciones, no tienes el derecho de llamarme así.
— Ok —ruedo los ojos para finalizar — Gracias por devolver mi celular, supongo, adiós princesa— me despido con un ademán cual militar y salgo a correr cuando veo que levanta su puño para golpearme pero Courtney la detiene.
Me voy a la mesa donde mis amigos y yo siempre nos sentamos y me coloco junto a mi mejor amigo.