Capítulo 7

"UNA MANIPULADORA, OTRA LOCA Y UNA DESMAYADA"
 

Noah:
 

Al final la carrera resultó un desastre quede en segundo lugar, no hubo desempate y tuvimos que salir corriendo a picadas por los disparos de un loco que por no ganar se le canto a ir por los disparos.

Simplemente genial.

Cuando todos nos reunimos en la casita —que sirve como escondite y punto de reunión que está cerca de la playa, escondida debajo de una pequeña colina en la parte rocosa de la playa— contamos cabezas para ver si ninguno se quedó  aunque al ser solamente cinco no sé porque lo hacemos ya que la ausencia de alguno sería notoria.

Después de una media hora en la que comimos e hicimos otras cosas, un golpe en la puerta detiene la conversación que los demás tenían, siendo la puerta de madera  —a punto de caerse— el centro de atención, todos miramos a Colin en espera de alguna señal pero Duncan se adelanta en buscar su arma y tirarme la de repuesto a mí por si acaso, mientras el capitán avanza hacia la puerta.

Cuando la abre un par de chicas que no logró distinguir esta frente a Colin hablando, llevan puestos unos casco así que no logró distinguir sus rostros, veo como la de la derecha le pasa una pequeña bolsa a Colin para luego volver a la moto que está a unos pasos de la casita al subirse noto el cabello de ambas chicas uno negro como el cielo y otro de un color rojo y ambos empiezan a desordenarse cuando la chica acelera y ambas desaparecen.

— Hey, miren —Colin tira la pequeña bolsa a la mesa ratona que está frente al sofá, saliendo de esta un pequeño rollo de dinero —unas chicas han traído el premio del segundo lugar, felicidades Noah.

— No es como el premio del primer lugar pero algo es algo ¿No?  —dice Riley apoyándose en mí hombro.

— Si, al menos quedaste segundo —apoya Colin — Ya no te molestes y quita esa cara de viejo amargado, que solo tienes dieciséis años —todos ríen ante su comentario, poco gracioso a mi parecer.
 

...
 

Miércoles.

Clase de gimnasia.

¿Qué haces tú en esa clase?
Voley, fútbol, básquet...

Nosotros no hacemos eso específicamente en esa clase, en cambio, en esa hora, tenemos defensa personal, algo muy útil en verdad.

Esta clase es mi favorita ,después de los talleres, pero eso es un punto a parte ya que es por la tarde.

Todos formamos una fila frente al profesor que dicta la clase, un hombre robusto con el cabello totalmente blanco por el pasar de los años, con un cronómetro en mano y varios objetos para la clase y después estabamos nosotros los veintitantos chicas y chicos todos vestidos iguales con los dichosos uniformes deportivos del colegio.

— Buenos días —saluda el viejo profesor Rudy— Para los nuevos, bienvenidos a la clase de defensa personal, esto es como es el reemplazo de gimnasia y algo que les servirá para cuando estén en las calles en una situación que atente contra ustedes o terceros y amerite que ustedes sepan defenderse y defender a los demás, aquí aprenderán a inmovilizar a su oponente entre otras cosas... Ahora una fila de chicos y otra de chicas empezaremos esta clase— ordena en una apacible voz —¡YA!— grita al ver como todos se mueven como tortugas.

Los chicos somos trece y a comparación de las chicas que son catorce llevamos una pequeña desventaja al faltarnos un integrante.

— Para empezar haremos una carrera de obstáculos para medir su destreza y seleccionar los grupos en los que trabajaremos este primer trimestre y también las parejas para los enfrentamientos cuerpo a cuerpo —explica, a la vez que varios palidecen ante lo último, que para todos es nuevo, menos para mí y Duncan que tomamos clases aparte para nuestras actividades nocturnas fuera del colegio.

El rostro de la mayoría es digno de fotografía, algunas chicas más pálidas que otras, mientras a el par de locas de Jane y la melliza de Jason parecen realmente contentas por poder golpear a quien tanto odio proclaman, una chica la cual tiene nombre y apellido, la cual es muy bonita como lista y excelente en cualquier disciplina ya sea física o intelectual, una de las tantas chicas con las que he salido y con la que actualmente anda pegada a Jason, Marianella Canteros o bien para nosotros Mar, una niña mimada con mal carácter y que se cree la reina de este colegio, una chica bien parecida a mí, tal vez por eso no congeniamos, ambas personalidades chocaban demasiado, una chica fría y cortante combinado con un mal carácter y un ego por los cielos, si así es ella y ya nombrando a dichosa castaña esta se acerca a mi apoyando su brazo en mi hombro derecho.

— Hola Myers —saluda con felicidad  —Espero que estés en mí equipo —dice recalcando el mí.

—¿Ah si? ¿Y por qué quieres eso? ¿Ah? — indago enfrentándome a ella.

— ¿No es obvio? —inquiere con desdén.

Me cruzo de brazos esperando una respuesta a lo que la chica rueda los ojos antes de hablar.

—Quiero a los mejores en mi equipo, y supe por buena fuente que tú y Duncan tomaron clases privadas con el viejo Rudy —abro mi boca para replicar pero esta se me adelanta— No intentes negarlo, solo haz lo de siempre aparte de ser un estúpido.

— No hace falta decirlo chica, y has admitido que soy el mejor.

— Si, dije uno de los mejores, porque hay muchos mejores que tú —apunta mi pecho con su dedo índice acercándose a mí—Jason por ejemplo.

Que me compare con el gran imbécil de Rivera me molesta, lo admito, y ella sabe —como la mayoría aquí presente— la rivalidad existente entre ambos, el desprecio que nos proclamamos. 
El chico castaño y yo siempre tuvimos esa rivalidad desde que nos vimos, nunca fuimos amigos y es casi nula la posibilidad de que surja una amistad entre nosotros, con su hermana es una historia diferente la chica Rivera no es mala pero tampoco cae en mi agrado y al igual que yo detesta a su hermano mayor una de las pocas cosas que tenemos en común al igual que nuestro entretenimiento sea fastidiar a dicho castaño, pocas son las veces en que hablamos pero siempre el tema es para molestar a su mellizo.