Perfecto Desastre

Capítulo 9

 


 


 

" FALLIDO CLICHÉ "


 

Isabella:
 


 

—¡Mierda! —escupe la castaña saliendo de su asombro— Ahora entiendo porque vino y pregunto por ti.
 


—¿Vino aquí? —inquiero, sentándome con dificultad en la cama.

—Si pregunto por ti, si estabas despierta que quería hablar contigo pero aún estabas durmiendo.

—Mañana hablaré con ella, ahora no tengo cabeza para nada ni nadie— suspiro cubriendo mi cabeza con mis manos.

—Ahora dime, solo por lo que te dijo Jelly te causo ese mini-ataque que tuviste o ¿Hubo otra razón?.

— Desde que Jelly me dijo eso empecé a atar cabos con lo que dijo el chico buitre, Cy, mi cabeza empezó a doler antes de que hiciera la carrera me estaba matando el dolor y cuando estaba por salir escuche decir a uno de los chicos que una chica debería estar de-debería estar en-encerrada por loca y de allí todo se volvió borroso —explico.

—¿Crees que Quinn ya lo sabe? —murmura con timidez.

— Eso me ha dado mil vueltas en la cabeza estos días.

— La vieja de alguna forma siempre se entera de todo, pero no creo que él y los demás sean tan estúpidos para volver y romper el trato.

— Recuerda que este año ya cumple dieciocho y el trato es hasta esa fecha pero no sé si nosotras entramos en el acuerdo.

— Ojalá que si —susurra— No estamos seguras si están aquí, hay que hablar con Megan, podemos ir a verla.

— Si hablamos de este tema, prefiero que sea en mi casa —replico, a lo que ella asiente.

— Pásame mi celular —pido enderezándome —llamaré a Jackson le pediré que averigüe esto, necesito estar segura.

Recibo mi celular y rápidamente llamo a Jackson, no tengo tiempo que perder, necesito la certeza de que ellos van a volver, de que él volverá, porque si es así romperán no una regla sino todo un trato creado para nuestra seguridad, necesito saber si yo estoy incluida dentro de él o solo Megan se podrá ir.

—¡El imbécil no me contesta! —grito furiosa, tirando el celular a un lado.

— Tranquila Isa, respira —indica, mientras respira lentamente con los ojos cerrados.

Imito su acción porque se que no debo perder el control y más aún cuando estoy en el colegio y no quiero que nadie sepa de mis ataques ni nada de eso.

— Isabella no debes perder el control, es mejor no ponerte nerviosa ni nada de eso, sabes que sirve mucho más pensar con la mente fría, debes dejar de ser tan impulsiva —reprende.

— Bah, me pides algo imposible —rechisto.

— Nada es imposible y tú lo sabes, todo es...

— Cuestión de fé —termino por ella asintiendo es uno de los lemas que tenemos con las chicas.

Nosotras tenemos la fiel creencia de que todo lo podemos si nos lo proponemos, si creemos lo suficiente podemos lograr cualquier cosa, llegar a nuestro objetivo.

— Exacto, así que espero que trates de cambiar eso porque si quieres podrias volver a intentarlo, claro si lo deseas.

Se a que se refiere y no se imagina cuantas veces he pensado en eso, sueño con mi libertad no estar ligada a nada poder irme a donde yo quisiera sin que nadie me detenga poder ser realmente libre, todas lo queremos pero ese suelo se fue apagando con el pasar de los años y los intentos fallidos al tratar de cumplir esa meta, ese sueño. De pequeñas solo jugábamos a eso lo intentábamos de maneras poca eficientes pero al crecer fuimos adqueriendo ayuda de terceros, haciendo planes para huir del lugar donde prisioneras nos encontrábamos y primeramente jugábamos a que éramos princesas en cautiverio y nuestros príncipes venían a rescatarnos si muy cliché ¿No? Pero teníamos siete años, hoy día ya no pienso así los cliché me parecen absurdos aunque entiendo a los que les gustan hubo un tiempo que también me gustaban pero ese gusto desapareció cuando yo espere que mi príncipe azul viniera a rescatarme —como pueden ver o mejor leer— desgraciadamente no pasó.

— Llámalo tú, a ver si te responde —indicó, a lo que ella asiente sacando su celular.

Pero el muy imbécil sigue sin contestar.

La puerta se abre de pronto dejándome ver a las enfermeras del colegio una con un niño de pelo negro con su nariz sangrando y otra que se viene con una carpeta hacia nosotras.

— Williams —dice leyendo la carpeta y luego dirigiendo sus ojos a Courtney— ¿Estás de acuerdo que lea esto ante tu compañera o prefieres que salga un momento?

— Está bien, mi amiga puede escuchar.

— Isabella Williams 15 años: leve caso de TEI en la niñez y padeces de alexitimia secundaria, ninguna enfermedad física —le faltó decir que padezco de TAP, pero tal vez no se encuentre allí y no sabe que tiene una persona enfrente que puede destruirlo todo en cuestión de segundos— Vaya... ¿Qué sentiste antes de desmayarte? Tuviste tos, algún dolor...

— Me dolía mucho la cabeza.

— ¿Estos días tuviste alguna convulsión, una mala noticia, miedo algo de eso?.

— Lo segundo.

— Bueno niña, todo lo que te sucedió parece ser mental y eso afectó a tu estado físico por eso este colapso —explica, mientras busca algo en un cajón— Toma estas vitaminas por tres días y estarás mejor.

Recibo el pequeño frasco para guardarlo en mi mochila pero no logró localizarla.

—Oh tranquila niña, envíe a un compañero tuyo por tus cosas —dice la mujer volviendo al escritorio.

—¿Puedo irme ya? —inquiero con impaciencia.

—Si, ya puedes irte pero antes toma esto, dáselo a tus padres para que sepan lo que te ocurrió ya que no pudieron venir —hace la entrega del papel y me voy junto a Courtney.

Al llegar al pasillo final, donde se sale por la enfermería vemos al idiota caminar tranquilamente con sus manos dentro de sus bolsillos delanteros y con mi bolso deportivo colgando en su hombro.

Una sonrisa burlesca decora sus labios cuando ve que apresuro el paso para llegar a el o más bien a mi bolso que el sostiene.



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En el texto hay: novelajuvenil, reencuentro, amor y odio

Editado: 23.08.2021

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