Perfecto Desastre

Capítulo 10

 

 

 

 


 


 

" EL MENSAJE Y NECESITAS UN APODO "
 



 

Courtney:

 

 

 

— Por favor dime que está bien. Dime que aún respira. ¿Qué haremos si no respira? ¿Sabes hacer RCP? Porque yo no sé hacerlo.

Desde que Isa cayó inconsciente frente a mí Sol comenzó a ponerse demasiado histérica, su agarre en mis hombros duele, he inició a parlotear como lo hace cada vez que está nerviosa o ansiosa.

— Ya cálmate —espeto soltándome de su agarre— Por Dios, Isa estará bien, es normal que le pase cuando llega a recordar o a sentir algo _suelto sin pensar.

—¿Cómo que recordar o sentir algo? —dice arrugado sus cejas confundida.

— Uh... nada, nada —giro para no verla porque sé que seguirá preguntando y en parte es mi culpa por decirlo en voz alta.

Sol se adelanta a mis movimientos y me enfrenta bloqueando mi camino.
Trato de esquivarla, pero bloquea todos mis pasos.

— Dime que es lo que le sucede a Isa —exige, con la voz y su expresión seria.

— No le sucede nada, eso es casi normal... ella... ella solo tiene problemas ¿Ok? Y eso no me corresponde contarlo, es algo muy serio que le afecta demasiado.

— Está bien, tranquila... Sólo quiero saber porque ella está así, desde hace un mes que la conozco y me cae muy bien —suelta dirigiendo su mirada a la pelirroja inconsciente en la cama.

— Si se nota, porque no te despegas de su lado, pareces una garrapata —ríe ante mi comentario.

— Aunque a veces es algo cortante, puedo entender que sea así y sé que toda persona fría, cortante e indiferente es así por alguna razón. Algo, alguien o alguna experiencia la hizo llegar a ser así —responde con voz apagada bajando su cabeza.

— En serio ¡¿Cuándo te volviste tan filosófica?!

— Algo así le pasa ¿No? —indaga cruzada de brazos.

— Tal vez —contesto dubitativa— Pero es algo muy personal que de verdad le afecta, no puedo decirte nada más, es cuestión de ella si quiere contártelo o no.

— Entiendo y respeto que no quieras decírmelo sé que puede llegar a ser algo muy personal y difícil de contar —esboza un intento de sonrisa que da como una melancólica como si recordará algo o alguien.

...

Pasan los segundos, minutos y luego horas— en donde Sol caminó por toda la habitación inquieta —hasta que por fin Isabella despierta.

— Despertaste —dice Sol soltando un suspiro—¡Por fin! Me pasaron una y mil cosas por la cabeza, hasta pensé que estabas muerta, sino fuera porque Courtney te tomó el pulso hubiera perdido la cabeza —exclama Sol alzando exageradamente los brazos como solo ella puede hacerlo.

— Ya no grites, que me duele muchísimo la cabeza —suelta la pelirroja tomando tapando sus oídos.

—Lo siento ¿Quieres una pastilla, agua, jugo... algo? —consulta la rubia aún inquieta por la mirada mortal que Isabella le dedica por tanto parlotear.

Sin embargo, sus ojos adquieren cierto brillo  —y eso solo sucede muy pocas veces—que ya me puedo imaginar que es lo que está apunto de decirle a la rubia.

— Si de hecho, abajo, en el cajón del mueble blanco de la cocina hay un frasco con unas pastillas de color rojo y otras blancas pequeñas en un frasco transparente. ¿Podrías traerlas, por favor?.

— Si allí voy  —rápidamente se levanta y corre a donde Isabella la mando a buscar las dichosas pastillas.

Aparto la mirada de donde salió Sol disparada como bala para concentrarme en la pelirroja que tiene la misma expresión seria de siempre, a veces pienso que no hice para poder devolverle esa alegría que tanto mantenía de pequeña, extraño tanto a la pequeña niña que jugaba conmigo sin importar cuantas heridas tuviera y que me hizo reír con cada payasada que se inventaba me pregunto en donde estará esa niña con tanta simpatía y alegría. Luego recuerdo todo lo que paso hace unos cuantos años y mis ojos pican cuando empiezan a acumularse lágrimas.

De todas nosotras creo que ninguna merecía lo que nos pasó, pero sinceramente, me duele mucho más lo que le paso a Isa, ella no merecía todo eso y las secuelas que le dejo el incidente, fueron muchas, acompañadas con los traumas y problemas que tuvo y tiene.

Es como si esa noche se repitiera cada vez más en mi cabeza como en la suya, su presencia me trae bastantes recuerdos buenos pero también los malos y no es su culpa, ellos —aunque intente bloquearlos— siempre aparecen por más que procure borrarlos, están aferrados a mi memoria como lo están los buenos.

—¿Qué tengo en la cara? —inquiere con su usual tono de voz— Aparte de las pecas.

— Nada solo... recordaba  —murmuro.

- Ahh... Yo prefiero no hacerlo sabes, algunas cosas es mejor dejarlas en el olvido —dice apartando su mirada.

— Sé que es feo y doloroso recordar —me acerco hasta sentarme en la cama cruzando mis piernas como indio logrando captar su atención— Pero por más que lo intentes como yo lo hago simplemente no puedes, es como si tu propio cerebro te dijera hey las cosas no serán así de sencillas niña y te pasa el jodido recuerdo por tu mente como si lo vivieras justo ahora.

Ella solo me mira con atención antes de solo dibujar una pequeña —casi imperceptible— sonrisa y ese mismo brillo vuelve a iluminar sus ojos dejándose caer otra vez en la cama.

— Últimamente he pensado demasiado en él, con las carreras y todo eso me trae muchos recuerdos —susurra con los ojos cerrandos— Es como si todos quisieran hacerme recordar y yo... simplemente no lo soporto.

— Está bien recordarlo, se quisieron mucho y tal vez, algún día, si así debe ser, lo suyo en algún momento se dará.

— Gracias —susurra en el mismo tono bajo, yo sonrió antes de tirarme a la cama por completo y cuando estoy por cerrar mis ojos, una rubia con un megáfono en la garganta en vez de cuerdas vocales irrumpe en la paz y tranquilidad que estaba sumida la habitación.



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En el texto hay: novelajuvenil, reencuentro, amor y odio

Editado: 23.08.2021

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