" INTERACCIÓN "
Isabella:
En estos momentos no sé como sentirme.
Todo daba vueltas.
Yo solo estaba ahí, existiendo.
Viendo todo dar vueltas a mi alrededor.
Escuchaba cada latido de mi acelerado corazón junto a mi pesada respiración.
Esos recuerdos jamás se alejarían, tampoco es que lo quiera, no en un cien por cien, solo que quisiera borrar cada parte dolorosa de ellos. Quisiera que solo dejará de doler.
Pero la situación no iba a cambiar a menos que yo lo decidiera así. No debí dejar que todo esto de los mensajes me afectara, tampoco las demás situaciones y las personas que se veían involucradas en ello. Tenía que ignorarlos a todos, tenía que hacerlo, de lo contrario solo conseguiría caer otra vez en lo mismo y eso es un error que no cometeré otra vez.
No voy a dejar que mis emociones me dominen. Yo debo tener el control, no ellas.
Siempre dicen: Déjate guiar por lo que tu corazón te dice.
Pero ese es un error muy grave, el cual cometí en pasado, porque la verdad es que el corazón es engañoso.
Ya no soy la niña de ocho años que era. La niña que siempre se dejó llevar por sus emociones y se creyó aquel cuento aquel de "tu corazón te lo dirá" "el escogerá lo mejor para ti."
Ya no más. No me dejaré dominar por ninguno.
Yo soy la que tiene el control y siempre debe ser así.
Veo figuras difusas frente a mi, trato de salir del pequeño trance en el que estoy y veo a Courtney que es la primera en llegar.
— Lo siento —le susurro, ella envuelve sus brazos contra mi y dejo salir un suspiro.
— Tranquila, entiendo —murmura— Se que no lo hiciste a propósito, pero por favor no escapes más necesito saber que pasó pero este no es el mejor momento —dice con una voz apenas audible para que solo yo la escuche.
— Debemos hablar pero no ahora —le digo a lo que ella asiente.
Veo acercarse a Sol y Will junto al resto por lo que rompo la pequeña burbuja en la que ambas estábamos sumergidas. Ella es la primera en reincorporarse y luego yo antes de secar el rastro de lágrimas en mi cara.
— Hey nos asustaste —anuncia Will llegando a mí— ¿Estás bien?
— Si, solo fue un mero impulso, nada más —respondo restándole importancia.
— Está bien, a la próxima nos avisas antes que otra cosa, nos asustaste demasiado —dice jugando con un mechón de mi cabello.
— Vamos a las barandas Will —pide Sol— Vamos, vamos porfa ¡porfa! —insiste tirando de su brazo.
— ¡Ya! Pesada —suelta cediendo.
Me quedo allí parada viendo trepar a Sol por las barandas ya gastadas y a Will intentar seguirla, Courtney habla con el resto de los chicos animadamente y yo me debato entre ir con ellos o con el par que está trepando.
Finalmente ninguna de esas opciones fue la que elegí, en cambio, me encuentro en una de las hamacas oxidadas de este antiguo parque.
Suavemente me impulso con mis pies, que difícilmente llegan a la arena. El viento se torno de algo cálido a frío ya que está oscureciendo y la puesta del Sol comenzó provocando que las luces del parque se enciendan.
Un impulso hace que me aferre a las cadenas de la hamaca y con el ceño fruncido dirijo mi mirada a quien sea que haya hecho eso.
—Lo siento, solo quise venir a hacerte algo de compañía —dice Río regalándome una pequeña sonrisa— Pero si quieres estar sola... entonces no te molesto.
Se rasca la parte de atrás de la nuca y antes de que se vaya habló— Vine para estar sola pero tu compañía no me molesta.
Vuelve hacia mí con un poco más de confianza y se sienta en la hamaca junto a la mía.
— Antes, cuando estábamos, ya sabes en la heladería, lamento si pregunté o dije algo que no te gustó o te incómodo, a veces hablo sin pensarlo previamente —puedo ver en su cara la sinceridad de sus palabras, que de verdad lo siente.
- También lo siento. No es secreto para nadie que no me gusta hablar de algunas cosas del pasado, pero no debí de hablarte de esa manera, tú solo querías hablar conmigo.
—¿Estamos bien? —pregunta extendiendo su mano en cautela.
— Estamos bien —afirmo mirando su mano con duda, el insiste y la estrecho rodando los ojos.
— Creo que esa es tu forma de reír ya que nunca te vi hacerlo —apunta mis ojos e intenta imitarme— ¿Cómo es que haces eso?.
— No lo sé, solo lo hago, desde pequeña —digo encogiéndome de hombros.
— Eso es raro —señala.
— Hay muchas cosas raras en este mundo.
— Exacto —coincide mi acompañante.
Luego de eso, estuvimos unos minutos en silencio admirando el atardecer y en su caso riendo por las estupideces de los demás.
— ¿Cómo conocías este parque? Está bien escondido —afirma lo último señalando la arboleda que rodea la parte de atrás.
— De hecho aquí veníamos cuando nos escapábamos con Courtney y el resto de las chicas, es un lugar especial para mí —hable con nostalgia mientras imágenes venían a mí— Podrás ver que como ahora antes tampoco había mucha gente por aquí, pero es mejor, porque me encanta lo tranquilo que es y tiene una vista espectacular.
— Lo pasaban bien aquí ¿Eh?
— Si eso fue antes del incidente.
— ¿Te refieres a cuando te atraparon? —pregunta con cautela.
— Si —afirmo— Ese día no todo salió bien.
—¿Quién quiere alcohol?— grita el pelinegro alzando dos botellas que tiene en mano.
Todos, incluso Courtney, corren hasta donde se encuentra el junto al idiota repartiendo vasos o sino tomando directamente de las botellas.
— Tú, pelirroja —llama él— ¿No tomas?
Niego con la cabeza y vuelvo a enfocar mis ojos en la bella vista de las estrellas que ahora relucen en el firmamento.
Mi pequeño momento es arruinado cuando noto a alguien ocupar lugar junto a mí. Adivinen quien es.
Si pensaron que es Río que volvió, fallaste.