Perfecto Desastre

Capítulo 16 |• Parte II •|

 

 

 

 

 

 


 

" FOBIAS, BOMBAS Y CUMPLEAÑOS "
 


 

" PARTE II "


 


 

Isabella:
 


 

No me gustan los espacios cerrados.
 


 

Detesto estar encerrada.
 


 

Siempre tengo que salir de las cuatro paredes que me rodean, aunque sea solo a un patio. 
 


 

¿La causa de esto?
 


 

Estar encerrada después de un accidente no es la mejor solución para que uno mejore y " piense " por sus errores, tampoco que no te dejen hablar con nadie durante mucho tiempo.
 


 

Esa es la causa por la que ahora que estoy acorralada, me siento sin aire y veo como cuatro personas avanzan hacia mi como si fueran cuatro paredes cerrándose ante mi.
 


 

Tengo mis ojos cerrados y un sudor frío recorre mi frente y siento como alguien acomoda los mechones sueltos de mi cabello detrás de mi oreja. Me tenso ante esa acción y abro mis ojos, encontrando a Cy.
 


 

En sus ojos puedo ver una pizca de diversión adornándolos, le divierte tenerme acorrala.
 


 

— Déjenos solos —ordena, ni siquiera gira para verlos, su mirada no se despega de mi y una pequeña sonrisa ladina aparece— Hablemos princesa —antes de que pueda abrir mi boca me toma de la muñeca arrastrándome hacia el patio, su agarre es fuerte y firme lo cual me impide tratar siquiera de soltarme, nos detenemos en un rincón apartado de las vistas curiosas.
 


 

Estoy algo desorientada por la rapidez en la que nos guió hasta aquí y mi vista se nubla un poco antes de poder estabilizarme.
 


 

— ¿Dónde está? —exije saber, directo al grano.
 


 

— No lo sé y aunque lo supiera no te lo diría —escupo pasando mi mano por mi muñeca que ahora se está tornando de un tono rojizo.


— Mira princesa...

— No me llames así —digo firme, sin dejarme intimidar alzo mi barbilla, sus ojos vuelven a adquirir ese brillo de diversión.

—Eres valiente, te doy algo de crédito por ello —hace una pausa mientras da un paso hacia mí— Y por lo que sé también eres ágil.

— Eso quedo demostrado cuando tú —lo señaló— Perdiste contra mí —me apunto, justo después de decir aquello su sonrisa desaparece y su rostro se ensombrece, su mandíbula se tensa.

Justo en su orgullo.

— Tú un tiro y yo un tiro —dice de repente— Vamos empatados y créeme que está vez yo voy a ganar.

— No mientras yo este aquí.

Antes de que se aparte le doy un golpe seco y cae de rodillas al suelo.

Corro entre las personas tratando de esquivar a los chicos que me persiguen.

Entro a la casa dando varias vueltas por el lugar tratando de despistarlos, choco con muchas personas por lo rápido que voy tratando se salir de allí y esconderme, debo encontrar a las chicas.
Veo por detrás de mi hombro y aún me siguen, el chico buitre está demasiado cerca, doblo y llego a las escaleras y las subo corriendo pero tropiezo con alguien.

— Hey, ¿Qué te pasa? estas toda colorada y... ¿Por qué corrías?

— Escucha no tengo tiempo para hablar, si alguien pregunta por mí yo ya me he ido — le digo rápidamente a Sol viendo a un lado de la escalera y cuando vuelvo a subir recuerdo algo— No le digas a nadie mi nombre Sol... ¡A NADIE! —grito volviendo a correr.

Llego a un largo pasillo lleno de puertas donde cada una de ellas está cerrada voy hacia las últimas dos con la esperanza de que alguna este abierta y al intentar con la primera está cede una vez giro el pomo, entro y asomo la puerta sin cerrarla, recuesto mi espalda contra la pared deslizándose hacia el piso tratando de recuperar aire, un sonido me pone alerta y recuerdo mi pistola escondida en mi jean la cual no dudo en sacar y a puntar una vez quito el seguro.

— ¡Por Dios! —grita Río— ¡¿Joder Pecas, qué haces con una arma?!

Megan corre hasta donde me encuentro y Río termina de ingresar asomando la puerta.

— Oh no, ¿Esto es malo verdad? —inquiere la rubia.

— ¿¡Por qué mierda no contestabas el celular!?

— Eh, tranquilas chicas, no hay necesidad de gritar ni de tener armas cargadas presentes en una discusión —se interpone Río.

—¿Dónde está Courtney?

— No lo sé, ella tampoco contesto.

— ¿Qué pasó? —indaga la rubia.

—Los buitres están aquí, me vieron, me acorralaron, golpee a Cy... Y ahora vienen por mí —digo soltando un suspiro.

— Hay que avisarle a Courtney, ella...

— Ella estará bien —la interrumpo— No la conocen.

—¿Qué te dijo?

— Más de lo mismo, me preguntaron donde está.

— Entonces es verdad... volvieron —susurra pasando una mano por su usual alborotado cabello.

— No estoy entendiendo una mierda de lo que están diciendo o que está pasando, si no les molesta una explicación no estaría nada mal —pide el rubio caminando inquieto hasta llegar frente a mi— ¿Pecas?

— Luego Río, eso será luego.

— Esta bien —asintió mientras volvia a caminar —Trataré de no enloquecer porque te están buscando unos tipos que seguro son malos que están en mi casa, que tu tienes un arma y...

— Yo también tengo una —celebra Megan, mientras saca su five seven de su pantalón para jugar con ella.

Río se paraliza una vez más al ver la segunda arma y el portazo que se oyó de golpe nos hizo saltar del susto.

Rápidamente Megan se posicionó frente a Río y ambas quitamos el seguro a nuestras armas.

El gritito de la chica casi rompió mis tímpanos y los del idiota probablemente antes de salir corriendo.

— ¿¡Qué mierda les sucede!? —grita llevando las manos detrás de la cabeza — ¿¡Por qué tienen armas?!

Ambas bajamos las armas y colocamos el seguro.

— ¿¡Qué haces aquí!? —le grito.



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En el texto hay: novelajuvenil, reencuentro, amor y odio

Editado: 23.08.2021

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