" VISITA INESPERADA "
Isabella:
Me quedo estática al ver que está viendo todas mis fotos, mis recuerdos.
Aún más cuando tiene el dibujo en mano.
—¿Qué estas haciendo? Te dije que me esperaras abajo —salgo del shock y corro a quitarle el dibujo.
— En realidad no lo hiciste -se defiende.
— Da igual, eso no te da derecho a meterte en mi cuarto y revolver mis cosas —trato de quitarle el dibujo pero huye de mi alzándolo por arriba de sus brazos.
— Para, para solo quiero verlo está muy bueno.
— Si y es privado ahora dámelo por favor —pido tratando de calmarme.
—¿Lo hiciste tú?
—Eso... eso no importa —logro decir y le arrebato lo que es mío.
Me giro para guardar rápidamente todas las cosas en la caja y entre eso siento su mirada.
Camino hacia el ropero y le echo un rápido vistazo, sigue mirándome con sus ojos entrecerrados, ojalá dure un poco su silencio, antes de poder hablar el lo hace por mi.
—¿Quién es Rayo? —se atreve a preguntar.
Escuchar eso fue como chocar contra una pared.
Me perdí por unos instantes en los que el no dejaba de mirarme, llamarme y pasar sus manos frente a mi rostro.
Pasaron segundos o tal vez minutos para el, para mí todo se detuvo allí.
Cuando volvió a pasar su mano frente a mis ojos haciendo caras raras y le seguí el movimiento con los ojos viéndole hacer el ridículo y lo detuve con una mano antes de que siguiera haciendo eso, sus ojos volvieron a su lugar al sentir mi agarre y enfocarme.
Mis ojos se encontraron con los suyos y vi confusión en ellos, vi curiosidad, una curiosidad que quería saber todas y cada una de las respuestas a sus cuestiones, lastimosamente yo no le daría lo que estaba buscando.
Sosteniendo aún su muñeca y con su atenta mirada lo arrastre hasta fuera de mi habitación, no le dio el tiempo de reaccionar una vez le solté y le estampe la puerta en la cara, no dije nada pero la respuesta a su pregunta estaba más que clara, no le daría la respuesta por más que insistiera y eso lo hice con toda la intención de mantener la calma.
Después de eso, estuve encerrada en mi cuarto no salí de allí sino hasta que Laura y Phoebe llegaron para almorzar, al bajar tampoco me hice muy participe de la charla que mantuvieron durante el almuerzo nada más me limitaba a contestar lo que me preguntaban y no hacía comentarios de nada hasta que era muy necesario que hablara.
— El casamiento de Mary es este Viernes -habla Phoebe— ¿Ya fuiste a retirar tu vestido Lau?
— Aún no —suspira cansada— Toda esta semana fue un caos total, no te imaginas.
— Yo fui a retirarlo hace unos días. ¿Y tú Isa? —inquiere hacia mi— ¿Ya tienes tu vestido?
Arrugo mis cejas sin entender que es lo que pasa y busco con la mirada a Laura para saber de que se trata todo esto.
— Olvide decírtelo Isabella, es que con todo el lío que llevo no estoy teniendo la mejor semana —dice pasando una mano por su cara en un gesto de total cansancio.
La he notado más cansada estas semanas. De por sí que ya salimos más temprano de la casa y yo suelo venir sola y Gian con su tan querido amigo Ron vuelve a casa luego de sus prácticas.
Entre todo eso, soy yo la que trata de acomodar las cosas y mantener limpia la casa por más de Laura y Ryan no quieran me rehuso a no colaborar y trato de ayudar lo más que puedo con lo más simple o mínimo que parezca.
Además me ayuda a estar en calma y desquitar todo mi enojo. Es mi modo de relajarme y poder pensar las cosas con cabeza fría.
— No hay problema —le tranquilizo— ¿Pero de qué se trata esto?
— Bueno Mary es una amiga nuestra y se casa este jueves por civil y la fiesta la hace el viernes y ambas somos damas de honor y debemos asistir. Todos iremos, cuando vaya a retirar mi vestido iremos en busca de un traje para Gian y un vestido para ti.
— Te veras hermosa con un lindo color rosa —comenta Phoebe.
Detesto el rosa.
Lo pienso más no lo digo pero el idiota parece notar mi cara de disgusto porque suelta una risotada para nada disimulada que lleva a mi ceño fruncirse más y que su madre le regañe.
— Compórtate Noah, espero y no te haya molestado estas horas que no estuvimos Isabella.
—¿Porque crees eso de mi mamá? —pregunta con una sonrisa llena de sorna en su cara— Solo le hice compañía, desde que llegamos estuve aquí.
Olvido mencionar que anduvo de chismoso revisando mis pertenencias.
— Lo digo porque te conozco hijo, lamento si hizo algo Isabella a veces puede ser insoportable.
—¿Solo a veces? —inquiere su hermanito y todos estallan en risas.
Excepto yo y el idiota obviamente, el lo mira con una mirada amenzadora y el pequeño se encoje en su silla.
El sonido de mi celular llama la atención de todos pido permiso y me retiro de la mesa al ver que se trata de Quinn.
— Bien Williams punto a favor por contestar. El viernes te toca a ti hacer guardia, Jackson es tu responsabilidad están por comenzar las eliminatorias para la competencia anual. Por ende te quiero allí junto a todo tu equipo y con eso me refiero también a Cooper.
—¿Ella lo sabe? —la interrumpo, cierro mis ojos porque no debí hacer eso.
— No vuelvas a interrumpirme —dice con su fría y severa voz— Tú te encargarás de informarle los demás detalles te llegaran en la semana, estate atenta no quiero errores —hay un silencio y supongo que espera una respuesta.
— Esta bien, esperaré... —y cortó— Las instrucciones -susurro para mí.
No puede ser que ya empiecen las eliminatorias, bueno ya estamos a mediados de año.
Cuando las eliminatorias comienzan todo empieza a agitarse más, la seguridad se triplica y nosotras también, Jackson es mi prioridad, la prioridad que a mi equipo siempre le tocó, ser como la sombra de ese chico es aburridisimo pero es mi trabajo, es mi responsabilidad, las demás se encargan siempre de lo divertido a mi me suele tocar escucharlo hablar por horas y horas pero todo tiene su lado bueno y gracias a eso nos hicimos amigos. Aunque al principio fue raro llego a ser una amistad buena y duradera, el como el resto de las chicas sabe que sucedió y aprecio mucho el don que tiene de escuchar porque fue mi hombro cuando se fue, cuando nos dejaron, estuvo apoyándome y escuchándome muchos días - luego de que salí del encierro -a veces- cuando Quinn lo dejaba entrar al orfanato se sentaba detrás de la puerta donde me tenían encerrada, me traía dulces y conversaba conmigo antes de que Quinn lo echara, fue difícil al principio, cada vez era menos comunicativa, menos expresiva que antes porque de niña, antes de todo, tengo el recuerdo de que al menos podía sonreír, podía reír.