Perfecto Desastre | Titanes 1 |

| 025 |

Diciembre 17, 2016
14:13 Pm

 K Y L A N 

Suelto un gruñido muy largo. Estoy a punto de mandar el control a la mierda, junto con la tv, la Xbox y todos sus putos juegos. Me pregunto qué me harían Ian y Tyee de deshacerme de su pequeño capricho; me mataría ella antes que él, de seguro.

— ¿Por qué ahora juegas esa mierda?— arrugo el cejo y trató de no hacer notar el hecho de que me dio un susto de muerte.

—Soy un asco apuntando— respondo sin voltearme a mirarlo. —No sabes cuánto me jode que T me grite cuando no le doy al maldito en la pantalla.

Skyle se tira en el sillón junto a mí. — ¿Juegas por Ty?

—No— corto enseguida.  —Practico porque no voy a permitirme ser terrible en un estúpido vídeo juego.

—Con que el ego, ¿No?— resopla. Lo ignoro porque la partida comienza nuevamente y debo concentrarme si quiero mejorar.

Elijo un escenario al azar y el primer personaje que sale para acelerar el proceso. Los dos mantenemos el silencio mientras se carga. Resulta que de los miles de lugares, me toca el bosque, donde el soldado se pierde, no tiene una puta arma, y está rodeado de imbéciles del bando contrario. Justo ese que más me cuesta.

¿Qué mierda todo hoy?

—Estas comenzando a mostrarnos tu debilidad— me suelta de repente. De suerte alcanzó a matar a un sujeto de sorpresa con el cuchillo, y me hago con su arma. Disparo un par de veces intentando darle al siguiente, pero no tengo idea de cómo combinar los movimientos de la cámara con los del arma. Las balas le dan a todo menos al enemigo.

—¿Que hay con eso?

—Cuando muestras tu debilidad, más fácil es destruirte.

—¿De qué hablas?— arrugo el ceño nuevamente porque creo que me perdí en algún momento de la conversación. El tema se ha vuelto confuso de un momento a otro.

—Tyee— Demonios. No debí seguir preguntando. —Te gusta, ¿No es cierto?

Finjo una risa seca. —¿Que te hace pensar eso?— Skyle ríe, aunque no sé si por mi respuesta, o porque no le doy a nadie en el juego y terminan por ser mis compañeros los que me sacan del apuro.

—Eres posesivo con ella, siempre quieres verificar donde esta y apostaría que de alguna forma es lo que haces. Te jode que otro hombre le toque, y andas con ella para todos lados. Además no me engañas, prácticas para que no te crea un imbécil. ¿Sigo?

No, cállate.

Pauso el juego. Tengo su mirada puesta en mí, sus bastardos ojos pardo no muestran signos de alegría o broma, por el contrario luce furioso, como si me estuviera diciendo que me alejara de su chica.

—No es cierto— Sky rueda los ojos.

—¡Logro controlarte estando ebrio!

—Esa chica es increíblemente persistente.

—La dejaste conducir tu auto— lanza un suspiro de cansancio, como demostrándome que se está aburriendo de la competencia de razones.

—Utilizó el soborno— tiento a la suerte y me defiendo una última vez. Si vuelve a decir algo, estoy perdido.

Skyle se cruza de brazos y mira al frente, volviéndose a apoyar atrás totalmente serio. Tomo eso como que he ganado y aprieto el botón de pause nuevamente para seguir jugando.

—Escucha, no estoy en contra ni mucho menos— baja el tono de voz, así como cada vez que va a decir algo importante. Él es el chico más sonriente que conozco, le encantan las bromas y los chistes; jamás se enoja fácilmente, ni tampoco es impulsivo; pero tiene la súper habilidad de poder decir algo con un tono tan serio y frio, que todo su lado oscuro queda al descubierto. —Creo que Tyee es la mejor chica que podría existir alguna vez. Por sobre todas— remarca, y se perfectamente a quien se está refiriendo. —Pero si vas a comenzar a quererla, también tienes que aprender a cuidarla. Y estar consciente de donde la estas metiendo.

—Ya lo sé— respondo.

—No, no lo sabes, por eso te lo digo— me contradice. —Estás actuando a la ligera, dejándote llevar pero sin realmente confirmar nada, creyendo que así disminuye de alguna forma el daño. Y creo que al final eso va a joderte más.

—Sé que Ian jamás permitiría algo así.

—Importa una mierda lo que crea Ian y si quiere enojarse o no. Solo debe importarte lo que ella crea, y si está dispuesta a seguir después de eso— hace una pausa. —Deberás prepararte para el golpe que él va a darte cuando se entere, pero nos estamos adelantando algunos pasos.

Muevo la cámara un poco más a la izquierda y trato de apuntar mientras sigo buscando las respuestas que no tengo. Skyle tiene razón, no me he puesto a pensar mucho sobre ello, no más de lo que ya se. Se lo que me está pasando y eso es lo que importa, porque si lo analizo aún más, termino encontrando una y mil fallas a todo. Lo tengo más que claro, cualquier cosa que me rodee jamás estará bien, mucho menos a salvo. Sé que no la merezco, que debo alejarme, por su bien; pero cada instante qué pasó junto a ella me ata cada vez más y alejarme se vuelve una tarea difícil y dolorosa. Mantengo el silencio para que Skyle tome en serio mis palabras y sepa que no estoy bromeando.

— ¡Demonios! Vas a matarme si sigues apuntando así.

Me quita el control de las manos y comienza a jugar. Apunta tan rápido que casi ni puedo ver los movimientos en la pantalla. Sale de aquel lugar en un minuto, cuando yo tuve que morir tres veces y ni así lo conseguí.

—No sé cómo llevarlo. Estoy improvisando— admito en medio del silencio. Podría entenderse como si hablara del juego, pero Skyle sabe inmediatamente que se trata de nosotros. —Me gusta— admito. —Pero yo... voy a hacerle mal.

—Creo que has estado subestimándola todo este tiempo— me responde.

— ¿A qué te refieres?— les dispara a tres en menos de un segundo y pasa mi personaje hasta la siguiente etapa por segunda vez.

—Piensas que ella es una princesa débil y mimada— responde.

—Yo no creo que sea una princesa.




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