Enero 10, 2017
13:14 pm
『 K Y L A N 』
En cuanto se da cuenta a que me refiero, comienza la batalla de razones otra vez. No le gusta la idea, y se niega a dejarme marchar porque dice que no es un objeto con propietario. No es un objeto, pero sí que se volvió mía desde la primera vez que me regalo esa sonrisa sincera. No creo que las razones que le doy realmente le parezcan buenas, pero finalmente me deja marchar, no sin antes prohibirme pelear. Si llevas con ya solo un rasguño, la siguiente en golpearte seré yo, ¿Me oyes? Fue lo que dijo. Luego me dio la espalda, y bastante cabreada se fue. Me preparo mentalmente para recompensarla cuando vuelva, pero no dudo ni por un segundo en lo que tengo que hacer.
En cuanto el equipo del F.A me ve acercarme por la cancha, detienen la pequeña reunión que estaban teniendo. Blake es el primero en acercarse, porque estoy seguro de que estaba esperando esto. Los demás le siguen las pisadas desde atrás. Cuando estamos a tan solo unos centímetros de distancia, ambos nos detenemos. Él tiene el rostro serio, pero tranquilo, en cambio yo, estoy a punto de comenzar a echar humo por las orejas.
A lo largo de mi vida he pasado por bastantes etapas. De ser un chico aburrido, a uno demasiado arriesgado hasta convertirme en la mierda que soy hoy. Pero si algo no ha cambiado, es la poca paciencia que posea; no voy con rodeos, y mucho menos permito que me vacilen. Sin embargo, desde que conocí a Ty, se ha vuelto mucho más reducida. He vuelto a ser el impulsivo chico que todo lo resuelve a golpes, porque verdaderamente, en mi mundo no existe otra forma.
Ty cree que soy un celoso maniático, pero realmente no lo entiende. Cuando se trata de Blake no son solo celos.
Me alejé, la ignoré, la traté mal, me obligue a que me importara un carajo lo que le pasara, y a dejar de involucrarme con ella; sin embargo, solo logre el efecto contrario. Cada vez que ella no se inmutaba por mis tonos serios, cuando ignoraba mis órdenes, las veces que respondía mis gritos con más gritos, como no le importaba lo que le dijera, siempre tenía algo para responderme. El tiro me salió por la culata, justamente el que me demostrara que era fuerte por sí misma, me hizo caer rendido a sus pies. Tarde me di cuenta de que estaba haciendo acciones impropias de mí; ya estaba perdido. Todos mis intentos fueron como tirarse de un tobogán en una piscina, y que tan solo lanzarte, quieras devolverte; imposible. Quizá si hubiera sido atento, pegote, molesto y acosador, se hubiera artado de mí; quizá de esta forma jamás nos habríamos involucrado.
Me es necesaria toda mi fuerza de voluntad para lograr mantener mi puño en mi costado y no dentro de su boca. Arrojo su sudadera al suelo frente a él y me concentro en formar palabras coherentes dentro de la furia que estoy hecho. Esta situación ni siquiera debería estar ocurriendo, porque no se lo dije solo yo, han sido todos los Titanes, y sigue sin entender cuanta es la distancia que debe mantener entre ella y su maldita existencia.
—Mi novia no necesita traperos.
—¿Tu novia?— responde casi riendo. Los demás Lobos terminan de llegar a su lado. Se plantan como guardaespaldas y se cruzan de brazos. Tan solo marcando presencia. Así como los pisos cuatro y cinco de Alph sau, la cancha es propiamente de ellos. No se supone que ponga pie aquí, y le están sacando provecho a eso. Podrían perfectamente sacarme a patadas en el culo, y por eso me están plantando cara, para asustarme, como si siquiera yo pudiera temer a alguien.
—¿No te habías enterado de las nuevas noticias? —Blake hace una mueca con la boca pero no alcanza a contestar. De entre los jugadores aparece una nueva cara, la de Tayler. Me mira apático desde su sitio junto a Blake, tratando de hacer bien su papel de líder.
—¿Qué haces aquí, Kylan? — pregunta. —Este es nuestro territorio.
—Vine a devolverle la dignidad a tu amigo— es todo lo que respondo. He logrado bajar la adrenalina que me recorre el cuerpo para no demostrar la desesperación que tengo en estos momentos. Para que Blake no se dé cuenta de que esto me está afectando de manera mucho más personal. Sin embargo no puedo soltar aun los puños apretados a mi costado.
—Que dices, idiota...— Blake se lanza hacia mí, pero Tayler lo detiene con su brazo impidiéndole avanzar. Lo que más gracia da, es que aun ni siquiera comienzo a atacarlo, pero ya se quitó la máscara de galán de película y muestra su verdadera naturaleza. Mala jugada.
—¿Sabes que violas una de las principales reglas? — me pregunta. Aun cuando lo odio, debo reconocer que tiene ese instinto de batalla para controlar la situación; sabe mantener la calma, amenaza sin arrugarse y pone las cosas de su lado. Seria notable si no estuviera más que claro que en estos momentos las cosas están de mi lado.
—Así es como va esto, colega— comienzo. —Tyee es mi chica, formaba parte de nosotros incluso antes de que lo fuera, y lo será hasta su muerte. ¿Y dices que soy yo quien rompe las reglas? Ambos sabemos cuál es la más importante— cuando Tayler por fin comprende a que va todo esto, simplemente arruga el ceño. Se mantiene en silencio sin dejar de mirarme, aunque creo que está tentando a voltearse hasta Blake par ahora pedirle explicaciones a él.
—Siempre se puede revertir el asunto— interviene Blake. —Ni la sangre es tan fuerte como el amor.
Una especie de sabor amargo se instala en mi garganta cuando imagino a Tyee sintiendo algo por otra persona que no sea yo. Luego de eso le sigue la rabia y un instinto asesino.
—Por suerte está bastante lejos de sentir algo así por una rata como tu— le escupo. Hago todo lo posible por no irme de aquí con uno de sus dientes en mi puño. —Mantente lejos de ella si no quieres más problemas. Meterte en nuestro apartamento fue un error. No me hagas arrepentirme de no haberte matado allí mismo.
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Editado: 05.11.2020