Perfecto Mentiroso | Titanes 2 |

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Marzo 9, 2017 | Hace cinco días
05:15 Am

T Y E E  |

La habitación es oscura. Hellion dijo que le parezco interesante, que le gusto de manera profesional, y mucha mierda bonita, pero aun así ha dejado que uno de sus hombres me arroje a la primera celda que tiene, y me deje ahí a mi suerte. No tengo idea de dónde estoy y llevo mucho tiempo sentada en el suelo sin moverme ni hacer nada más, porque no tengo idea de que es lo que me rodea, ni mucho menos el estado en el que está. No huele lo bastante bien como para depositar mi confianza en el sitio, circula un olor a humedad que solo empeora la imagen que tengo de donde estoy, está frío, y la sudadera que llevo encima no cumple muy bien su trabajo.

Pasa más tiempo antes de que se escuche un ruido por los pasillos y alguien abra mi puerta. La luz proveniente de fuera me ataca los ojos y me cuesta trabajo ver a quien está parado frente a mí. Solo es otro soldado más del ejército de BlackHand, me ordena que me ponga de pie y lo siga. Antes de salir doy un vistazo a la habitación con la luz que me brinda el pasillo; tal como lo pensé parece que ha pasado por miles de personas, y no me extrañaría que hubieran matado a alguien aquí. Hay una cama de alambres sin colchón que contiene una sola manta, un poco más allá en el suelo se encuentra el cadáver del animal que tuvo la mala suerte de quedar aquí; agradezco mi precaución. Hubiera gritado como nunca en mi vida si hubiera llegado a tocarlo.

Finalmente salgo y sigo al tipo. Fuera de mi puerta hay al menos siete puertas más, todas cerradas, dan al mismo centro que las une. Atravesamos la puerta que divide las habitaciones mugrientas y damos enseguida con una habitación muy iluminada, está llena de sillones, televisores y muebles; es de un color naranja pálido, un poco más oscuro que mi piel, es un contraste totalmente opuesto al del otro lado de la puerta. Cuando me dejaron allí estaba vendada y no pude ver lo que me rodeaba, ahora los odio, porque si querían hacerme esperar, podrían haberme dejado aquí. De todas formas, ¿A dónde iba a ir?

En esta habitación la puerta está abierta, por lo que veo directamente el pasillo, este se divide en tres pasillos más, uno a la izquierda, otro a la derecha y nosotros caminamos por el que sigue derecho. Solo puertas y más puertas por ese pasillo interminable, de mismo color que la sala y sin ninguna mancha. Totalmente pulcro. Llegamos a algunas escaleras, desde donde vuelve a dividirse en más pasillos, subimos y cada vez que llego a un piso, solo encuentro más de lo mismo, el misterio detrás de las puertas color barniz y un silencio absoluto; no nos hemos topado con nadie desde que salimos. Son cuatro pisos los que subimos, y me pregunto si estoy en algún tipo de edificio, sin embargo no he visto ninguna ventana. No hay luz solar, solo artificial; por lo que supongo que en realidad estoy en un subterráneo.

Él no me habla y yo decido que es mejor que nos mantengamos así; no sé cómo es su personalidad, pero odiaría encontrarme con un tío egocéntrico y altanero, yo ya tuve suficiente con Kylan, y no porque yo sea la nueva aquí dejaré que me pisoteen. Si quiere golpearme, bien por él. Decidí que desde ahora solo seguiré mis ideales, no dejaré que me menosprecien ni me traten como un juguete. Si tengo que morir por mis ideales, ya no hay mucho que me importe.

Finalmente dos pisos más arriba se nota la diferencia, en este piso no hay pasillos, sino que lo primero que encuentro es una sala mucho más cómoda que la anterior. Tiene un gran sillón color blanco con detalles en negro, una mesa de centro y paredes con cuadros de paisajes. Frente a ella hay otra puerta de color caoba, pero esta se encuentra cerrada, así que me quedo con la curiosidad de saber qué hay del otro lado. Por la orilla veo unos mesones con papeles, ordenadores y artículos de papelería. En el sillón está sentado mi nuevo enemigo, con una gran sonrisa en el rostro. Me hace un gesto para que me siente a su lado, lo cual en estos instantes es una de las últimas cosas que quiero hacer. Simplemente me acerco y me cruzo de brazos, pero no de una manera imponente, sino más bien como si intentara protegerme de un existente viento aquí dentro. Hellion hace una casi imperceptible mueca, pero no comenta nada con respecto a ello. El sujeto que me guio hasta acá, se acomoda de pie detrás de él sin el menor ruido.

—¿Dónde estoy?— es lo primero que pregunto. Hellion agranda mucho más la sonrisa.

— Estás al menos 10 metros bajo tierra— me lo esperaba, la verdad. De camino hasta acá no vi ni una ventana con feísimos paisajes. —Para eso están esos cuadros. Las cosas aquí se pueden poner un poco... claustrofóbicas, a veces—dice apuntando las al menos cinco pinturas en la pared. —Y bueno, ¿Qué te parece?— me sonríe.

—¿Es una broma? ¿Sueles dar así la bienvenida a tus nuevos miembros? ¿Sin comida y en habitaciones malolientes?— lo veo tragar saliva un poco desconcertado.

—¿La has dejado en los cuarteles?— le pregunta al sujeto que me trajo, volviéndose en el sillón para mirarlo. Él se endereza evidentemente nervioso. —¿Que está mal contigo, Glock?

Traga saliva. —Yo pensé que...

—Ve por algo de comer— le ordena sin dejarlo terminar. Glock no tarda más de un segundo en dar media vuelta y salir de la sala, desaparece bajando las escaleras.

Me como las miles de cosas que quiero soltar tras ver a ese fortachón actuar así con solo un par de palabras. Hellion se vuelve a mirarme otra vez. Ahora que me mantiene la mirada me doy cuenta de que sus ojos no son negros, de echo son más claros que un café normal. Anoche me dio otra impresión por la poca luminosidad del hospital abandonado.

—Disculpa la descortesía de mis hombres. Ya les he dicho yo que lo suyo no es pensar, precisamente— se encoje de hombros. —Aunque supongo que también es en parte mi culpa, no pensé que querrías comer a las cinco de la madrugada.




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