Perfecto Mentiroso | Titanes 2 |

| 033 |

Junio 26, 2017
23:44 pm

| Tyee |

Me abrocho el abrigo y sigo a Hall por el pasillo, se mantiene en silencio, concentrado en sí mismo. Cuando el elevador nos deja en los estacionamientos del piso siete. Lo que más me asombra de este lugar, es ver que no hay tan solo autos y motocicletas de lujo, sino que además tiene mercancía extra y de las más extrañas; van desde ambulancias y carros policiales, hasta autitos de golf y tractores. No me sorprendería si incluso encuentro algún carro de bomberos.

Nos detenemos frente a una brillante limusina negra donde hay una par de hombres más esperándonos. Heckler, apoyado en el capó me chifla cuando repara en mi presencia.

—Y cuando pensaba que no podías lucir mejor que en tu traje de chica mala, te vistes de gala.

Le sonrío, pero pongo los ojos en blanco. —No puedo decidir cual odio más.

Con el traje de combate, parezco una chica salida de alguna película de superhéroes, pero con este, simplemente no parezco yo. Es un largo vestido negro ajustado a mi cuerpo hasta las caderas, desde donde la tela cae hasta el suelo, con una abertura bastante exhibidora en la pierna izquierda pero que cubre el cinturón donde llevo mi arma y la Balisong. He dejado la Karambite, porque su hoja era demasiado difícil para llevar con el atuendo, pero en su lugar, he escondido entre los senos una Biker Knuckle. En la parte superior, es incluso peor. Es solo una combinación de encaje con forma de flores, sin hombros, pero con mangas que me cubren hasta los dedos. Y para finalizar, unos tacones que sé que van a estorbarme más tarde. Todo fue tan preparado para hacerlo real, que ellos incluso se preocuparon de llevar maquilladoras y peluqueras para hacerme lucir como una española de clase alta. Perfecto, lo reconozco, luzco realmente bien y caliente, mucho más larga y alta, más rellena y con curvas. Me gusta porque cuando me paré frente al espejo y vi mi reflejo, me sentí como alguien distinta, incluso me sentí hermosa. Allí no había cicatrices ni mucho menos un pasado. Pero me gusto solo para eso, para ver mi reflejo, porque sé que no ocuparía este atuendo nunca más en la vida.

—De todas formas, no soy la única que luce bien.

Todos los chicos también van de gala. Parecen sacados de una revista de bodas. Con sus ternos bien planchados, las camisas a juego con sus colores de ojos, los zapatos brillosos e incluso ese ridículo pañuelo en el bolsillo de su chaqueta. Heckler, con su terno negro, parece incluso más pálido, y hace un contraste excelente para resaltar sus ojos. Incluso su cambio en la forma en que lleva el cabello le agrega algo a su estilo. Parece renovado y lleno de vida.

Nerviosa busco también a Blake, parado al otro lado de la limusina, se comienza a acercar lentamente. El, a diferencia de los demás, va en su traje de combate, porque es parte del apoyo encubierto que esperará fuera, en caso de problemas.

—Te ves muy guapa— aun con toda la tensión, no puedo evitar sonreírle, porque jamás dejara de parecerme tierna la caballerosidad que lleva en el alma, y su interminable bondad.

Podría ignorarme simplemente, trabajar conmigo sin siquiera salirse de lo profesional. Pero lo primero que hace después de tanto tiempo sin verme tras un engaño, es decirme que me veo guapa.

—Gracias.

—No me gusta esta misión. No me gusta en quien tienes que convertirte—dice por lo bajo... —Y no me gusta no poder ir allí dentro contigo.

Lo tengo justo en frente, y odio no encontrar el brillo al que estaba acostumbrada, porque sé que se ha ido por mi culpa.

—No tenemos muchas más opciones. Pero estaré con Heckler—continuo para tranquilizarlo. —Y soy yo, después de todo. No dejaré que me maten aún. Tuerce el gesto, pero no me contradice. Apoya su mano en mi mejilla lentamente, casi sin tocarme, pero no vuelve a decir nada.

—Todos a sus lugares, comienza la misión— ordena Heckler. Yo soy el centro de la fiesta, pero esta vez es él quien va al mando.

Veo a dos chicos subir a un auto negro más allá, mientras otro le indica a Blake en cual irán ellos. Se aleja de mi con una maldición. Scorpion se acerca a abrir la puerta y ayudarme a entrar en la limusina.

Cuando el auto comienza a andar, parece que saca también nuestro nerviosismos. Voy en el centro, con Heckler y Scorpion a mis lados, y por delante, con la mirada fija en el exterior, dos tipos que no conozco, pero que según leí, se apodan como Walther Javelin. Otros de mis guardaespaldas.

Abro uno de los papeles que tengo en las manos, y comienzo a leer nuevamente.

• Objetivo
Christian Overdoose. Cabecilla mafia tipo C. Sedache. 
El objetivo se reunirá a las doce de la noche con la representante de hija mayor de Oxted Mattus, jefe de la mafia Española tipo C apodada Venían.

• Información externa de la misión:
El objetivo y el personaje hablarán un trato para vender un producto fabricado por ellos que se crea mediante la mezcla de dos drogas compradas a mafias de tipo B. Ambas partes se conocerán por primera vez, por tanto desconocen la apariencia de la otra.

Bla, Bla, Bla...

• Perfil de personaje— Sigo leyendo.

• Información personal y personalidad.

• Información adicional.

• Objetivo de la misión.

• Plan de ejecución.

Doblo el papel, lo parto en trozos y lo pongo dentro del cenicero para poder quemarlo. Los chicos me miran un poco más tranquilos, pero los otros dos parecen a punto de estrangularme cuando se dan cuenta de que es. Porque esa información nunca debió salir de ese cuartel en primer lugar.

Pero necesitaba volver a leerla. No es mi primera misión, pero si la primera en la que tengo que interpretar otro papel. En la que tengo que disfrazarme, actuar, y hablar sobre cosas que no tengo idea. No quería dejarle a la suerte la posibilidad de arruinar toda la misión por que se me olvidara un misero detalle de su personalidad.




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