Julio 4, 2017
12:23 pm
| Tyee |
Despierto porque la luminosidad me molesta como el infierno.
Comienzo a abrir los ojos lentamente, estoy completamente desorientada, pero el dolor es un buen recordatorio de todo lo que sucedió, y las imágenes me inunda junto a un gran dolor de cabezas.
Justo encima de mi se encuentran los causantes de semejante dolor; unos putos focos ubicados precisamente en mi ángulo de visión.
No sé cuánto tiempo llevo durmiendo, pero siento que podría seguir por un año y no sería suficiente.
—¿Como estas?— pregunta una voz que se escucha taponada, así que no la reconozco, y me veo obligada a buscar al propietario. Justo a mi lado me encuentro los brillantes ojos pardos de Blake, pero justo por debajo, se le marcan unas ojeras de cansancio, y quizá hasta de estrés.
Proceso su pregunta, ¿Como estoy?, fácil, hecha mierda. Tengo mi brazo derecho enyesado, vendado y completamente inmovilizado, me duele y me pica como el infierno también. Ni siquiera he intentado moverme, pero ya siento mi cuerpo adolorido como si me hubiera pasado el día anterior entrenando de sol a sol. Una aguja de suero está conectada a mi único brazo disponible, por lo cual también está inmovilizado. Así que sí, me siento como la mierda.
Seguramente en un estado normal, lo habría jodido por preguntármelo, pero no ya no más, no cuando la culpa me sigue pesando el e interior y me han drenado toda la ironía.
—Me duele todo— admito. Lo veo torcer la boca con molestia. Parece que buscara palabras con las que pudiera hacerme sentir mejor.
—Tu nunca aprendes— muevo mi cuello solo un poco, porque parece que me tronaran los huesos con cada movimiento.
—También estoy contenta de verte con vida, hermano— Ian intenta no sonreír bajo la cara de seriedad que finge. —¿Tan preocupado estabas?
—Solo me aseguro de que te atiendan bien— arruga aún más el ceño, Reed a su lado carraspea, se arregla la venda de su mano y me mira. Él chocó su auto, le dio vueltas y lo vi explotar; ¿Como es que tan solo consiguió una venda en la mano y un rasmillón en la cara? Sinceramente la vida no es para nada justa.
—Me alegra que estés bien.
—A ti te veo mucho mejor que a mí— me sonríe. —explícame como es que solo conseguiste un rasguño y yo estoy en cama.
—Salte del auto antes de que explotara— se encoge de hombros; hace sonar su comentario como si fuera lo más normal del mundo, como si uno saltara de su auto todos los día, solo que hoy aterrizó mal.
—Ojalá hubiera podido saltar de mi moto también— digo. —Ah, espera. Eso hice, y salí volando. Él se ríe, pero a ninguno de los Titanes le da risa.
—Te dije que era peligroso que montaras en esa mierda— gruñen.
No es necesario que lo mire para saber quién es, pero de igual forma giro mi cabeza hacia el otro lado y le doy el gusto de su cuerpo a mis ojos. Está allí sobre sus pies totalmente armado, mientras se encarga de desarmar mi corazón a palabras. Tiene los brazos cruzados sobre su pecho y haciendo que se le marquen los músculos bajo ella. Su boca es una fina línea impenetrables y su cara un solo gesto de seriedad; me está frunciendo el ceño otra vez, aun cuando me ve aquí postrada medio muerta. Pero está, y esta vez no tengo tan solo que imaginarlo, no tengo que escuchar a los demás decirme como es que Kylan se ha preocupado por mí, pero no ha «Podido venir».
—Es peligroso montarse sobre muchas cosas, y no por eso dejamos de hacerlo— Kylan parece a punto de esbozar una sonrisa de medio lado, porque entendió tan bien como yo el doble sentido.
Ian y Reed niegan con la cabeza divertidos, pero al que no le hace ninguna gracia es a Blake, quien tan solo me mira. ¿Como se llama la cara que pone la persona con la que estabas saliendo cuando te ve coquetear con quien le pusiste los cuernos? Esa es la misma cara que tiene Blake.
—¿Dónde están los demás?— pregunto, porque me hacen falta muchas caras en esta habitación.
—Fuera. Han estado esperando desde que ingresaste.
—¿Y eso fue hace cuánto?— miro a Ian dudosa. Me encontraron poco después, pero luego caí inconsciente y pude haber dormido por días.
—Siete horas atrás.
Dios. No pueden haber estado todas esas horas allí fuera.
—No nos dejaron ingresar a todos. Algunos se metieron casi a la fuerza— comenta Kylan, mirando de reojo a Reed y Blake.
Rodeo los ojos. No lo puedo evitar
—¿Me puedo ir de aquí ya?
—Ni de coña.
Ruedo los ojos en cuanto lo escuchó soltar su mierda. Blake mira a Kylan molesto, pero se vuelve a mi portando tanta dulzura en su mirada, que me comienzo a sentir culpable nuevamente.
No puedo creer que aun después de lo que le hice, se siga preocupando tanto por mí.
—Estuviste inconsciente doce horas y aun estas muy débil; tendrás que permanecer al menos dos días más aquí, cariño.
Veo a Kylan formar una mueca de disgusto en el rostro sin preocuparse de si Blake lo ve. Aunque no creo que le importe mucho, de cualquier forma. Me quedo estancada en lo que dijo, parte de mi cuerpo comienza a temblar.
—No quiero quedarme—mi voz sale como un ruego desde lo más profundo, pero no consigo que ninguno se apiade, así que recurro a quien mejor podría entenderme, aun cuando nada entre nosotros es como antes. —Kylan. Sabes que no puedo.
Ha sido duro sin él, ha sido duro sin ninguno de los dos. Antes decía que no entendía a quienes no podían mantenerse sin pareja y estaban siempre en busca de una, porque yo había sido libre toda mi vida, aprendí a no depender de nadie más que de mí misma para todo lo que quería. Entonces llegaron ellos y se encargaron de rellenar todos aquellos huecos que no sabía que había en mi vida, espantaron mis pesadillas y trajeron sueños, acariciaron mis miedos, me dieron empujoncitos en la espalda que me ayudaron a avanzar, e hicieron por mi todo ese tipo de cosas que yo no puedo hacer por mí misma; por eso que ahora es tan duro volver a la realidad.
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Editado: 02.12.2020