Julio 27, 2017
22:03 Pm
| Tyee |
Dallas y Millán se quedan conmigo durante el resto del día, haciéndome compañía y hablando de cosas triviales junto con Vike, quien despierta por ratos para volver a su trágica realidad, llorar un poco y hacernos llorar a los demás. Luego cae dormida otra vez debido a los sedantes que le proporcionan; los que intentan que vaya asimilando su realidad de a poco. Por otro lado, el menor de los Hooligans me ha estado cuidando a mí; me cubre cuando caigo dormida y se preocupa de que me alimente. Me ha hecho comer, mucho, más que eso prácticamente me ha obligado. Y luego también ha tenido que sujetar mi cabello mientras su hermano llamaba a las enfermeras para que limpiaran el desastre cada vez que vomitaba. Los que gracias a los medicamentos, ya no han sido muchas. En un momento, incluso comienzo a pensar que es Kylan, porque lo sepa o no, tiene la misma personalidad convincente, y demandante. En momentos como este, es inevitable no darse cuenta de que han influido mucho en la personalidad del otro. No más en la actitud, porque en eso, ambos son muy diferentes; a Kylan no le haría nada de mal el comportarse un poco más como su hermano. El susodicho no ha hecho acto de presencia por aquí hoy, o desde ayer, para ser más exactos.
—¿Has pensado ya en nombres para los bebés?
Me volteo a mirarlo y sonrío. —Claro, ¿Es que Kylan no te ha dicho? Mandamos a bordar sus nombres en todas las cosas que les compramos.
Cuando me mira, me doy cuenta de que sus ojos grises brillan en desconcierto. Millán es el único que suelta una sonrisa. —¿En serio?
Millán se comienza a reír, y eso derriba mi fingida actitud seria. Él me mira un tanto confundido al principio, luego, cuando entiende, no puede evitar sonreírme también.
—Me estabas jodiendo. Claro que me estabas tomando el pelo— dice, y niega con la cabeza, sus rizos se alborotan mucho mas.—Y tu encima no me dices nada—le critica al rubio a su lado, mandándole un golpe que por supuesto le devuelven.
—Fue una pregunta estúpida, debes admitirlo.
—¿Por qué son tan ruidosos?— nos interrumpe Vike. Todos nos volteamos para verla abrir sus ojos lentamente.
Le sonrió cautelosamente. No quiero por nada del mundo que vaya a mal interpretarme.
—Dallas ya está pensando en el nombre de los bebes— digo, y niego con la cabeza.
—Seguro que quiere que rimen con su nombre.
A Dallas parece iluminársele el rostro con la idea de su hermano. —No seria para nada una mala idea.
—Nombres de ciudades como el tuyo, ¿No? — alzo una ceja. —Y hacemos nuestra propia versión de la casa de papel.
—Debes admitir que molaría— rodeo los ojos con un suspiro.
Ni en mil años.
—A mi si me interesa saber sus nombres—mi mejor amiga se pone de parte del castaño.
—Ni siquiera sabemos si serán niños o niñas— puntualizo.
—Ella tiene un punto— me apoya Millán. Comienza a agradarme mucho mas él en estos momentos, porque parece siempre estar de mi parte, o al menos entender mi humor negro. Dallas tiene una lengua larga para la impertinencia, pero un alma demasiado pura para seguir el ritmo de mi maldad.
—La mayoría de los padres eligen para cada caso.
—¿La mayoría de los padres?— cuestiono alzando las cejas y acomodándome un poco en mi sillón. —¿Tenemos fama de ser como «la mayoría»?
—No, claro que no— suspira. —No me extrañaría si tus hijos nacen a los 4 meses ya teniendo cinco años. ¿Por qué, Dallas?— se cuestiona a él mismo, —pues porque son hijos de Kylan, y que alguien le diga a Kylan que algo no es posible. Ni la vida se atrevería a llevarle la contraria.
Intento ocultar la sonrisa que me causa su discurso. —Te estás olvidando de mí, idiota.
—No, claro que no— me detiene, y balancea su dedo índice para apuntarme. —Justo iba a decir que probablemente eso no pase, ¿Y por qué? Porque tú nunca quieres hacer las cosas como Kylan las dice. Y si hay algo más testarudo que él en este mundo, joder, esa eres tú.
—Él tiene razón— con este tipo de mejores amiga, ¿Para que quiero enemigas?
—Yo le quitaría la herencia— sugiere Millán, hablando como si su hermano no estuviera frente a él.
—Y de la lista de padrinos también— agrego, complacida con el chico de los ojos verdes una vez más. —¿Dónde está Kylan, en cualquier caso?
Dallas baja la mirada unos segundos antes de volver a mirarme. —Por allí, ocupándose de algo, imagino.
Me quedo en silencio analizando la situación. No le he visto desde ayer, no me ha llamado, y me ha dejado sola en este preciso momento de más importancia, lo que puede indicar solo una cosa, anda en algo malo. Él no lo haría si no fuera sumamente importante, y me habría dicho, si quisiera que yo supiera. Por lo tanto ha aprovechado esta situación, en la que sabe que no voy a moverme de este lugar, para hacer cosas sin que me entere, o sin que yo me meta en medio. ¿Cómo qué? Problemas.
Por otro lado, aparte de Jhon, los chicos tampoco se han aparecido por aquí, ni siquiera para saber si yo estoy bien. Entiendo quizá que no vengan a hacerle compañía a Vike por un día entero como lo hicieron conmigo las veces que estuve en el hospital, lo entiendo, porque hace poco tiempo que se involucró al grupo, y aun no se da la chance de que se encariñen tanto con ella; pero este drama no la involucra solo a ella, yo también estoy destruida, al igual que ellos, y si no fuera importante, no me dejarían sola.
—Voy a llamarlo.
Dallas ni siquiera me mira, mucho menos hace nada por impedírmelo. Se acomoda en su asiento y se aclara la garganta, diciéndole algo a Millán y luego cambia su atención a Vike.
—¿Como está tu herida?— ella despega su mirada de mí y va hacia el castaño.
—Sedada— le escucho decir mientras suena el pito del teléfono intentando conectar la llamada. —No siento nada.
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Editado: 02.12.2020