Perseguida por mi Pasado

Capítulo I - Mudanza

Presente

Hoy es el día

¿A qué me refiero?

Hoy mi madre cumple un año de fallecida. Todo cambió mucho desde aquel día...

Papá sufrió bastante durante unos cuatro meses desde su partida, pero ahora tiene una nueva novia que... aunque no me termina de caer bien, la acepto ya que ese señor volvió a sonreír en el momento que la conoció.

Por mi parte, aunque me dolió bastante, al no compartir mucho con ella no me afectó tanto por así decirlo. Descubrí que una manera de sacar mi frustración y enojo era el boxeo, y digamos que se me da bien el octágono.

Después de lo de mamá, me alejé de la escuela por el resto del año y me dediqué a pasar tiempo con Rick, que andaba en las mismas.

Hoy nos mudamos a Berlín para comenzar una nueva vida, lejos de los fantasmas del pasado.

Un par de horas más tarde...

Acabo de terminar de empacar maletas y estamos rumbo al aeropuerto El Dorado en taxi.

-¿Cómo estás, muñeca?- me dijo mi padre mientras viajábamos en el auto

-Pues bien mano ¿y tú?- dije recalcando el apodo, lo que causó una sonora carcajada por parte de todos los presentes, ¡incluso el taxista! -Nunca cambias, ¿no? Con tus chistes malos- a lo que yo simplemente negué con la cabeza y seguimos entre chistes y bromas malas el resto del camino.

Entramos al aeropuerto y confirmamos el vuelo junto con la entrega de las maletas. Pasamos por seguridad y por fin llegamos a la sala de espera. Vi de reojo a mi padre quien se encontraba nervioso y puse una mano sobre la suya -Es la decisión correcta pa- a lo que él me acercó más a él hasta que fue nuestro turno para pasar, donde al mostrar nuestro pasaporte y el boleto; nos dejaron subir al avión.

Como siempre, me pedí el puesto junto a la ventana porque me parece que es el mejor para ver el paisaje.

12 largas horas de vuelo más tarde...

¡Por fin tierras Alemanas! No lo puedo creer

¡Ni yo, se me durmió el trasero como 5 veces!

Somos 2

Somos la misma persona genio

El caso, ya recogimos nuestras maletas y vamos directo a la salida del aeropuerto. ¿Saben algo? En mi vida vi a Rick tan feliz

Te apoyo, a lo bien parece caricatura con esa sonrisa

Y bueeno, el viaje a casa fue tranquilo... hasta que llegamos, literalmente.

-No te creo pa

-He... ¿Sorpresa?

-No no no no no tú me estás jugando una mala broma, esto no es una casa... ¡¡¡es una maldita mansión!!!

-Digamos que ahorré este año para darnos este gustito

-¿Gustito? ¡GUSTASO!

-¿La quieres ver o la cambio?

-¿Vas de broma? ¡Claro!- esto último le causó gracia y casi que corrimos a la puerta de esa casota

-Bienvenida a casa Juls- Dijo mientras abría la puerta

La casa es ENORME, tiene 3 habitaciones enormes, vete tú a saber cuántos baños, piscina, la cocina es gigante (me gusta cocinar), y lo mejor de todo... hay un gimnasio con sacos de boxeo, sogas, cintas, corredoras, pesas, y ¡un octágono! Morí

Mi padre agarró la habitación de la izquierda, así que tomé la del centro del pasillo. Supongo mi padre sabía que iba a escoger esa y la decoró para mí y oh Dios es increíble.

Y bueeno... digamos que lo primero que hice fue tirarme en la cama para luego desempacar mis cosas. Luego, bajé las escaleras y busqué con la mirada a mi padre, quien estaba leyendo una revista al parecer.

Me fui en puntillas para asustarlo, y como soy yo, me dí en todo el meñique contra la pata de la mesa del comedor -VIDA HIJUEPU...- grité pero paré en seco antes de completar la palabra. Pues claro, mi papá hizo retumbar los vidrios con sus sonoras carcajadas mientras golpeaba cosas como foca retrasada mientras yo me sobaba mi pobre dedo.

-Si pa estoy bien, gracias- dije con voz chillona mientras se recuperaba de la risa.

-¿Que necesitas querida?- Dijo cuándo se sentó en el sillón. Me acerqué y me senté a su lado

-Mmm... Pa es que quería saber cuándo llegaba mi bebé- dije, a lo que él se levantó, por lo que lo seguí de camino a lo que parecía ser el garaje.

-¿Te refieres a esta belleza?- me dijo burlón mientras me dejaba ver a mi preciosa Yamaha XSR900, a lo que yo simplemente hice la pregunta del millón -¿Puedo?- a lo que él adoptó una pose seria para decirme que sí pero que tuviera cuidado.

Decidí salir a buscar un gimnasio de boxeo donde inscribirme, pero seamos honestos, no tengo ni idea de en dónde carajos estoy.

¿Y te vienes a dar cuenta de esto 4 cuadras fuera de casa?

Pues sí, así que cuando paré en un semáforo que estaba en rojo, volteé a ver al carro de al lado para pedirle indicaciones. En esto, bajan la ventanilla y veo a un chico sonriente bastante guapo quien me ve con curiosidad.

-¡Oye tú! ¿Sabes dónde hay un gimnasio por aquí cerca?

-Hoola preciosa, yo te guío- me dijo con una sonrisa arrogante en el rostro que me dieron ganas de voltearle la cara de un golpe.



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En el texto hay: pasado, adolescente, amor

Editado: 13.01.2020

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