Perseguida por mi Pasado

Capítulo XI - Underground (Parte 2)

Narra Matt

Pasé todo el día pensando en qué tal peleará ese gnomo de ojos claros, porque aunque me pude medio dar una idea la vez que retó a Christian, a mi parecer no se sabe nada hasta que la persona se mide con un completo desconocido.

Al terminar las clases, salí de la escuela y en cuestión de un par de minutos llegué a casa, encontrándome con mis padres sentados frente al televisor viendo quién sabe qué.

-¡Ya llegué!- hablé alzando un poco la voz, lo suficiente para que ellos me escucharan; mi madre se volteó en mi dirección y me saludó, pero mi padre se mantuvo mirando al frente, como si ni siquiera se hubiera percatado de mi existencia.

Decidí ignorar aquello y subí a mi habitación, esta no es ni grande ni chica; tiene una cama lo suficientemente grande para que dos personas entren, adornada con mantas azules oscuro y cojines del mismo color, al lado de este un escritorio de madera donde reposa mi computador junto con algunos libros y al lado de este un estante también de madera donde conservo algunos libros y una que otra cámara fotográfica antigua.

A eso de las nueve y media, decidí empezarme a alistar para ir al Underground; lo cual me llevó básicamente un par de minutos. Salí de casa con extrema facilidad ya que Dios sabrá dónde están mis padres ahora, conduzco por unos veinte y cinco minutos por las solitarias calles de Berlín hasta llegar a uno de los peores barrios de la ciudad, donde aparqué la moto y caminé un par de cuadras hasta llegar a una puerta metálica negra.

Por aquí ya me conocen así que me dejan pasar sin problema; giro mi cabeza en busca de Juliette o Crawford pero veo que no están a la vista, por lo que sigo buscando hasta que siento como la música cesa y alguien aclara su garganta por medio de un micrófono.

-¡Buenas noches Berlín!- gritó el hombre seguido de aun más gritos por parte de la multitud, demostrando emoción pura.

-Hoy les traigo una pelea muy interesante... ¿Están listos para recibir al par de valientes?- gritó de nuevo, mientras todos vitoreaban y respondían a su pregunta. Como me resigné con la idea de encontrar a Juls o al entrenador, me quedé en mi sitio mirando todo con cautela.

-Por este lado, tenemos al campeón invicto de este sitio, con unas imponentes cincuenta y seis peleas ganadas por K.O... ¡recibamos con un fuerte aplauso al DESTRUCTOR!- dijo el hombre efusivo, y en esas yo solo podía pensar... ¿Quién es el imbécil o suicida que se va a enfrentar a este armario con músculos y patas?

¡Hey, genio! ¿No recuerdas la razón por la que viniste?

Claro que sí, para ver a Juliette pe... Oh no, ella no es tan idiota como para meterse con el campeón invicto ¿o sí?

Tú que crees, esa mujer está loca, sin mencionar que es bipolar

- Y ahora, el suicida que se va a enfrentar a nuestro campeón, directo de Colombia y sediento de poder... ¡Un fuerte aplauso para Schatten!- dijo, y lo primero que pensé fue en el nombre tan ridículo ¿sombra? ¿En serio?, no me jodas, para esa gracia se hubiera puesto osito y hasta le quedaría más intimidante.

Toc toc, ¿de dónde es Juliette?

Ella me contó que sus padres eran ingleses pero ella era de... no puede ser ella, dijeron que era hombre; aparte no creo que sea tan idiota para hacerlo.

¿No crees que si te lo digo es por una buena razón?

Cállate y ojalá no tengas razón

En eso veo a nadie más ni nadie menos que Juls subir el escalón y entrando al ring, su rostro no muestra expresión alguna, lo cual asusta bastante a decir verdad. Lleva puesta una chaqueta negra que cubre su rostro casi por completo, incluyendo sus brillantes y claros ojos.

En el momento que ella llega al centro del ring, se retira la chaqueta y alza la mirada. Como si no fuera lo suficientemente obvio, todos empiezan a vitorear y a gritar que se baje de ahí si no se quiere romper una uña, pero a ella parece no importarle en absoluto.

-¿Qué demonios? ¡No pienso pelear contra una niña!- dijo molesto el armario, quien también se encontraba en el centro del ring mirando a la loca esa de pies a cabeza confundido.

-Por qué, ¿Acaso temes que te deje besando el piso frente a todos?- replicó Juliette de nuevo sin rastro de emoción en su rostro, aunque la frase la dijo en tono burlón y con sutil sarcasmo. El armario se enrojeció de la furia y cuadró los hombros.

-Sólo eres una niñita de mami y papi- Espetó entre dientes, a lo que ahora Juls era quien estaba roja de la furia, pero sin demostrarlo en su blanco rostro. -¿Qué?- Gritó la loca echando humo por los poros; si algo me enseñó mi madre es que cuando una mujer hace esa pregunta, en su infinita misericordia te está dando la oportunidad de retractarte de lo que acabas de decir y de salir a correr antes de que te haga añicos.

Al parecer el hombre no sabía eso, por lo que se disponía a repetir la frase, pero a mitad de esta fue interrumpido por un fuerte uppercut por parte de la loca, lo cual hizo que cayera al piso cual bolsa de papas, para posteriormente pararse con brusquedad y tratar de lanzarle un cross al abdomen a su contrincante, pero ella fue más rápida y agarró su brazo en el aire y le hizo una llave dejándolo inmóvil, para luego atraerlo con fuerza hacia su cuerpo y golpearlo en su amiguito con su rodilla, causando que cayera de nuevo al piso y todos los hombres presentes -yo incluido- soltáramos un quejido de dolor; y como si no fuera suficiente lo golpeó con fuerza en la cabeza, dejándolo K.O.



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En el texto hay: pasado, adolescente, amor

Editado: 13.01.2020

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