Perseguida por mi Pasado

Capítulo XIII - Tratos y Sorpresa

Narra Rick

Cuando el hombre terminó de decir esa frase, mi mundo se volteó de cabeza. Nada de eso era cierto, yo soy el padre de mi muñequita, Helena nunca me engañó, no, me niego a aceptarlo.

-No, no, no, ella es MI hija, mi princesa- espeté furioso, mientras él me veía con la misma expresión que me hacía querer golpearlo hasta matarlo.

-A ver, ¿No te parece extraño que me parezca tanto a tu hija? ¿Que tengamos el mismo tono peculiar de ojos?

Esa niña a la que tanto aprecias es mía, y esa maldita la separó de mi lado, me la arrebató de mis manos para irse contigo- dijo pacífico, pero la última frase la pronunció con desprecio, logrando que mi ira se multiplicara; él no tiene el derecho de hablarle así a mi esposa, no me interesa si ella no está viva.

Yo seguía negando frenéticamente la cabeza, no quería aceptar el hecho de que mi esposa me fuera infiel y menos que mi princesa fuera hija de ese bastardo.

Al ver que me quedaba callado, se acercó a mí y me susurró al oído -¿Te cuento un secretito? Tengo a Helena conmigo- yo inmediatamente empecé a sacudirme con fuerza al saber que ese maldito tenía a mi esposa, empecé a gritarle cuanta palabra salía de mi boca sin filtro alguno por la rabia que sentía; él ni siquiera pareció inmutarse por los misiles que expulsaba mi boca, mucho menos mostraba alguna expresión en su pálido rostro.

Con el pasar de los segundos se empezó a estresar notablemente, por lo que me calló plantándome un derechazo que me dejó viendo luces tal como en las caricaturas, para posteriormente indicarle a uno de sus hombres -a quien por cierto no había notado- que me colocara una cinta para cables sobre mi boca, sellando por completo mis labios.

-Ya me tienes harto así que me vas a escuchar con atención; volverás a casa y vas a actuar como si no hubiéramos tenido este encuentro, ya que me la llevaré conmigo en poco tiempo.

Cuando tenga todo listo para llevármela conmigo, tú te vas a encargar de contarle toda la verdad con cada mísero detalle y yo iré por ella... no intentes nada extraño, ya que me voy a enterar y te volaré los sesos junto a la zorra de tu esposa.- espetó con fuerza, pero sigo sin entender la razón por la que se la quiere llevar, a la larga no es como que ella le vaya a llamar padre o vaya a confiar en él; sólo la va a lastimar.

Sin embargo, me quedo callado ya que la vida de mi esposa depende de ello. -¿Lo has entendido?- me pregunta, mientras yo asiento con la cabeza baja.

Narra Adler

En estos momentos me encantaría volarle la cabeza a ese imbécil y a la zorra de su esposa por separar a mi hija de mi lado, pero necesito que ella no sospeche nada hasta tener todo listo para llevármela.

Se preguntarán ¿Por qué hago todo esto sí sé que lo único que lograré es que me odie? Y si sé lo anterior ¿por qué no simplemente la secuestro y acabo con todo de una vez?

Bueno, la respuesta es bastante sencilla; lo hago de este modo porque quiero ver a su padre sufrir a diario por saber que separarán a su 'hija' de su lado en cualquier momento, sin que él o nadie pueda evitarlo; ver el miedo puro pasar por los ojos de las personas me satisface, aún más cuando es por una razón personal.

Aparte de ello, tengo la certeza de que con el tiempo mi hija comenzará a confiar en mí, ya que despues de todo la genética es imposible de negar, y esta crea un vínculo inseparable entre dos personas.

El color de ojos no es un simple fallo que los médicos no pueden explicar, tanto los ojos de mi hija como los míos denotan que hay una minúscula alteración en nuestro ADN que nos vuelve impulsivos, peligrosos y más fuertes que el resto de las personas... en el negocio del asesinato a sangre fría, esas cualidades se convierten en el resorte para llevarte a la cima de todos, donde estoy yo actualmente, y donde quiero llevar a mi legado, cueste lo que cueste.

Luego de estresantes horas de explicarle al idiota de Richard cómo va a funcionar todo de aquí a que tenga todo listo y de ponerle un chip de rastreo en la espalda que explotará si intenta algo, lo dejo ir y vuelvo a mi oficina, donde me esperan el expediente de mi siguiente víctima; pero antes me detengo a observar una foto de mi hija -Ay mi princesa, pronto volverás con tu familia... tu verdadera familia- pienso mientras la pongo nuevamente en su sitio y pongo mis ojos sobre el expediente.

Mientras tanto, a unos cuantos kilómetros...

Narra Juliette

Las clases han pasado rápido para mi sorpresa, en un abrir y cerrar de ojos me encontraba almorzando junto a Matt.

-¿Estas ocupada después de clase?- me pregunta el dueño de los ojos ámbar mientras me mira esperando respuesta -No ¿Por?- le contesto mientras bajo mi vista a la deliciosa comida.

-En ese caso, ya tienes algo que hacer- me dice divertido, mientras yo lo miro extrañada ¿Qué rayos tendrá este loco en mente? Pero bueno, a la larga no tengo nada mejor que hacer así que solo asiento con la cabeza mientras veo de reojo como este sonríe y sigue comiendo.



#41805 en Novela romántica
#11077 en Joven Adulto

En el texto hay: pasado, adolescente, amor

Editado: 13.01.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.