Perseguida por mi Pasado

Capítulo XV - Nuevo Hogar

Narra Juls

 

En el momento que nos separamos de ese abrazo tan extraño pero a la vez familiar, su cara cambió por completo, se empezó a enrojecer de lo que me parecía era ira en su más pura expresión... pero esta no era dirigida a mí, sino a Rick.

-Nos vamos ya- dijo cortante, a lo que a mí casi se me salen los ojos de la cara, mientras que Rick se sentaba con las manos a los lados de la cabeza, en señal de arrepentimiento.

-¿Y mi esposa?- preguntó en un hilo de voz, mientras que Kurt sonreía de forma lobuna, esperen, ¿Rick ni siquiera se ha tomado la molestia de darme un abrazo?¿Una despedida? Sólo se preocupa por mi madre -digo, no le veo nada de malo, pero por favor, a lo que mi concierne él es mi padre, no biológico pero padre, ¿tan rápido se olvidará de mi?-

-La traerán en la tarde, cuando me asegure que no harás nada para volver a arrebatarme a mi hija- escupió con odio, mientras que la cara de Rick se llenaba de alivio.

Empiezo a considerar que en serio no tardará mucho en olvidarnos teniendo a su esposa de vuelta

Te doy la razón querida

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Y bueno, para resumirles un poco, alisté una maleta con todas mis cosas casi que en 15 minutos -lo cual considero que es un récord personal- y luego de un mísero "Adiós" de parte de Rick, nos fuimos con Kurt de camino al que sería mi nuevo hogar.

Se te olvida el pequeño detalle de que estás viajando en nada más ni nada menos que un Lamborghini Huracán, ¿no crees?

Son solo detalles mujer, pero sí les diré que me sorprendí bastante cuando ví ese carro a la salida de la casa, acompañado de dos camionetas, una por delante y la otra por detrás, lo que me hace preguntar, ¿Quién es mi verdadero padre? Pronto lo descubriré supongo.

-Hemos llegado, Juliette- me dijo confiado mientras llegábamos a una casa bastante promedio y que de hecho se veía bastante acogedora desde fuera, me siento como en un Dejá Vu del día en que llegué a Berlín con Rick.

Bajamos del auto y entramos a la casa, y ay Dios mío qué equivocada estaba.

La casa es lujosa por dentro, con decoraciones en Blanco, negro y rojo a donde quiera que mires; la cocina es espaciosa y tiene un isla en granito de color blanco con un par de sillas altas en negro. A la salida nos topamos con el comedor, un comedor de doce puestos según acabo de contar como niña chiquita utilizando mis dedo índice; pero, ¿Por qué hay tantos puestos si a duras penas somos como 4 personas? Como si me hubieran leído la mente, Kurt se aclaró la garganta para hablar.

-Si te preguntas por qué hay tantos puestos en el comedor, es porque mis hombres de confianza se sientan a comer a la mesa, son familia después de todo.

Este hombre lee la mente, tiene una conexión telepática, o aún peor, sabe de antemano todos tus pensamientos y los usa a su favor

O simplemente es la respuesta a una pregunta que supuso haría porque es medio obvia

Ay mi razón es mucho más interesante así que shhh

Subimos al segundo piso y nos encontramos con dos habitaciones, una a cada costado de la casa, separada por una sala en donde había una puerta de metal... esperen, ¿metal? Muy en serio me empiezo a cuestionar la clase de hombre que mi padre biológico es; tiene los contactos suficientes como para amenazar a Rick y fingir la muerte de mi madre, sin embargo, vive en una casa relativamente humilde y sencilla.

Nos acercamos a la puerta de la izquierda, en donde había una puerta de madera negra con algunos relieves en el mismo tono en forma de enredaderas, las cuales surcaban una buena parte de esta. Adler abrió la puerta y les juro que si mi quijada no estuviera pegada a mi cuerpo, esta se hubiera desprendido de la impresión -cabe aclarar que esto pasó en mi interior, pero por el revuelo de todo lo que ha pasado hoy simplemente no ando muy expresiva que digamos-

En la mitad de la habitación había una cama tamaño Queen recubierta con sábanas negras, una pequeña manta atravesada gris, y cojines de color gris y verde botella, y a los lados de esta habían un par de mesitas de noche con diferentes adornos. Al lado izquierdo de la habitación, había un escritorio en madera con plumas, un par de cuadernos y una lámpara que a mi parecer estaba bastante bonita; frente al escritorio había una ventana gigantesca con cortinas en velo gris, que daba vista a unos árboles y a una casa parecida al frente. Y finalmente al lado derecho había una repisa gigante de libros que se me hicieron bastante conocidos puesto que o ya los había leído o les había echado el ojo con anterioridad.

-La verdad no tenía idea de cómo decorar la habitación, pero espero te guste- me dijo un tanto apenado, pero sin perder el porte que siempre llevaba.

-Está realmente bien, gracias Kurt

Luego de eso, dejé mis maletas al lado de la puerta del baño que me explicó Kurt ahí se encontraba también el clóset y salimos con él en dirección a la pequeña sala entre ambos cuartos, me explicó que la otra puerta de madera al costado derecho era su habitación y que la puerta de metal daba a su despacho, y me advirtió que nunca fuera a entrar o a tocar la puerta a no ser que se tratara de un asunto de vida o muerte, a lo que yo me quedé helada en mi sitio y seguí como si esa última frase no hubiera sido tan... cómo decirlo... ¿extraña?



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En el texto hay: pasado, adolescente, amor

Editado: 13.01.2020

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