Pinceladas

Capítulo 8.

Capítulo 8.

Pasado

 

–Patrick...

–Allison...

– ¿Cómo has estado?

Solo con escuchar nuevamente su voz todo dentro de mí se paralizó... Ningún musculo reaccionaba... Mi corazón estaba a mil...

–Muy bien... Y... Tú ¿cómo has estado?

–Bueno... –suspiro.

Cada vez que escuchaba su voz era... Tan reconfortante... No importaba si el día era lluvioso o caluroso, si estaba triste, si no quería nada... Simplemente con escuchar su voz... Todo a mí alrededor se iluminaba... Sé que es tonto dar esta descripción, pero quien nunca la haya sentido son lo que en este momento me critican... Cuando conoces a esa persona especial que solo con verla cambia tu mundo... Con escucharla tu día se llena de sonrisas, solo saber que existe ya te es suficiente para seguir adelante... Pero también, todo este tiempo a su lado, logre conocerla... Nunca se conoce profundamente a una persona, pero si puedes identificar cosas que otros pasarían por alto... Y esa era una de esas cosas...

–Allison... ¿Dime que paso?

–Bueno... Es que... –su voz se entrecortada.

–Allison... Aquí estoy... Todo estará bien.

–Me conoces muy bien...

–Al igual que tú a mí.

–Bueno, no estoy en mis mejores momentos... Y no pensé en nadie más que en ti... Perdona siempre llenarte con mis problemas...

–Sabes que nunca me importo eso, solo verte bien... Saber que lo estas.

–Nunca cambias... –sonríe.

– ¿Por qué lo haría?

–Sí... Eres el mismo de hace un año...

–Siempre he sido el mismo –sonrió–, pero bueno te desvíe del tema... ¿Que ibas a contarme?

–No... Olvídalo, solo quiero dejar todo atrás... Y gracias por ayudarme con eso.

–Vale... Para eso estoy... Y ¿cómo has estado?

–Perdona, debo colgar...

–Oh... De acuerdo...

–Cuídate mucho, me gusto haber hablado contigo.

–Sí... A mi igual...

 

Colgó.

Me quedé un momento aún con el celular en mi odio... Miraba a la nada...

–Un año...

No se por cuánto tiempo estuve sentado, solo pensaba en todo... Todos aquellos recuerdos que viví... Al lado de Allison... Aún tenía curiosidad con el propósito de aquella llamada... Sé que ella no lo habría hecho por impulso, y si así hubiera sido yo sería la última persona a quien ella llamaría... Entonces algo grave tuvo que haber pasado... Haberle pasado...

Estaba tan perdido en mis pensamientos hasta que un mensaje me vuelve a mi realidad...

Mire y era de Julián...

–Ya voy para allá.

Abrí mis ojos... Y volví a leerlo... Este día había estado tan lleno de... Emociones... Que había olvidado por completo que tenía planes con Julián...

–Bueno –escribí.

Termine de organizar lo poco que faltaba y sonó el timbre, sabía que era Julián, abrí la puerta y ahí estaba, traía una caja de pizza y una mochila.

–Te echaron de la casa o que –solté una carcajada.

–Ja Ja Ja no pues tan gracioso... –suelta una carcajada.

– ¿Que trae en el maletín?

–Como que, que traigo... ¡Pues la Play 3! O es que nos miraremos la cara toda la noche... –se ríe.

– ¡Oh claro! Hoy ha sido un día lleno de muchas cosas...

– ¿Sí? Pues me cuenta dentro –entro–, hace frío.

–Sí pasa –río.

Julián se dirige a la sala y saca el Play 3 de su mochila y comienza a instalarlo, yo me dirijo a la cocina y saco una botella de gaseosa, nos sentamos en el sofá y cada uno tomó un control, el juego estaba iniciando...

–Note que tienes la foto de una chica en tu pared –dijo mirando al televisor.

–Oh... Sí... Llegó hoy...

–Y... ¿Quién es? Es linda...

–Es Ximena... La conocí en aquella exposición el fin de semana...

–Con razón tan perdido –comienza a reírse–, y... ¿Amy?

–Suspire–, No sé nada de ella hace varias semanas...

–Entonces fuiste a esa exposición a entretenerse y resultó conociendo a otra mujer... –me miro sarcásticamente con algo de malicia.

–Sólo sonreí mirando la pantalla–, Si algo así...

–Ósea que no fue simplemente "hay conocí a Ximena" –hiso una voz chistosa.

–Sí... Ella... Oh ya empezó el juego.

–No se haga el bobo, ¡cuénteme! –se ríe.

Mientras jugamos le conté todo aquello que había ocurrido en aquella exposición, desde nuestra primera charla, hasta aquella escena por el pasillo... Y como llegó el cuadro a mis manos, Julián simplemente me miraba con la leve sonrisa en lapsos cuando el juego daba tiempo...




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