Capítulo 25.1
Destino
No sabemos que nos depara el destino, se dice que nosotros mismos somos quienes lo forjamos, y hay verdad en estas palabras porque, las casualidades ocurren como respuesta a una decisión tomada en el pasado, un ejemplo de lo que quiero decir es… No me hubiera fracturado, si no hubiera ido al gimnasio hoy, así de simple, pero es también cierto que nadie sabrá lo que pasará luego de haber tomado esa decisión, entonces ahí es donde se le llama destino… el destino es incierto, y aunque seamos grandes participes en él no lo podemos controlar del todo…
Me gusta usar la frase “las causalidades de la vida” lo sé, está mal escrita, no leíste mal, ahora porque me gusta llamarle así, porque nada es una casualidad, las cosas que suceden son el resultado de la causa, efecto…
Imaginemos que ponemos una pelota a rodar cuesta abajo, hemos sido quienes causamos este acontecimiento pero… Pueden pasar muchos otros en el camino que no controlaremos, por ejemplo la dirección en la que baje, si se detiene antes de tiempo, o si a lo mejor se desinfla… También cabe la posibilidad de que un animal aparezca de la nada y la desvíe o se la lleve… Hay infinidad de posibilidades en lo que respecta a la pelota… Pero lo que sí es cierto es que fuimos nosotros quienes hicimos que esta pelota comenzará a descender… Y ese hecho no podrá cambiarse, lo demás es un misterio…
Pero ahora a esto se le suma algo realmente interesante, y es cuando dos destinos se unen para crear lo que llamamos acontecimientos… Esas cosas que ocurren cuando dos vidas se unen para realizar alguna acción o actividad, y más complejo aun cuando son tres, cuatro o más…
Mi decisión, la decisión de alguien más y coincidir en hora y lugar… Que pasara después… Bueno hay que averiguarlo… Porqué lo único que por ahora es claro, es que decidí ir a un lugar y la otra persona igual… Nos encontramos por casualidad… Y lo que ha de pasar será el producto de pequeñas decisiones individuales o conjuntas tomadas en el momento…
Todos los acontecimientos que han ocurrido, todos, sin excepción, debían ser así… ¿suena fuerte verdad? Y ese pensamiento viene del hecho que las palabras “y si hubiera” carecen de fuerza porque no hay otras líneas de tiempo, entonces cuando tomo una decisión por más simple como elegir un Sí o un No, inmediatamente toda la historia que ocurriría con la opción que no elegí, deja de existir y solo nos queda esta realidad, las cosas que pasaron, las que están pasando…
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Editado: 16.03.2020