Pinceladas

Capítulo 30

Capítulo 30

Gran Noche

 

–Hola

–Hola

– ¿Cómo vas?

–Bien y ¿usted?

–Bien gracias… ¿Qué haces?

–Nada… Aquí con unas amigas…

–Qué bueno…

–Sí, es que todos salieron y me quede afuera… No tengo llaves…

– ¿Enserio?

–Sí… Y no he comido… Tengo hambre…

–Sí quieres voy.

–Como quiera…

–Sí, y vamos a comer algo.

–No, no tengo dinero…

–Yo no te pregunte eso, además la cuestión es de hambre…

–Pues sí –río.

–Bueno, en unos 15 a 20 minutos estoy allá.

–Bueno…

Apenas escribí ese mensaje corrí como alma que se la lleva el viento, me aplique perfume, me cepille los dientes, una chaqueta y salí, pare el primer taxi que paso y llegue a su casa…

Camine lentamente por aquella calle hasta su casa, desde lejos la vi con unas amigas sentadas afuera… Me acerque poco a poco hasta quedar a una distancia considerable, ella me miro, se levantó, se despidió y se acercó a mí…

Estaba tan linda… Traía un vestido negro, no muy largo como para ocultar todo, ni tan corto como para no dejar nada a la imaginación… Era justo para unirse a su perfección…

Nos fuimos caminando…

Llegamos a un lugar donde había varios establecimientos de comida…

–Entonces dime, ¿Qué quieres comer?

–No sé…

– ¿De que estas antojaba?

–Mmm no sé…

–Tenemos, pizza, hamburguesa, helado… Elige…

–Pues… Elija usted y ya luego yo elijo algo…

–Sonreí–, está bien… Yo quiero una hamburguesa…

–Bueno…

Nos sentamos en una pequeña mesa y nos dieron la carta… Mire las hamburguesas y elegí una, ella aún estaba algo indecisa pero al final eligió una salchipapa, había dos tamaños, la mesera pregunto cuál le gustaría, ella me miro como si esperara yo respondiera…

–Pues depende que tanta hambre tengas… Mucha o poca…

–Pues… Mucha…

–Entonces la grande por favor –Le dije a la mesera.

–Y eso… ¿Dónde están todos?

–No sé, yo había salido en la tarde y cuando volví no había nadie… Y me dio una rabia… Porque no he comido y tengo hambre…

–Bueno, al menos ya vas a comer…

–Sonrió–, Pues si…

La orden no tardó en llegar, y sin pensarlo comenzamos a comer, la verdad también tenía hambre y no paso demasiado antes de haber literalmente devorado la comida… Nos reíamos entre mordiscos, ella me daba de su plato y yo del mío… Fue tan lindo, era como si fuésemos algo sin serlo realmente…

Terminamos de comer y nos quedamos hablando un momento, ella comenzó a dibujar una flor con la salsa sobre el plato… La hizo con la salsa de tomate, de piña y un poco de la rosada…

–Ahora nos cobran más por las salsas… –Se río.

Le tomo una foto a su obra… Sonreí y me acerque a pagar la cuenta, cuando estaba en la caja voltee y me estaba apuntando con el celular, no sé qué me miraba y me tomo una foto… sonrió…

Nos fuimos caminando lentamente por otras calles para no llegar tan rápido a su casa, comenzamos a molestarnos, nos empujábamos con la cadera, a veces la empujaba algo fuerte y salía a perseguirme, unos niños que estaban jugando en un balcón nos dijeron que le alcanzáramos una pelota que se les había caído, la recogí y se las lance…

–Ustedes me caen bien –Dijo una niña.

Nos miramos algo sorprendidos y sonreímos… Llegamos a un campo no tan grande, el pasto estaba mojado y ella estaba en sandalias, entonces no quería pasarse por allí…

–Sí quieres súbete en mis pies, te llevo hasta el otro lado…

Ella me abrazo y subió sus pies sobre la míos, y comencé a caminar… Ella estaba muy cerca de mí, reíamos bastante mientras la llevaba así, nuestros rostros estaban muy cerca… No podía negar que quería besarla… Busque la manera de hacerlo disimuladamente pero ella sabía perfectamente mis intenciones, por lo que no se dejaría tan fácil aunque sentía que también quería… reíamos mucho, luego de unos cortos minutos llegamos a un lugar seco y ella se bajó… Seguimos caminando… Molestamos mucho camino a su casa, no quería esta noche acabase…

Luego de un rato de camino llegamos nuevamente a su casa, ya habían llegado sus familiares, nos quedamos afuera sentados un rato, una de sus vecinas salió y comenzamos a hablar con ella…

Peyton se recostaba en mi pecho, dándome la espalda, yo acariciaba su cabello… Pasamos un largo rato así mientras se contaban cosas con la amiga… Hasta que se entró y nos quedamos solos, la acompañe a su puerta, ya era algo tarde… Muy tarde… Pero no importaba… No quería la noche acabará…

– ¿Entramos?

Me sorprendió porque ya era muy tarde y las luces en su casa estaban apagadas, además en todo este tiempo nunca había entrado a su casa…

–Pero ya es tarde…

–Bueno entonces váyase…

–No, entremos…

Entramos muy silenciosamente, ya todos se encontraban dormidos, entonces evitamos hacer el menor ruido posible, nos sentamos en el sofá de la sala y seguíamos hablando, en susurros… Tocamos muchos temas, cosas paranormales, universo, fantasía, ella comenzó a sentir frío y decidió ir por una cobija, de paso mirar sí nadie se había despertado… Nos arropamos, yo también tenía algo de frío, ella estaba comenzando a sentir sueño y no la culpo, ya era muy tarde…

Comencé a mencionarle un poco el tema de la otra vez… Aquel día que la bese…

–Recuerdas el otro día, ¿cómo fue que empezaron las cosas?




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