Por el Amor de la Princesa

Capítulo 4

Narra Kile (uno de los seleccionados)

Esta mañana, el ruido de los criados entrando a mi habitación no logró despertarme, tampoco sus intentos de hablarme. Al final, fue el sol directo en mi cara lo que me sacó del sueño, cuando retiraron las cortinas. Aún no me acostumbraba a estos métodos. En el campo, el canto de los pájaros era mi despertador natural, pero aquí todo era silencio y lujo.

No quería salir de mi cama, tan cómoda y suave. Por las noches, me cuesta mucho relajarme y conciliar el sueño. Me aterra la idea de que los rebeldes puedan entrar mientras duermo y acabar con mi vida.

El primer día en el palacio lo imaginé lleno de alegría y calidez. Pensé en una bienvenida festiva, con risas y comida deliciosa. Jamás imaginé que encontraría muerte y sangre en cada rincón.

Al ver ese escenario tan sombrío, me pregunté si realmente valía la pena participar en esta competencia. ¿Y si los rebeldes me mataban mientras intentaba conquistar a la princesa? ¿Y si todo era un engaño y solo éramos un espectáculo para el reino?

Parece que otros compartían mis dudas, ya que cinco de ellos decidieron retirarse.

Les pedí a los criados que se marcharan. Necesitaba una ducha.

Después de bañarme, elegí el traje más sencillo que tenía. Era algo elegante, pero sin exagerar. No estaba acostumbrado a ropa de tan buena calidad, solía usar la ropa vieja de mi padre. Me sentía fuera de lugar, pero supuse que me adaptaría.

Bajé al Salón de Hombres, donde solíamos pasar el tiempo. No había nadie aún, así que me acomodé en un pequeño sofá a esperar. Poco a poco, los demás fueron llegando, vestidos con trajes elegantes que les daban un aire de alta sociedad. Contuve la risa, sabiendo que la mayoría de nosotros provenía de orígenes humildes.

Cuando todos estuvimos listos, esperamos a que nos llevaran al comedor. Ya conocía el camino, pero siempre nos acompañaba un guardia. Esta vez nos llevaron al gran salón, donde había muchas sillas dispuestas. Nos sentamos y guardamos silencio. Junto a mí, Alex y un chico rubio cuyo nombre aún no recordaba. Al poco tiempo, apareció la princesa, luciendo un vestido morado que la hacía ver deslumbrante. Aunque no estaba enamorado de ella, no podía negar que me atraía.

–Buenos días –saludó con voz firme y suave–. Como pueden ver, ya estoy completamente recuperada de mi herida, así que dedicaré la mayoría de mi tiempo a la competencia. Recuerden que soy yo quien organiza las citas, no ustedes. Me gustaría hablar a solas con cada uno de ustedes un momento. Después de hablar con todos, habrá dos eliminaciones. Las personas que nos dejarán serán aquellas con las que no sienta química. No quiero dar falsas esperanzas a nadie si no estoy interesada en ellos.

La princesa se dirigió al chico más cercano y lo llevó a un sofá alejado, donde conversaron brevemente antes de que él hiciera una reverencia y se marchara. Repitió el proceso con el siguiente chico. Las conversaciones duraban poco, y me pregunté cómo podría formarse una idea de nosotros en tan poco tiempo.

Todos estábamos en silencio, inmersos en nuestros pensamientos. Yo trataba de leerle los labios a la princesa, intentando adivinar sus preguntas y preparar mis respuestas. Estaba tan concentrado que no noté cuando terminó con los chicos antes que yo y se acercó a mí. Me pilló mirándole los labios y puso una expresión divertida. Sentí cómo el calor subía a mis mejillas.

–Kile, ¿cierto? –preguntó riendo al notar mi rubor.

–Sí, Isabella –respondí, recordando que podía llamarla así, como si fuéramos amigos de toda la vida, aunque yo era un simple granjero y ella, la persona con más poder en Illaris.

Nos dirigimos al sofá para hablar en privado.

–Si no me equivoco, eres granjero. Eres el chico que confesó estar aquí por mí, pero también por el dinero.

–Así es –dije, sorprendido de que recordara. Pensé en darle un cumplido–. Tienes buena memoria.

–Gracias, Kile. Aunque no creo tener buena memoria, es normal recordar la primera conversación que tuvimos. Hablemos más de ti y no de mí. Veo que eres sincero y directo. ¿Por qué eres así? ¿No pensaste que al decirme que no estás enamorado de mí podría eliminarte de la competencia?

Medité unos segundos antes de responder.

–Mi padre siempre me ha dicho que lo más importante es decir la verdad, te convenga o no. Además, no pensé que podrías eliminarme por eso. ¿Lo harás? –pregunté, sin ocultar mi preocupación. Aún no podía irme. Necesitaba el dinero y quería aprovechar la Selección para encontrar el amor, una compañera de vida.

–¿Crees que serás uno de los eliminados hoy? –inquirió.

No quería parecer demasiado seguro ni demasiado inseguro.

–Sí y no. Puedes hacerlo porque es tu decisión. Puedes eliminarme si crees que no soy tu tipo. Pero puede ser que aún no sea hora de que esta experiencia termine para mí. No creo ser uno de los eliminados porque creo que puedo llegar a ser tu pareja ideal y que tú lo sabes.

Sonrió con satisfacción.

–Muchas gracias, Kile. Puedes retirarte. Un guardia te llevará al comedor. Después bajaré yo a anunciar quiénes abandonarán la competencia.

Hice una reverencia y me fui. Solo quedaban tres chicos. Menos mal, mi estómago rugía de hambre.

Cuando llegué al comedor, escuché una animada conversación. Me senté junto a Finn, con quien había hecho amistad.

–¿Qué tal te fue? –preguntó.

–Bien, creo. ¿Y a ti?

–No podía irme mejor. La princesa quedó encantada conmigo. Seguramente vio en mí al futuro gobernante.

Vale. Era presumido y estaba seguro de que iba a ganar. Pero era el único que se había acercado a hablarme.

Cuando los que habían hablado con la princesa finalmente llegaron, estaba de mal humor. Mi estómago no paraba de rugir.

La princesa se paró al frente de todos y anunció:

–Quiero decirles que la mayoría me ha dado una buena impresión, pero hay otros que me han incomodado. La Selección comenzó con treinta y cinco seleccionados, cinco de los cuales ya nos abandonaron. Así que pensaba eliminar solamente a dos para que la competencia no fuera tan rápida. Pero dado que no solo hay dos que no me agradaron, sino cinco, hoy se eliminarán a cinco. Los eliminados de hoy son: Jack Evans, Ben Carter, Caleb Hayes, Henry Adams y... Daniel Brooks.




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