Por favor, no te vayas

Capítulo 16

(Disponible en esa otra aplicación de color n@ranja)

NOTA NO TAN IMPORTANTE:

Estoy nerviosa, no lo puedo negar, porque desde ahora, si quieren seguir leyendo es mi responsabilidad, cuanta emoción, no los interrumpo más 

-Creo que ya es tiempo de que sepamos que va a ser- le digo a Liam mientras acaricio mi vientre, recostada en el pequeño sofá que tiene en su oficina, contemplando los movimientos que realiza cuando presiono ciertas partes

 silencio

-Voy al centro comercial- informo, no me mira, apenas y asiente con la cabeza- necesito comprar pañales, también otras cosas que podemos necesitar para un recién nacido- vuelve a asentir, lo que me frustra

-puedes dejar de comportarte como un imbécil y por lo menos decirme algo

-puedes usar mi tarjeta de crédito

-de acuerdo, gracias, supongo que también le compraré un pony, he oído que a los niños les encantan

-como quieras

-sabes que, me estoy hartando de esto, volviste hace dos días y no has salido de este estúpido estudio, ya no le hablas al bebé y a mi apenas me diriges la palabra ¿Para eso me querías aquí? ¿Para hacerme sentir culpable por elegirlo a él?- silencio, uno que lastima, las lágrimas humedecen mis mejillas

-bien, si tanto te molesta mi elección, pues es tú turno de elegir, o cambias de actitud y confías en que todo puede salir bien a pesar del riesgo que a mí también me aterra o me largo a mi departamento, me convierto en madre soltera, saco adelante a mi bebé o dejo todo hecho para que en caso de que muera mi hijo se quede con Perlie, porque estoy segura que ella y Justin le darán una vida mejor de la que le espera a tu lado, idiota- cierro la puerta y salgo, Perlie me está esperando, porque realmente necesito una asesoría de que es lo que debo comprar

-¿todo bien solecito?

-espero que si ahora que regrese

***

Recorremos una tienda de bebé gigante, no puedo creer que exista tantas cosas para bebés o tantos conjuntos de ropa, el carrito de mi amiga está repleto, porque cosa que me gusta, cosa que dice que me va a regalar

-Si vas a ver la manta que dijiste- Suplico para que me deje poner algo en mi carrito, mi plan parece funcionar porque desaparece por pasillo, al fin puedo estirar mi mano para tomar un hermoso conjunto azul cielo, cuando una mano me detiene, voltee a ver a la persona y siento un mareo

-Hola Hanna

-Penny

-así que esta es la forma en la que amaraste a Liam-dice mirando mi vientre con desprecio, instintivamente cubro mi cuerpo con el abrigo que llevo, retrocedo un poco, me siento demasiado mareada para correr

-¿Desde cuando estás embarazada? no se ve muy avanzado

-acaso importa

-claro, si es hijo de Liam, me importa mucho y si no, me encantaría hacer cuentas para ayudarlo a abrir los ojos

-Eso no es asunto tuyo- escupo tratando de poner aun más distancia entre ambas

-Mira, perra, todo lo que tenga que ver con Liam es mi maldito asunto ¿lo entiendes no?

-Déjame en paz- busco con la mirada a Perlie, necesito salir de aquí, el mareo se esta convirtiendo en migraña, empiezo a sentirme mal, incluso se me estaba nublando la vista

-No me da la gana-dice sujetando mi muñeca con fuerza

-Penny detente- suplico, mis piernas empiezan a tambalearse, Perlie aparece, quita su mano y se pone delante de mi, me aferro a sus hombros, siento que me voy a desmayar, solo quiero sentirme segura

-esto no es asunto tuyo, pequeña perra metida

-Vamos Penny, ten tantito amor propio y recuerda que Liam te mando a volar hace años, porque seguir de rogona

-Eso no es cierto, solo estaba preocupado por la pobre, drogadicta y deprimida Hanna

-Detente Penny o no respondo

Se gira y me arrastra lejos, caminamos mucho pero no me siento muy cómoda, nos escondemos en una tienda, ahí puedo sentarme

-Solecito, ¿estas bien?

-Vamos a casa, por favor- suplico

Duermo durante el trayecto pero en realidad eso no funciona de nada, aunque logró hacer que Perlie me deje en la puerta, no sabe nada de mi situación actual con Liam y tampoco quiero que se entere, entro y lo encuentro en la sala, el bebé hace acto de presencia

-esta pateando- le informo sentándome a su lado, pero me ignora, muerdo mi labio, así ha sido los últimos días, mientras más se acerca la hora, menor es su atención, cuando debería ser al revés, pero después de lo que pasó en el centro comercial no me siento nada bien como para discutir o llorar

____________

París - Francia

-No quiero salir, me veo gorda- me quejo, él me mira, escaneando mi nuevo cuerpo, apenas llevamos dos semanas aquí, pero a nuestro hijo le pareció prudente salir a flote estos días, no es muy grande, pero, es lo suficientemente notorio como para que mi ropa ya no cierre sin lastimarme

-no estás gorda, tienes un bebé de cuatro meses dentro, era necesario- me susurra antes de abrazarme por la espalda sosteniendo con ambas manos mi pancita, de pronto y para sorpresa de ambos, algo dentro de mi se mueve, lo he sentido antes, pero nunca tan claro, antes era como cuando sientes que se te acomodan los intestinos, ahora se siente diferente, como que algo lo empujara por dentro

-¿Lo sentiste?- Pregunto, noto mi voz quebrada, creo que otra vez estoy llorando

- Si- él también está paralizado, ejerce un presión nada dolorosa en el área en la que sentimos la patada y ahí está de vuelta, nuestro bebé, así nos quedamos un buen rato, hasta que los movimientos cesan

-Eso ha sido mágico

-eso será recurrente a partir de ahora según me dijo la doctora

-gracias, Hanna, por convertirme en papá

-gracias a ti, que a pesar de todo, me volviste mamá, la mamá de tu hijo

-Te amo- deposita un beso en mis labios -mejor dicho los amo- dice con una sonrisa antes de besar mi vientre




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